El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) discute este martes la crisis de Venezuela pese a que el gobierno del país caribeño solicitó en la víspera la suspensión del encuentro.
El secretario general de la organización, Luis Almagro, ha pedido que los países realicen una apreciación colectiva de la situación en Venezuela y adopten las decisiones que estimen convenientes, las cuales podría incluir la activación de la Carta Democrática si se estima que hay una alteración del orden democrático.
La convocatoria a la sesión extraordinaria del Consejo cuenta con el respaldo de 18 naciones —las 14 que originalmente suscribieron una declaratoria que plasma la preocupación por la situación venezolana— más Barbados, Bahamas, Santa Lucía y Jamaica que se les unieron en esta ocasión.
Según Almagro, en Venezuela ya “existe una grave alteración del orden constitucional” y un “rápido deterioro de la crisis”, por lo que ha opinado que la OEA “debería apoyar la voluntad del pueblo venezolano en su solicitud de un referendo revocatorio”, “mantenerse del lado correcto de la historia y defender a un pueblo que necesita voz”.
Almagro insiste en que ya es tiempo de activar la Carta Democrática en el caso de Venezuela, pero aunque el grupo de 14 países llamaron a Venezuela la semana pasada a liberar a los presos políticos, convocar a elecciones y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional, también indicaron que la suspensión de esa nación del organismo debería ser la última opción.
Activación de la Carta
Para acordar la suspensión temporal de un Estado miembro, se necesitan los dos tercios de los votos entre los 34 países que conforman la OEA. En el caso de Venezuela se necesitaría la anuencia de 22 Estados.
Cuando un país es suspendido del seno de la OEA —el último caso fue Honduras en el 2009—, se enfrenta al aislamiento no sólo político, sino también económico a través de financiamiento de organismos multilaterales, entre otros mecanismos.
Hasta ahora el gobierno de Maduro ha recibido la simpatía de gran parte de los países del Caribe y Centroamérica a los que apoya con envíos de crudo en condiciones preferenciales. Además, aliados como Ecuador y Bolivia no han dudado en darle su respaldo.
Advertencia del Senador Rubio
El lunes, el senador Marco Rubio, uno de los mayores críticos del gobierno venezolano en Washington, lanzó una fuerte advertencia a El Salvador, Haití y República Dominicana —países que no están entre los que ya han ofrecido respaldo— para que defiendan la democracia en caso de someter a votación las sanciones contra Venezuela.
Rubio dijo al periódico El Nueva Herald que la reunión del martes es “excepcionalmente importante” para el futuro de la democracia en la región y le ha sorprendido la indecisión de los tres países mencionados porque ellos mismos “han sufrido mucho en términos de temas humanitarios y las consecuencias de la falta de democracia”.
“Esto no es una amenaza, pero es la realidad”, agregó Rubio al Herald. “Tenemos una situación muy difícil en Washington, donde se considera masivos recortes en ayuda extranjera, y sería muy difícil para nosotros justificar la asistencia a esos países si ellos, al final del día, son países que no cooperan en la defensa de la democracia en la región”.
Rubio agregó que además ha estado en contacto con el presidente Donald Trump y los presidentes de Honduras y Costa Rica para que apoyen la propuesta de Almagro.
Reacción venezolana
La cancillería venezolana solicitó infructuosamente la suspensión de la reunión del martes.
«Hay un curso de acoso contra Venezuela dirigido por los Estados Unidos de Norteamérica a través del ocupante de la Secretaría General de la OEA, Luis Almagro, y un grupo de países que ha conformado una facción minoritaria y ha fomentado un ambiente internacional pernicioso sobre Venezuela», afirma la Cancillería en un comunicado difundido el lunes por la noche.
De igual manera, durante su intervención en la sesión del lunes, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, denunció la injerencia de Estados Unidos.
“No caigan en la falsa máscara de que esto no es una agresión contra Venezuela”, aseguró. “Esto es un plan de intervención para Venezuela, no es solo para derrocar al presidente, el comunicado que promueve el informe de Almagro, firmado por 14 países, es injerencista; instamos a desmarcarse”.
Por su parte, Maduro apenas si se refirió brevemente a la reunión. «No me quita el sueño ni me perturba un segundo las estupideces de Almagro en la OEA», subrayó.
La oposición acusa a Maduro de ser el principal responsable de la crisis en Venezuela —que sufre la inflación más alta del mundo, recesión económica y escasez de bienes—, pero el mandatario asegura que los culpables del descalabro económico son los bajos precios del crudo y sus adversarios, que, con apoyo externo, libran una «guerra económica» contra el país.
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