Wayne Rare, un hombre de una familia australiana, será recordado por su «corazón de oro» después de perder la vida al rescatar de su casa en llamas a los perros de la familia, ilo y blaze.
Cuando su casa en Kirrawee, un suburbio al sur de Sydney, se incendió repentinamente, el hombre de 54 años, su esposa, Toni, y sus dos hijos adultos se vieron obligados a evacuar.
Después de huir, Rare decidió regresar al infierno cuando se dio cuenta que sus queridos perros estaban atrapados dentro; sufriendo quemaduras e inhalando el humo. Trágicamente, se derrumbó por las heridas que generaron el fuego, y los médicos del Royal North Shore Hospital no pudieron reanimarlo.
El fuego comenzó en la madrugada del 29 de agosto y generó un gran incendio con explosiones que se podían ver y oír en toda la zona. Aún no se ha determinado la causa del incendio.
Un amigo y antiguo vecino, Diaz Nailer, creó una página de ayuda para apoyar a la familia en duelo y compartió que los cuatro integrantes habían salido cuando «Wayne, con su corazón de oro, corrió de regreso dentro para tratar de recobrar a los perros de la familia».
«Todo sucedió tan rápido», dijo, según reportó Daily Mail Australia.
Un testigo ocular dijo a 7 News Australia que Wayne «solo estaba sacando a todos, tratando de sacar a los perros», mientras que otro dijo que el padre quemado y herido «salió a rastras», mientras que los espectadores se quedaron de brazos cruzados, sin poder ayudar, esperando a los socorristas, y añadieron: «Nadie tenía mangueras. No teníamos ninguna cubeta».
Mientras su perro blaze se las arregló para mantenerse a salvo en casa de su vecino, ilo falleció en el incendio.
Todos los integrantes de la familia sufrieron diversos grados de lesiones; la madre Toni Chapman, de 51 años, entró en coma inducido mientras los médicos trataban sus quemaduras en el hospital St. George de la cercana Kogarah. Los dos hijos de la pareja, Ziggy, de 25 años, y Jacinta, de 23, fueron trasladados al mismo hospital y recibieron tratamiento por inhalación de humo.
Afortunadamente, los tres supervivientes fueron estabilizados y enviados al Royal North Shore Hospital y pasaron «sus últimos momentos con nuestro valiente y muy querido Wayne», como dice la página de apoyo a la familia.
Wayne dio de sí mismo incluso después de su muerte, ya que también era donante de órganos. En un post de Facebook, su madre, Huhana Rare, señaló que su hijo «donó sus válvulas cardíacas salvando a los vivos». Gracias, hijo mío, todos sabemos que fuiste generoso con tu amor por tus hijos y también dispuesto y así dando para ayudar a quien necesitara ayuda».
Además de perder un padre, esposo y una querida mascota, la familia también perdió su casa, junto con todas las pertenencias que había dentro.
Su amigo Diaz Nailer llamó a los conocidos de la familia y a las personas de la comunidad para pedirles su ayuda. «Es la familia más hermosa, recibe a la gente en sus vidas con los brazos abiertos», compartió. «La familia está angustiada y perdieron todo —literalmente no les queda nada».
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