Karlina Fulk se dirigía a su casa cuando escuchó sirenas de emergencia en el vecindario. Luego de revisar en Internet para ver que había ocurrido, supo que hubo un horrible choque no muy lejos de su casa. El conductor lesionado en el accidente tenía que ser trasladado al hospital por aire.
Por un acto de bondad, Karlina decidió que rezaría por la víctima antes de irse a dormir esa noche. Ella no tenía idea de que horas más tarde se despertaría por una llamada telefónica a mitad de la noche.
Sus padres le contaron que su hermano, Rafael, había sido gravemente herido en un accidente de auto y que estaba ahora en la sala de emergencia.
Karlina se dio cuenta de que era él quien había estado en el accidente que había escuchado ese día.
“No tenía idea de que estaba rezando para mí misma”, escribió en su Facebook.
Posted by Karlina Fulk on Wednesday, November 15, 2017
Con toda la fuerza que pudo reunir, fue hasta la sala de emergencia donde se encontró con sus padres y vio el estado en el que estaba su hermano menor.
«Nada puede prepararte para el miedo paralizante que te consume cuando alguien que amas ha sido tan gravemente lastimado. La clase de miedo que literalmente te pone de rodillas. Mi hermanito, mi único hermano», escribió.
Ellos esperaron y esperaron, pero él no se despertó.
Rafael había sufrido tanto daño cerebral que no respondía. Los comas son aún un misterio en el mundo de la medicina, y traen con ellos una incerteza absoluta.
Generalmente se entiende que caer en coma por cualquier periodo de tiempo hace surgir la posibilidad de daño irreversible. También se entiende que cuanto más tiempo pase uno en coma, es menos probable que algún día despierte.
“Los doctores nos dijeron que quizá nunca despierte, que quizá nunca vuelva a vivir solo, que quizá nunca llegue a ser ni la cáscara de la persona que fue antes del accidente”, recuerda Karlina.
Pero ella no perdió la esperanza.
Luego de estar siete días en la guardia de traumatología, siete «muy largos y oscuros días», Rafael despertó.
Tenía daño cerebral, y una de las primeras preguntas que la madre de Karlina le hizo a los doctores era si sería capaz de graduarse de la universidad. Rafael estaba en los primeros años de la carrera y tenía esperanza de conseguir el título. Apenas tenía dos años más por hacer.
Pero los médicos le dijeron: «No sabe su propio nombre. Ni siquiera puede decir qué hora es. Nunca regresará a la universidad».
Y Karlina aún así no perdió la esperanza.
Ella sabía que su recuperación había sido un milagro y que con suficiente fe él podía encontrar otro. La familia se preparó para lo peor, ya que casi lo habían perdido, pero se sujetaron fuerte y esperaron lo mejor.
Karlina sintió como si los doctores le decían que ella no era «suficientemente fuerte» cuando los doctores le decían que ya no espere nada de su hermano, y ella no lo podía aceptar.
Ella y sus padres se quedaron a los pies de la cama noche tras noche, hacían los largos y frecuentes viajes a la rehabilitación de ida y de regreso y escribían apelación tras apelación.
Y Rafael también se mantuvo.
“Dos años y medio más tarde, nos sentamos juntos y lo vimos subir al escenario, bajos las luces del estadio, cuando fue a recibir su diploma”, escribió.
Posted by Rafael Paredes on Friday, September 23, 2016
Rompieron en llanto, viendo cómo Rafael había logrado un segundo milagro.
«El Rafael que ama el deporte y hace chistes sarcásticos y ama a sus amigos y familia. El Rafael que se ríe y escribe y saca al perro a correr y cocina la cena y sonríe y es feliz. El pequeño niño que cantaba a su hermana cuando ella tenía miedo y que creció hasta convertirse en el hombre que sostiene a sus sobrinas en el NICU y abraza a su mama cuando está triste. El que discute conmigo sobre hábitos alimenticios y me envía fotos de sus nuevas camisas y cada semana guarda la esperanza de que los Niners ganen un juego.
POR ESTO ES LO QUE REZAMOS.»
Karlina compartió la milagrosa recuperación en Facebook, detallando su recuperación y cómo cada momento en que lucharon valió la pena.
«Él está de vuelta con nosotros», escribió.
“Cada gramo de dolor valió por lo que recibimos. Una segunda chance, una oportunidad para ser testigos de un milagro, pero por sobre todo, nos han dado a Rafael de vuelta”.
“Los doctores dijeron que ‘No eres fuerte para soportar la tormenta’. Él se rió y les dijo: ‘Yo soy la tormenta’”, escribió.
"Just before 8 PM on January 7, 2015, my baby brother Rafaelhe texted his friend to say he was coming over. He never…
Posted by Love What Matters on Tuesday, May 23, 2017
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