La historia de este famoso arco de triunfo ha revelado dolorosamente la debilidad del mundo, la falta de autoridad de la UNESCO, y la indefensión de miles de arqueólogos de todo el mundo.
El Arco de Triunfo de Palmira, que conmemoraba el reinado del gran emperador Septimio Severo, fue destruido por Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS o Daesh) en el año 2015.
Imagine un gran lugar de excavaciones que ocupa más de 40 hectáreas de tierra arenosa. Sus notables piezas arqueológicas, ocultas durante siglos, se convirtieron en un fascinante tesoro de la antigüedad a lo largo del siglo XX.
Las ruinas de la ciudad romana acabaron siendo un lugar de peregrinación para miles de apasionados de la historia. Tristemente, a causa del estallido de la guerra en Siria, el lugar se encontraba en peligro.
Sin embargo, grupos de investigadores de todo el mundo están ahora aunando sus esfuerzos para intentar devolver a esta ciudad monumental su antigua gloria.
El arco monumental de un dios viviente
El Arco de Triunfo de Palmira fue erigido siendo emperador Septimio Severo, durante cuyo reinado se realizaron numerosas y destacadas construcciones. Fue el mismo emperador que dio al mundo la maravillosa antigua ciudad de Leptis Magna.
El Arco de Triunfo de Palmira fue creado entre los años 193 d. C. y 211 d. C., y estaba unido a la famosa avenida de Palmira conocida como “Columnata”. Además estaba conectado al Templo de Bel, destruido también recientemente por los terroristas de ISIS.
Este arco de triunfo fue creado para conectar las zonas separadas de la Columnata. Su construcción cambió la orientación de la avenida en treinta grados. Los investigadores pasaron muchos años analizando antiguos textos en busca de la razón por la que se habría construido tan costoso e imponente monumento.
La explicación más convincente apunta a que esté relacionado con una victoria sobre los partos, quizás inspirado por el famoso Arco de Adriano, cuyas estructuras conmemorando los logros del emperador se encuentran entre las más impresionantes de todo el mundo.
La sombra de una ciudad en ruinas
La más antigua descripción conocida del arco nos llega del viajero británico Robert Wood, quien estuvo en Palmira a mediados del siglo XVIII. Wood pasó algún tiempo entre las ruinas de la antigua ciudad largo tiempo antes de que llegara la primera expedición de arqueólogos.
Dibujó numerosos grabados y los publicó en 1753 en un libro titulado: “Las ruinas de Palmira; conocida como Tedmor en el desierto”. Otro visitante también lo describió. Pero por desgracia nunca podremos ver lo que el arquitecto, dibujante y pintor Louis-François Cassas describía en 1785 en el transcurso de su visita a Palmira.
Habiendo llegado a Palmira el 22 o el 23 de mayo de 1785, Cassas trabajó diligentemente para registrar la inmensa cantidad de ruinas extendidas por el paisaje hasta que partió un mes más tarde con una caravana de 500 camellos que se dirigía a Baalbek, en lo que hoy es el Líbano. Aspirando a superar las publicaciones anteriores sobre Palmira, Cassas quiso impresionar e inspirar a sus lectores europeos documentando profusamente esta grandiosa ciudad grecorromana perdida en el desierto. Sus grabados panorámicos encajan en la pintoresca tradición de los viajeros, invitando al espectador a maravillarse ante la grandeza de la antigüedad y lamentar su inevitable decadencia simultáneamente. En una amalgama de orientalismo y anticuarismo, los grabados impresos de sus dibujos nos muestran beduinos de la zona habitando un dramático paisaje salpicado de antiguos bloques de piedra, columnas corintias y puertas monumentales. Su objetivo principal de registrar sistemáticamente el arte y el ingenio de una civilización desaparecida es evidente a partir de las numerosas representaciones técnicas de la imponente arquitectura civil y religiosa realizadas por Cassas. Las plantas y los alzados arquitectónicamente reconstruidos se complementan con detalles de los elementos ornamentales.
Este paisaje sería modificado por el trabajo que iban a realizar en el futuro los arqueólogos e investigadores de todo tipo que visitaron Palmira en el siglo XIX. En 1930, el Arco de Triunfo fue restaurado por primera vez. Con el paso del tiempo, cada vez más investigadores querían trabajar en Palmira. La antigua ciudad se convirtió en un lugar fascinante para muchas generaciones de arqueólogos. En un caso similar a Egipto, Palmira pasó a ser un destino de ensueño y una inspiración para los aspirantes a investigadores de la historia.
El arco de triunfo, similar al de Leptis Magna, fue incluido como parte del Patrimonio Mundial creado por Septimio Severo. Los investigadores han observado que los relieves incluidos en el arco parecen únicos, relieves que han ayudado a deducir las características del típico arte Palmireno. No solo eso, sino que el arco de Palmira era además un ejemplo de las típicas construcciones de la época de Septimio Severo.
El futuro de una ciudad eterna del Próximo Oriente romano
Cuando Palmira colapsó bajo el poder destructivo de Estado Islámico de Iraq y Siria, millones de personas lo lamentaron. Parece que la gente no se había sentido tan afectada por la pérdida de un antiguo monumento en décadas.
Una de las víctimas de este ataque fue el Arco de Triunfo de Septimio Severo. Aunque el monumento se encuentra ahora en ruinas, los investigadores ya han comenzado a trabajar en su recuperación de entre las cenizas y los escombros.
El primer paso para lograrlo será realizar una recreación virtual tridimensional. Se han realizado monumentos virtuales en 3D en varias ciudades de todo el mundo, entre ellas Londres, Dubai y Nueva York.
Además, en el caso del arco real, los investigadores parecen ser optimistas. Tras el regreso de los equipos de investigación enviados a Palmira, se ha descubierto que aún quedan muchas piedras del arco original. Gracias a este hecho, la reconstrucción podría resultar más factible de lo que se creía hasta ahora.
Aparte del Arco de Triunfo, los famosos templos de Bel y Baalshamin también serán reconstruidos utilizando los restos que sobrevivieron a la destrucción. Parece increíble, pero a pesar de que el Arco de Triunfo de Septimio Severo se encuentra ahora en ruinas, algún día volverá a alzarse orgulloso en la antigua ciudad de Palmira.
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