Gran parte de la cobertura de las noticias actuales sobre China es optimista, centrándose en lo que los analistas perciben como las medidas que el país está tomando hacia un sistema jurídico y financiero más desarrollado en medio de un crecimiento económico continuo.
En un seminario de derechos humanos en la Universidad Estatal de San Marcos en California, el 1 de octubre, un diverso panel de cinco integrantes ofreció un testimonio muy diferente de lo que ellos llaman la «verdadera China”.
El foro fue organizado por “Citizens for Global Solutions (CGS, Ciudadanos por Soluciones Mundiales)”, en respuesta a los recientes acontecimientos inquietantes en China, incluyendo lo que se ha bautizado como el «Viernes Negro», un día que no tiene nada que ver con las compras sino que tiene que ver con la detención masiva de al menos 200 abogados de derechos humanos el 10 de julio. La CGS afirma que sus fuentes dicen que el número es cercano a los 2.000.
El foro también coincidió con la reciente visita del líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, a Estados Unidos, centrada en conversaciones sobre el desarrollo económico y las iniciativas de cambio climático.
«Esto precisamente es en lo que el gobierno chino quiere que se centren los países occidentales: en cómo China está haciendo nuevas leyes, y en creer que China está avanzando hacia la democracia. Yo también solía creer eso», dijo el abogado de derechos humanos chino y miembro del panel, Yong Feng Peng.
«Mi experiencia personal, sin embargo, me mostró una realidad completamente diferente”.
“Gobernada por mentiras”
Peng, como ex abogado de la firma Hebei Hope de la provincia de Hebei, es un testigo de primera mano del tratamiento que se le da a los abogados de derechos humanos y a los defensores de la democracia, aquellos que defienden a quienes son desalojados por la fuerza de sus hogares y a quienes son perseguidos por sus creencias religiosas y espirituales, especialmente la práctica de meditación Falun Gong, también conocida como Falun Dafa.
Durante los últimos 16 años, los practicantes de Falun Gong han sido detenidos por hacer ejercicios con movimientos simples, leer ciertos libros, o por tener lo que ellos llaman “pensamientos incorrectos”. Son colocados en campos de trabajos forzados, torturados, y presionados a renunciar a su fe.
Peng dijo que después de años de hacer su mayor esfuerzo por defender sin éxito a estas personas en China, que claramente habían sido agraviadas, sintió que había estado haciendo cualquier cosa menos practicar la abogacía.
Él dijo que China no se rige por la ley, sino que está «gobernada por mentiras”.
El ejemplo más impactante de maltrato a los presos de conciencia es un programa llevado a cabo por el Estado, en el cual los órganos de los prisioneros son comparados con los de los pacientes que necesitan trasplantes de órganos y los matan a medida que surjan pedidos, mediante un lucrativo procedimiento de tráfico de órganos. Los órganos se venden a los chinos y turistas adinerados.
Según Amnistía Internacional, China ejecuta a más personas que todo el resto del mundo junto.
«China mintió durante años, y dijo que no estaban utilizando ninguno de estos órganos para trasplantes», dijo el profesor panelista Greg Autry, de la Marshall School of Business de la Universidad del Sur de California, también co-autor y co-productor del libro y la película «Muerte a manos de China”.
«Pero todo el mundo podía ver en los datos que ser donante de órganos no era una cosa popular en China, por una serie de razones históricas, y que en realidad no tienen una lista de donantes de órganos”.
Un holocausto moderno
«Es casi difícil de creer esto», dijo Autry acerca de la práctica de sustracción de órganos en China. «Pero antes los estadounidenses no podían creer las historias que venían de la Alemania nazi, incluso durante la Segunda Guerra Mundial. No fue sino hasta después, cuando se liberaron los campos, que vimos [todo]».
También en el panel estaba el ex miembro del parlamento canadiense y candidato al Premio Nobel, David Kilgour, quien ha investigado durante una década las denuncias de sustracción forzada de órganos a los presos de conciencia en China.
«Cuando se habla sobre el holocausto, es sorprendentemente similar», dijo Kilgour.
Kilgour, junto con el abogado canadiense de derechos humanos, David Matas, estiman que entre 40.000 y 60.000 personas en China fueron asesinadas por sus órganos hacia el año 2005. Otro investigador, Ethan Gutmann, estimó en su libro «La Masacre”, que la cifra de muertos entre el año 2000 y el 2007 ascendía a 65.000. Una investigación de WOIPFG (Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong) estima la cifra de muertos en más de 2 millones.
Kilgour compartió la información de un receptor de un órgano de un país no revelado que viajó a China. El receptor dijo que los médicos chequearon una lista de nombres, se fueron por unas horas, y volvieron ocho veces con ocho pares diferentes de riñones antes de encontrar uno que fuera compatible con la sangre y el tejido del hombre. Era claro que habían asesinado a ocho personas para que este hombre pudiera tener un trasplante de riñón.
Una resolución, la H.Res. Número 343, fue presentada este verano en el Congreso de Estados Unidos por la representante Ileana Ros-Lehtinen del Estado de La Florida, que condena los crímenes de sustracción de órganos en China. Según congress.gov, el proyecto de ley tiene 120 co-patrocinadores.
