La cuestión del régimen chino patrocinando piratas informáticos que roban a empresas americanas con el fin de sustentar la economía china está llegando a un punto álgido. Durante un discurso el 16 de septiembre en la Rueda de Negocios , en la reunión trimestral de los principales consejeros delegados, el presidente Barack Obama hizo una advertencia concisa de a dónde conducirían los ciberataques chinos.
«A pesar de que los chinos y los rusos están cerca, somos los mejores en esto, y si queríamos ir a la ofensiva, una gran cantidad de países tendría problemas significativos», dijo Obama en una transmisión vía streaming.
Señaló que si bien «no queremos convertir la Internet en un arma,» si las negociaciones con el régimen chino sobre su robo económico patrocinado por el Estado fallan, Estados Unidos tiene otras opciones.
El líder del Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, visitará la Casa Blanca el 25 de septiembre, y se espera que Obama anuncie sanciones contra las empresas chinas que se han beneficiado de los ataques cibernéticos.
El alcance de estas sanciones podría ser masivo. La Gran Época reveló recientemente la escala del sistema utilizado por el PCCh en sus ciberataques y robos económicos, que se extienden a casi todos los sectores de su sociedad, desde las oficinas estatales, a sus fuerzas armadas, a las empresas estatales, e inclusive a las universidades estatales.
Sólo en Estados Unidos, el ejército chino administra unas 3.200 empresas ficticias dedicadas al robo de tecnología, de acuerdo con un informe de 2010 de la agencia estadounidense de Defensa para la Reducción de las Amenazas.
Mientras que algunos expertos han cuestionado si Obama va a seguir adelante con las sanciones, el mandatario reiteró sus intenciones durante la mesa redonda. Dijo que la seguridad cibernética «probablemente será uno de los temas más importantes que discutiré» con Xi.
«Estamos preparando una serie de medidas que indicarán a los chinos que no es sólo una cuestión de que estemos ligeramente molestos, sino que es algo que afectará seriamente nuestras relaciones bilaterales si no se resuelve», dijo Obama.
«Estamos dispuestos a tomar algunas medidas compensatorias con el fin de llamar su atención, dijo y agregó «mi esperanza es que algo quede resuelto al respecto».
Obama subrayó en varias ocasiones que la seguridad cibernética no es un tema fácil de abordar. La Internet no fue inventada pensando en la seguridad y las regulaciones de la ciberseguridad afectan asimismo a otros ámbitos como los derechos digitales y el cumplimiento de las leyes sobre ella.
Las regulaciones que protejan los datos, por ejemplo, podrían ser utilizadas por organizaciones terroristas o delincuentes para ocultar información, evitando el cumplimiento de la ley.
Las reglamentaciones que darían al gobierno un mayor papel en la seguridad en línea serían igualmente duramente ganadas. Así, el papel actual del gobierno de Estados Unidos en materia de seguridad privada ha tomado la forma de programas de ciberseguridad voluntarios, en los que las empresas privadas pueden participar, combinando servicios públicos y privados.
«Hemos creado un proceso en torno al cual estamos viendo si podemos cuadrar el círculo», dijo Obama.
En un mundo de ciberdelincuencia y de hackers activistas, el PCCh ha añadido asimismo otro nivel a las preocupaciones de las principales empresas de todo el ciberespacio. Los jefes de empresa se enfrentan a la realidad de que soldados entrenados persiguen sus sistemas.
Un obstáculo que el presidente tendrá que superar, para abordar la acción de los piratas informáticos militares del PCCh, es el argumento pregonado por los medios estatales chinos, acusando a Estados Unidos de llevar a cabo las mismas operaciones.
Obama se refirió a esta cuestión, señalando que la preocupación por los hackers chinos es que no sólo están espiando, como lo hace la NSA, sino que roban a las empresas estadounidenses en beneficio de las chinas.
«Hemos dicho en repetidas ocasiones al gobierno chino que entendemos las tradicionales funciones de recopilación de inteligencia que todos los Estados, incluido el nuestro, suelen adelantar», dijo Obama.
«Pero eso es fundamentalmente diferente a que su gobierno o sus representantes participen directamente en el espionaje industrial, el robo de secretos comerciales, y el robo de información de propiedad de las empresas», dijo. «Eso, lo consideramos un acto de agresión que tiene que parar».
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