La Nasa lanzó este jueves su sonda Osiris-REx hacia un asteroide para tomar allí muestras y traerlas de regreso a la Tierra, materiales que podrían ayudar a explicar los orígenes y la formación del sistema solar, así como la aparición de la vida.
El cohete Atlas V de las sociedad estadounidense Launch Alliance partió desde su plataforma de lanzamiento en Cabo Cañaveral, en Florida, tal como estaba previsto a las 19H05 (22H05 GMT), bajo un cielo claro y despejado.
«El principal objetivo de Osiris-REx es traer al menos 60 gramos de materiales -hasta dos kilos- ricos en carbono, que serán tomados de la superficie del asteroide Bennu», explica Dante Lauretta, profesor de ciencia planetaria en la Universidad de Arizona, responsable científico de esta misión de 800 millones de dólares, inédita para la Nasa.
Será la cantidad más grande de material extraterrestre traída por la agencia espacial desde el programa Apolo (1969-1972), cuando los astronautas estadounidenses trajeron un total de 362 kilos de roca lunar.
«Esperamos que estas muestras contengan moléculas orgánicas que daten de los orígenes del sistema solar, hace 4.500 millones de años, que podrían dar información y pistas clave sobre el origen de la vida», añadió.
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Como son residuos de la formación del sistema solar, los asteroides contienen material primitivo. La sonda deberá llegar a Bennu (cuya distancia con la Tierra varía de 448.700 a 344 millones de kilómetros) en agosto de 2018.
Bennu es una gran roca negra de 492 metros de diámetro y de 77,6 millones de toneladas de masa que gira alrededor del sol en 1,2 años y se acerca a la Tierra cada seis años, a una distancia aproximada a la que nos separa de la Luna.
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Una vez cerca del asteroide, los instrumentos a bordo de la nave permitirán cartografiarlo en 3D, identificar los minerales y substancias químicas que estén en la superficie y seleccionar un lugar para sustraer las muestras.
Para este vuelo de reconocimiento, la nave se acercará a 240 metros de Bennu.
En julio de 2020, la sonda tocará el asteroide durante apenas tres a cinco segundos, con la ayuda de un brazo de tres metros de largo para traer rocas y polvo con una suerte de aspirador, cuyo concepto fue inventado por un ingeniero de la compañía Lockheed Martin… en su garaje.
Los materiales sustraídos serán guardados en una cápsula y la nave dejará los alrededores del asteroide en marzo de 2021 para iniciar un periplo de retorno a la Tierra de dos años y medio.
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Cuando Osiris-REx esté cerca de la Tierra en septiembre de 2023, la cápsula con las muestras será eyectada de la nave y aterrizará suavemente, con la ayuda de paracaídas, en el oeste de Estados Unidos, cerca de Salt Lake City.
Las muestras serán de inmediato transportadas a los locales de la Nasa en Houston. La sonda quedará, por su parte, en órbita alrededor del Sol.
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Esta misión dará las bases de futuras exploraciones de asteroides y de otros pequeños cuerpos celestes en el sistema solar.
Permitirá sobre todo verificar la hipótesis más generalmente aceptada según la cual ese tipo de asteroide trajo el agua y los materiales precursores de la vida en la Tierra.
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Otro de los objetivos será medir el «efecto Yarkovsky»: ese fenómeno térmico, bajo el efecto del Sol, que actúa sobre la trayectoria de los asteroides ejerciendo un leve empuje.
Una mejor comprensión de este efecto deberá ayudar a prever mejor las órbitas de esos cuerpos celestes e intentar desviar el curso de aquellos que puedan amenazar con impactar la Tierra.
Por último, esta misión debería permitir evaluar mejor el potencial de explotación minero de los asteroides que podrían ser ricos en minerales.
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