Justo cuando el régimen chino se auto reconocía por sus grandes progresos en materia de derechos humanos en el libro blanco del año pasado, han sido difundidos informes que detallan el continuo encarcelamiento de presos políticos del régimen en instituciones de salud mental.
Qiao Zhongling, el viejo activista pro democracia de 70 años, ha sido trasladado a tres hospitales psiquiátricos diferentes en Shanghai en los últimos cinco años, dijo su ex psiquiatra Ma Jinchun según mencionó Radio Free Asia (RFA), agencia de radiodifusión sin fines de lucro.
Qiao fue etiquetado como «contrarrevolucionario» durante el turbulento período de la Revolución Cultural (1967-1977), más tarde se unió al movimiento Muro de la Democracia y en 1978 fundó el Foro Shanghai por la Democracia. Finalmente fue arrestado, condenado a prisión por tres años y, después de ser liberado, ha sido objeto de vigilancia policial.
Open Magazine, con sede en Hong Kong, reportó que Qiao llegó a Hong Kong en 2001 para discutir la publicación de un libro y cuando regresó a China no se supo más de él, difundió Radio France Internationale.
Jin Zhong, editor en jefe de la revista Open, dio la declaración de Ma a RFA con la información publicada que ha reunido hasta ahora sobre el destino de Qiao.
Ma, quien fue asignado para atender a Qiao en el último hospital psiquiátrico, se dio cuenta de que su paciente no era un enfermo mental, lo que planteó a la dirección del hospital, dijo Jin.
«Le aplicaban (a Qiao) tratamiento por la fuerza, como enfermo mental», dijo Jin a RFA. Y añadió: «El medicamento afectó su cerebro, y también tuvo efecto negativo en sus arterias coronarias».
Pero la dirección del hospital le dijo a Ma que no podía hacer nada por Qiao, ya que al haber sido ingresado por la policía, ésta dio instrucción al hospital de no “involucrarse».
Ma decidió eludir el Great Firewall –el sistema de control de Internet del régimen chino- y obtener más información sobre Qiao y descubrió casos similares en varios informes de prensa.
Fue entonces que Ma «se dio cuenta que Qiao Zhongling fue víctima de la persecución», dijo Jin.
«Salud y Paz”
Algunos de los hospitales psiquiátricos de China, administrados por el Ministerio de Seguridad Pública, se llaman ankang. «Ankang» se traduce como «salud y paz». Pero estas instalaciones médicas tienen una reputación de lograr todo lo opuesto a la salud y la paz de quienes han sido internados en ellas, como los disidentes y prisioneros de conciencia -activistas pro-democracia, peticionarios al gobierno y practicantes de Falun Gong.
Las víctimas a menudo son capturadas por personal de seguridad y forzadas a ingresar en estos «ankang» sin su consentimiento o el de sus familiares, en actos ilegales según la nueva ley de salud mental de China, instituida en 2013.
En los hospitales psiquiátricos, a los activistas de derechos, disidentes y presos de conciencia les suministran por la fuerza fármacos psiquiátricos que dañan su sistema nervioso y provocan síntomas como insuficiencia cardíaca, pérdida de memoria, hasta parálisis o auténticas enfermedades mentales.
Los medicamentos suministrados a Qiao ya «afectaron su función cerebral y le están haciendo más daño que una golpiza», dijo Jin Zhong a la RFA. Ma Jinchun teme que de continuar el «tratamiento» psiquiátrico de Qiao, él «estaría acabado».
Porqué Ma teme lo peor
Muchos practicantes de Falun Gong –la disciplina espiritual tradicional china que incluye ejercicios con movimientos lentos y seguir un elevado código moral- fueron confinados en instituciones psiquiátricas sufriendo pérdida de memoria y parálisis, después que el régimen chino comenzó en 1999 una persecución sin precedentes contra su fé.
En uno de esos casos, el practicante de Falun Gong Liang Zhiqin, después de recibir inyecciones con fármacos psiquiátricos, sufrió insuficiencia cardíaca y entró en shock dos veces, falleciendo en 2009.
¿Y los Derechos Humanos?
«Los grandes logros que China ha hecho en sus esfuerzos por los derechos humanos demuestran plenamente que está tomando el camino correcto», se lee en el Libro Blanco del régimen chino sobre su historial de derechos humanos del año pasado.
El régimen está comprometido con la defensa de los «derechos fundamentales» y los «valores universales» de su pueblo, afirma el informe, entre otros asuntos.
Pero los informes sobre la detención psiquiátrica forzosa elaborados este año por grupos de derechos humanos muestran lo contrario.
El libro blanco fue difundido este 8 de junio, el mismo día que RFA publicó la historia sobre la detención de Qiao Zhongling en un «ankang».
Hace un mes, Chinese Human Rights Defenders (CHRD), una organización sin fines de lucro con sede en Washington, reveló siete casos conocidos de internamiento psiquiátrico forzado en los últimos seis meses, que incluyen la reclusión del hijo de un peticionario del gobierno en una institución psiquiátrica, como forma de venganza contra el peticionario.
Las autoridades chinas «han encontrado que el confinamiento psiquiátrico forzado es una alternativa conveniente para restringir la libertad de los ciudadanos ‘problemáticos’ «, declaró la organización CHRD.
En enero pasado, el grupo de derechos humanos con sede en Hubei, Observatorio de los Derechos Civiles y Medios de Vida, señaló en un informe que el régimen chino está aumentando el envío de (miembros de) los grupos objetivo a las instalaciones mentales sin un juicio.
Liu Feiyue, el fundador de este observatorio, dijo a RFA que convertir a una persona en un “enfermo metal», «no debería ser un medio para mantener la estabilidad» en China.
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.