Uno de los desarrollos más importantes en la reciente historia militar de China se llevó a cabo el mes pasado, y fue fácil de notar.
El Partido Comunista Chino (PCCh) ordenó a sus militares abandonar sus proyectos empresariales en los próximos tres años. La orden se aplica al Ejército Popular de Liberación y a la Policía Popular Armada.
Los que siguen los informes de la Gran Época conocen las implicaciones de esta operación en profundidad. Como mi colega Matthew Robertson señaló, esto implicará que cierren los hospitales administrados por militares que llevan a cabo la sustracción forzada de órganos a presos de conciencia, la mayoría practicantes de Falun Gong por parte del PCCh.
Robertson describió las operaciones de uno de estos hospitales, Tianjin First Central, en un artículo de investigación en febrero, y señaló que «La Gran Época encontró pruebas suficientes para lanzar una gran duda, que bien podría ser demoledora, sobre la narrativa oficial de la fuente de órganos en China. Esto es simplemente debido a que la cantidad de trasplantes: es demasiado alta».
Pero las implicaciones de la nueva orden para los militares chinos aún es muy profunda, ya que la orden muy probable también afecte el uso de los ataques cibernéticos efectuado por los militares chinos con ánimo de lucro.
No estoy hablando de los ataques informáticos autorizados por el Estado, sino de los ataques cibernéticos de comandantes militares efectuados para alimentar a empresas comerciales con las cuales tienen vínculos, y los ataques cibernéticos que piratas informáticos militares individuales llevan a cabo para llenar sus propios bolsillos.
Indiqué en un mapa la estructura militar-industrial de China en un informe de investigación de septiembre de 2015, y señalé que hasta hace poco se esperaba que el ejército chino encontrara empresas externas para financiar sus operaciones.
También detallé en marzo los mercados de la red oscura que los piratas informáticos militares chinos manejan para hacer dinero. Los piratas informáticos han estado llevando a cabo los ataques cibernéticos estatales en nombre del régimen chino, pero también han estado robando información adicional que pueden vender personalmente.
Bajo las nuevas órdenes, es probable que estas empresas externas disminuyan gradualmente, y podamos ver una caída significativa en los ataques cibernéticos chinos.
Por supuesto, esto no significa que los ciberataques patrocinados por el estado se detendrán. Sólo significa que los ciberataques dirigidos por el ejército en los cuales el régimen chino no tiene un papel directo podrían estar llegando a su fin.
Este proceso ha estado en marcha durante algún tiempo. En septiembre de 2015, el líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, anunció que iba a reducir 300.000 miembros del ejército chino. Esto fue acompañado de una planificada reestructuración del ejército.
Informé en noviembre del 2015 que había algo más en esta reestructuración de lo que parece. Una propuesta para la nueva estructura muestra que movería las unidades militares que llevan a cabo los ataques cibernéticos fuera del estricto control militar, y los pondría bajo el mando conjunto de la Comisión Militar Central y el Consejo de Estado.
En otras palabras, la reestructuración le daría al «gobierno» un apoyo por parte del régimen chino al Consejo de Estado para una mayor supervisión sobre los tipos de cyberoperaciones que se estén llevando a cabo por parte de los militares.
El 16 de mayo, el régimen chino también desplegó escuadrones «anti-soborno» a diferentes comandos y «a importantes departamentos militares», según la estatal Global Times. Bajo la supervisión de estos 10 escuadrones anti-soborno, se afirma, estos comandos y departamentos seleccionados «rendirán por primera vez cuentas a las máximas autoridades militares».
Sin embargo, esto no va a suceder de la noche a la mañana. La estatal China Daily informó el 10 de mayo que el Ejército Popular de Liberación y la Policía Armada del Pueblo comenzaron mediante la selección de 17 unidades para que cierren sus actividades comerciales.
Con planes para completar este proceso dentro de tres años, se señala que las 17 unidades «tienen la tarea de explorar formas efectivas para cerrar estos negocios».
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