Padre exadicto a las drogas finalmente se reúne con su hijo 20 años después de entregarlo en adopción

Por Louise Bevan
10 de julio de 2020 3:56 PM Actualizado: 10 de julio de 2020 3:56 PM

Un padre que luchó contra la adicción de joven, compartió el emotivo reencuentro que tuvo con su hijo, a quien dio en adopción 20 años atrás.

Al conocerse, la pareja se estrechó rápidamente, coincidiendo en: «somos muy parecidos, ¡es una locura!»

Randy Kemp, de 55 años, de Carlsbad en California, entregó a su hijo de 20 años, Noah Anderson, a una agencia de adopción cuando Noah tenía solo 6 meses. Randy, obligado a cambiar su forma de vida, pasó por años de rehabilitación y búsqueda espiritual hasta que finalmente encontró a su hijo en las redes sociales.

Para sorpresa y deleite de Randy, Noah vivía en el cercano condado de Riverside.

Una fotografía de Noah Anderson cuando era niño. (Caters News)

El 14 de junio, la pareja se reunió por primera vez después de 20 años. «La reunión fue increíble», dijo Randy, un trabajador de mantenimiento, a Mercury Press. «Le conté lo que había sucedido hace 20 años, pero lo más importante que quería decirle era que no fue por falta de amor».

A la edad de 34 años, Randy estaba en la agonía de la adicción a las drogas y el alcohol y cumpliendo una sentencia de un año de prisión por posesión de drogas cuando se enteró que su pareja de entonces estaba embarazada. Cuando Randy salió de prisión, el bebé Noah ya tenía 6 meses.

A Randy le concedieron 90 días para encontrar un hogar, un trabajo y demostrar su estado de sobriedad; de lo contrario, su bebé se daría en adopción. «No pude lograrlo», admitió Randy. «Tuve que renunciar a mis derechos y hacer lo que era mejor para el niño».

«Eso fue lo más difícil que he tenido que hacer».

Un exdrogadicto y padre alcohólico se reunió con su hijo 20 años después de darlo en adopción. (Caters News)

Después de experimentar su momento más bajo, Randy tomó la decisión de darle un giro a su vida; a partir de 2020, el padre sigue asistiendo a un grupo de apoyo para su recuperación y trabaja como voluntario ayudando a otros que están luchando contra la adicción. Reconectarse con su hijo, Noah, fue la última recompensa en el viaje de Randy.

«Mantenía mi Facebook abierto y lo buscaba al azar en las redes sociales», explicó el padre. «Mi familia se mantuvo en contacto con él hasta que tuvo unos tres años (…) así fue como supe su nombre».

Instagram y lo encontró inmediatamente, confirmó la identidad de su hijo al comparar las fotos que tenía del bebé con las fotos de la infancia en el feed de Instagram de Noah.

Después de dar un giro a su vida, Randy encontró a su hijo en las redes sociales y se sorprendió al descubrir que vivía a una hora y media de distancia en el condado de Riverside. (Caters News)

«Le envié un mensaje y respondió diciendo que era él», dijo Randy. «Pude haber sufrido un ataque al corazón; no lo podía creer. Estaba nervioso, ansioso, conmocionado».

Al reunirse, el dúo padre e hijo, reconocieron inmediatamente lo mucho que tenían en común a pesar de estar separados por 20 años. Ambos hombres habían jugado en las mismas posiciones en el fútbol y el béisbol, ambos tocan la guitarra, y ambos odian las aceitunas negras.

«[Ambos] damos marcha atrás en los estacionamientos en lugar de ir hacia adelante», añadió Randy, resaltando las » singularidades» que comparte con su hijo. «Ambos tenemos el mismo sentido del humor (…) Fue realmente maravilloso para un primer encuentro. Realmente estoy muy feliz, es un cambio de vida».

Randy Kemp, de 55 años, de Carlsbad, California, dio a su hijo, Noah Anderson, 20, en adopción cuando tenía tan solo 6 meses. (Caters News)

Hablando con Mercury Press, Randy expresó su arrepentimiento por haber tardado tanto tiempo en llegar al camino recto y estrecho. Pero hoy, está prosperando. «He estado reconstruyendo mi vida y cuidando mi salud, yendo a reuniones de recuperación, ayudando a otros en una situación similar», dijo.

«No tengo otros hijos y siempre he querido tenerlos, lo que hace que esto sea tan especial», añadió el padre. «Fue un capítulo de mi vida muy doloroso y fue como si el sol estuviera brillando sobre mí otra vez. Era por lo que había estado orando».

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