Una ciudad española está dando el ejemplo cuando se trata de facilitar la vida de sus habitantes.
Con ayuda de la tecnología moderna, los diseñadores urbanos en Santander han creado una serie de sistemas con sensores para evitar embotellamientos y reducir el tiempo que se necesita para ir de compras.
Santander es un puerto en la costa Atlántico Norte de España que se esparce a lo largo de la bahía.
Estacionamiento es fácil de encontrar ya que cuando un auto sale de su estacionamiento sensores subterráneos registran que existe uno libre.
400 sensores envían mensajes a letreros en las intersecciones y los GPS’s dirigen al conductor al estacionamiento disponible más cercano, reduciendo así la congestión de tránsito.
Una aplicación para el celular facilita el pago para estacionamiento.
Muchos negocios en Santander utilizan barras codificadas para ahorrar tiempo al consumidor.
“En Santander, la basura se recoge solo cuando los contenedores están llenos y las paradas de autobuses señalan cuándo llega el próximo vehículo”, cuenta Angel Benito, dueño de tiendas de zapatos.
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Todo esto es posible debido a los 20 mil sensores instalados en edificios, calles, postes y hasta los buses, como parte del proyecto Ciudad Inteligente lanzado por la Universidad de Cantabria hace siete años.
Los funcionarios de la ciudad se reúnen con regularidad con los locales a discutir cómo hacer la ciudad aún más inteligente.
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