«Creo que es importante hacer las cosas bien y condenar la sustracción de órganos a nivel personal, pero también que nuestro gobierno tenga el coraje de ponerse de pie y hacer esto», dijo Autry. «Aplaudo a los miembros que están dispuestos a tomar una posición sobre esta cuestión”.
Sin embargo, Autry dijo que los estadounidenses deberían presionar a las empresas que han mandado sus negocios a China, ya que ayudan a proporcionar financiación para que el régimen chino cometa este tipo de delitos.
Opresión más allá de China
Anastasia Lin, Miss Mundo Canadá 2015, que viajó desde Toronto, estuvo también en el panel del jueves. Fue coronada en mayo y planea asistir al concurso de Miss Mundo el 19 de diciembre en Sanya, China, a pesar de su abierta defensa de los derechos humanos que ha suscitado dudas acerca de si se le permitirá ingresar al país.
Hace nueve años, una ex Miss Mundo de Canadá le dijo a Lin que los concursos de belleza eran una buena manera de abogar por una causa noble. Lin lo tomó muy en serio y ahora habla de los perseguidos en China, como los uigures, tibetanos, cristianos y Falun Gong.
Después de que Lin fue coronada, contó que su padre en China se puso feliz. Pero sólo unos pocos días más tarde, la contactó y le pidió que dejara de hablar de los derechos humanos. Él le dijo que las fuerzas de seguridad chinas lo habían ido a ver.
«Mi padre me suplicó en un mensaje de texto: ‘Por favor, déjanos alguna manera de sobrevivir en China’. Y eso realmente me rompió el corazón», dijo.
Ella dijo que pasó una semana llorando sin saber qué hacer. Pero, finalmente, decidió que no podía ceder, o de lo contrario la opresión nunca se detendría. Se dio cuenta de que la mejor manera de ayudar a su padre era atraer la atención internacional sobre el tema.
Lin compartió su historia con los medios de comunicación canadienses y luego escribió un artículo de opinión para el Washington Post. Otros grandes grupos de medios de comunicación también cubrieron la historia.
Lin dijo que las convicciones de los practicantes de Falun Gong que han sido torturados en China la han conmovido profundamente.
«Lo que me inspiró no fue por cuántas penurias pasaron estas personas», dijo. «Sino que todavía tengan una perspectiva muy positiva, y aún enfrenten al mundo con compasión”.
Esperanza para China y el Mundo
Lin dijo que no sólo está hablando en nombre de los perseguidos, sino que también tiene la esperanza de despertar la conciencia de la gente como su padre, que han sido inmovilizados por el miedo a través de cosas aterradoras tales como la Revolución Cultural.
«Sus mentes y creencias han sido confinadas a un punto en que ni siquiera recuerdan que tienen una elección», dijo.
El Dr. Chen comparte un objetivo similar, el de también tocar los corazones de los que están fuera de China. Él cree que muchos políticos occidentales y medios de comunicación se autocensuran y se apartan de las cuestiones de derechos humanos en China, debido a los negocios e intereses económicos. Sin embargo, dijo que eventualmente tendrán que elegir cómo responder a la gran cantidad de pruebas de los crímenes horribles perpetrados por el régimen chino.
El Dr. Chen también dijo que los practicantes de Falun Gong en China y en todo el mundo han sido persistentes en la denuncia de los abusos que han enfrentado, lo que produjo un cambio en la situación en China. El 1 de mayo de este año, el Tribunal Popular Supremo de China comenzó a aceptar demandas por escrito, sin excepción, en lugar de rechazarlas automáticamente como lo habían hecho en el pasado.
Desde entonces, cerca de 180.000 personas han presentado denuncias contra el ex cabecilla chino Jiang Zemin por comenzar la persecución a Falun Gong en julio de 1999.
«Creo que el futuro de los derechos humanos en China es ahora, ya que la tendencia ha cambiado», dijo el Dr. Chen. «Son aquellos que están en contra de la historia quienes están en riesgo, incluyendo a muchos de los líderes políticos de este país”.
El panelista Greg Autry instó a más personas a prestar atención a los derechos humanos en China y a entender que estos problemas afectan sus vidas.
«Cuando no se presta atención a los sufrimientos de los demás, se pone en peligro nuestra propia integridad», dijo Autry. «Al mismo tiempo, también pone tus propios derechos en riesgo”.
Al panel de derechos humanos del jueves asistieron miembros locales de la comunidad, estudiantes universitarios y estudiantes de secundaria, muchos de los cuales nunca habían oído hablar de los temas discutidos allí.
Alex Raydan, que está cursando su último año en la escuela secundaria Rancho Buena Vista, asistió al evento con sus amigos para obtener créditos de participación comunitaria para su clase. Dijo que aprendió mucho y que el evento fue profundo y conmovedor.
«Esta es la primera vez en que he oído hablar de [Falun Gong], y estoy realmente sorprendido de no haber escuchado hablar de esto antes, porque esto parece un problema mundial muy importante», dijo. «Realmente me siento motivado a decir algo o empezar a actuar de una manera que ayude a la situación en China”.
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