Papá enseña una gran lección a su hijo cuando acepta el error de mamá de quemar las galletas

Por The Epoch Times
25 de enero de 2019 2:43 AM Actualizado: 25 de enero de 2019 2:43 AM

Nadie es perfecto. Cada uno tiene sus propios defectos, debilidades y todos cometemos errores.

Por lo tanto, para mantener una relación fuerte, uno debe aprender a mirar más allá de las fallas de la pareja y dejar de enfocarse en los defectos.

Esta valiosa lección, de aceptar las faltas de los demás, fue compartida recientemente en Facebook por John Pennington.

 

En su publicación, John volvió a contar una conmovedora historia sobre las galletas quemadas de su madre, una historia que estuvo circulando por Internet durante años.

La historia comienza así: «Cuando yo era niño, a mi mamá le gustaba preparar el desayuno de vez en cuando para la cena. Recuerdo una noche en particular en la que hizo el desayuno después de un largo y duro día de trabajo».

«Esa noche, hace tanto tiempo, mi mamá puso un plato de huevos, salchichas y galletas extremadamente quemadas frente a mi papá. ¡Recuerdo haber esperado a ver si alguien se daba cuenta!»

Imagen ilustrativa ( Crédito: Micolas/Shutterstock)

En lugar de evitar el montón de galletas quemadas, el padre de la historia se acercó a las galletas.

Extendió mantequilla y jalea sobre una galleta ennegrecida, se la comió y mientras sonreía a su esposa, le preguntó al niño cómo le fue en la escuela.

«Se comió cada mordisco de esa cosa… ¡nunca hizo una cara ni pronunció una palabra al respecto!»

Cuando el niño terminó de comer y se levantó de la mesa, escuchó a su mamá pidiendo disculpas a su papá por haber quemado las galletas.

«Nunca olvidaré lo que dijo: ‘Cariño, me encantan las galletas quemadas de vez en cuando'».

Más tarde, el niño fue a darle un beso de buenas noches al padre. Curioso, le preguntó a su padre si realmente le gustaban las galletas quemadas.

El padre respondió: «Tu madre tuvo un día duro en el trabajo hoy y está muy cansada. Además, una galletita quemada no hace daño a nadie».

Imagen ilustrativa (Crédito: Monkey Business Images/Shutterstock)

El acto de gracia y perdón del padre dejó una profunda impresión en el niño.

Este suceso afectó su forma de ver de la vida.

«A medida que fui creciendo, pensé en eso muchas veces. La vida está llena de cosas imperfectas y de gente con sus fallas. No soy el mejor en casi nada, olvido los cumpleaños y aniversarios como todo el mundo».

A lo largo de los años, aprendí que «aceptar las faltas del otro y elegir celebrar las diferencias del otro es una de las claves más importantes para crear una relación sana, creciente y duradera».

Esta es una hermosa lección que vale la pena observar y aprender.

Imagen ilustrativa (Crédito: Monkey Business Images/ Shutterstock)

No te sorprenderá saber que la publicación de John se volvió viral, recibiendo más de 241.000 reacciones y más de 36.000 comentarios.

El mensaje encantador en esta historia impacto a muchos usuarios de las redes sociales.

«Palabras para vivir», escribió uno.

«¡Gran historia!», comentó otro. «Todos podríamos aprender de este ejemplo, dispuestos a aceptar las faltas de los demás, porque nadie es perfecto».

«Ojalá todos leyeran esto y lo practicaran en sus propias vidas», dijo otro.

Tengan siempre en mente mirar más allá de las faltas y errores de los demás y «sean más amables de lo necesario porque todos se hallan peleando algún tipo de batalla».

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