La legislatura de China aprobó este miércoles una serie de leyes que aumentan el control y la politización del Partido Comunista Chino sobre todos los aspectos de la sociedad, incluyendo el ciberespacio, los productos culturales y las finanzas, poniéndolos todos bajo el sello de la “seguridad nacional”.
Dado que la ideología comunista iguala la nación al Partido, analistas y académicos de China opinan que esta ampliación de las leyes de seguridad dará más poder al aparato de seguridad y a los tribunales del Partido para procesar a personas o grupos que percibe como amenazas.
La ambiguamente formulada Ley de Seguridad Nacional promueve un manejo más estricto de Internet y medidas más duras contra los ataques online, el robo de secretos y la difusión de información ilegal o dañina.
Ésta dice que la tecnología de la información, la infraestructura principal y los sistemas y datos importantes deben ser “seguros y controlables” a fin de proteger la soberanía de China sobre su ciberespacio.
La ley no detalla cómo hará China para cumplir esos objetivos, aunque hace años que el régimen puso en marcha un enorme sistema de monitoreo de Internet y no ha ahorrado esfuerzos en bloquear contenido online que considera subversivo o ilegal.
El régimen chino también ha sido acusado de realizar ciberataques para robar secretos de gobiernos y empresas en el extranjero, y de espiar y acosar a grupos pro-democráticos, tibetanos y de derechos humanos en el exterior.
La Ley de Seguridad Nacional, aprobada por unanimidad por el Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo –algo que no sorprende dado el carácter de ‘títere’ de esta legislatura– reemplaza a una ley que se enfocaba en el contra-espionaje.
La nueva ley refuerza la mano dura en temas de seguridad y las repetidas advertencias contra la ideología extranjera
Además del ciberespacio, la nueva legislación cubre un amplio rango de áreas, incluyendo la economía, la estabilidad social, la integridad territorial, el Ejército, la cultura, las finanzas, la tecnología, el medio ambiente y la seguridad de los alimentos.
La nueva ley refuerza la mano dura en temas de seguridad y las repetidas advertencias contra la ideología extranjera que viene impulsando la administración del cabecilla Xi Jinping, quien en 2013 estableció la dominante Comisión de Seguridad Nacional para llevar a cabo esas políticas con él a la cabeza.
Empresas extranjeras perjudicadas
La nueva ley hace que “toda la infraestructura principal de redes y los sistemas de información sean ‘seguros y controlables’”, indicó Reuters, y los expertos dicen que está diseñada para atentar contra las empresas extranjeras y apoyar, a su vez, a los negocios chinos.
“La afirmación del gobierno central de que esta ley es necesaria para asegurar la seguridad tecnológica en China es simplemente falsa”, declara un comunicado de The Information Technology and Innovation Foundation (Fundación para la Tecnología de la Información y la Innovación), un think-tank independiente.
“Más bien, China adoptó esta disposición para usar un tecnicismo de las reglas de la Organización Mundial del Comercio, que permite las políticas proteccionistas si se declara que éstas tienen propósitos de seguridad nacional”, afirma.
Esta ley se superpone con una “ley anti-terrorista” que está pendiente y que requerirá que las firmas extranjeras de tecnología entreguen a las autoridades chinas sus códigos fuentes y claves de cifrado, además de garantizarles a las autoridades chinas la capacidad de monitorear a los usuarios.
“La adopción por parte de la legislatura china de una nueva ley de seguridad nacional es tan solo un paso más en el esfuerzo –que ya lleva 10 años– del gobierno central de China de manejar ‘la innovación indígena’ de una serie de políticas mercantilistas e injustas”, dice la Fundación en su comunicado.
La nueva política, incluyendo las partes en las que requiere “tecnología segura y controlable”, indica el comunicado, “son parte de un esfuerzo estratégico para reducir la cuota de mercado de las empresas de IT extranjeras en China, a fin de reforzar las capacidades de las empresas de IT chinas”.
El objetivo final de estas políticas, agrega, “es que las empresas chinas finalmente reemplacen a las empresas extranjeras de tecnología, tanto en China como en los mercados de todo el mundo”.
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