La cuenta atrás ha comenzado. Después de casi 13 años orbitando Saturno, la misión internacional Cassini-Huygens está a punto de abrir su último capítulo. La nave se irá ‘sumergiendo’ cada vez más entre el planeta y sus anillos para finalizar con un espectacular descenso en picado hacia la atmósfera del planeta gaseoso el 15 de septiembre.
La semana pasada, el 22 de abril, Cassini efectuó con éxito su vuelo número 127, el último alrededor de Titán, la mayor luna de Saturno. La maniobra permitió orientar la sonda hacia la trayectoria de su gran final: una serie de 22 órbitas, de una semana de duración cada una, que la acercarán al planeta y en las que irá atravesando sus anillos internos y su alta atmósfera. Este miércoles 26 de abril cruza por primera vez el plano de los anillos. Google ha celebrado el acontecimiento con un doodle.
Con las repetidas incursiones en esta región inexplorada que rodea al gigante gaseoso, la misión concluirá su viaje en el que ha recopilado datos sin precedentes para responder a cuestiones fundamentales sobre el origen de Saturno y su sistema de anillos.
El viaje de Cassini comenzó hace 13 años. La nave partió en 1997 y, tras siete años recorriendo el sistema solar, llegó a Saturno en julio de 2004. Algunos meses después, el orbitador Cassini liberó la sonda Huygens de la Agencia Espacial Europea (ESA), que aterrizó en Titán el 14 de enero de 2005. Era la primera vez que se aterrizaba en el sistema solar exterior.
La misión ha contribuido enormemente a nuestra comprensión del entorno saturniano, incluyendo el sistema de anillos y lunas del planeta gigante.
Al combinar los datos recogidos por Huygens sobre el terreno y las observaciones realizadas por Cassini durante sus sobrevuelos de Titán, la misión reveló los procesos atmosféricos de esta luna y su evolución estacional, así como la morfología de su superficie y su estructura interna, que podría incluir un océano de agua líquida.
Envuelta en una densa atmósfera de nitrógeno y cubierta en parte por lagos y ríos, Titán presenta un ciclo meteorológico e hidrológico con interesantes parecidos a los de la Tierra. No obstante, las diferencias son importantes: el componente clave de Titán no es el agua, como en nuestro planeta, sino el metano, y la temperatura es muy baja, de unos -180 °C en la superficie.
A lo largo de sus 13 años de misión, Cassini ha cubierto aproximadamente la mitad de la órbita de Saturno, dado que el planeta tarda 29 años en dar una vuelta al Sol. Así, la nave ha sido testigo de dos estaciones en Titán, un objeto que puede brindarnos valiosa información sobre el pasado y el futuro de la Tierra.
Otro de los hitos de Cassini fue la detección de una columna de vapor de agua y materia orgánica que expulsaban al espacio una serie de fracturas calientes cerca del polo sur de la luna helada de Saturno, Encélado. Estos chorros salinos indican la presencia de un mar subterráneo de agua líquida pocos kilómetros bajo la superficie helada de esta luna, como confirmaron las mediciones de gravedad y rotación.
Un reciente análisis de los datos recopilados durante los sobrevuelos de Encélado con el Espectrómetro de Masas para Iones y Partículas Neutras (INMS) también reveló la presencia de gas de hidrógeno en la columna, sugiriendo que las rocas podrían reaccionar con el agua cálida del fondo marino del océano subterráneo de esta luna.
Esta actividad hidrotermal podría suponer una fuente de energía química para la vida, facilitando procesos biológicos no fotosintéticos similares a lo que se encuentran cerca de las fuentes hidrotermales en el fondo oceánico terrestre y que apuntarían a una potencial habitabilidad del océano de Encélado.
El gran final
Después de más de una década de revolucionarios descubrimientos, Cassini ahora se acerca a su final. Le queda poco combustible para corregir su trayectoria, por lo que se decidió cerrar la misión haciendo que se precipitara en la atmósfera saturniana el próximo 15 de septiembre.
Durante el proceso, Cassini se desintegrará, cumpliendo los requisitos de protección planetaria para evitar la posible contaminación de las lunas saturnianas que podrían albergar condiciones aptas para la vida.
El ‘gran final’ no solo constituye una forma espectacular de acabar esta extraordinaria misión, también proporcionará multitud de datos científicos únicos que no se habían podido recopilar durante las fases previas de la misión. Hasta ahora, Cassini no se había aventurado en la zona entre Saturno y sus anillos, por lo que las nuevas órbitas casi pueden considerarse una nueva misión.
Estas órbitas cercanas se realizarán con una inclinación de 63 grados respecto al ecuador saturniano y ofrecerán observaciones de los anillos interiores y las nubes del planeta con una resolución nunca antes alcanzada. Las órbitas también permitirán examinar in situ el material de los anillos y el entorno de plasma de Saturno.
Con su investigación radiocientífica, Cassini medirá el campo gravitacional de Saturno a tan solo 3.000 km de sus capas superiores de nubes, mejorando sustancialmente los actuales modelos de la estructura interna del planeta y los vientos de su atmósfera. Los científicos esperan que los nuevos datos también les permitan desentrañar la gravedad del planeta a partir de la minúscula atracción ejercida en la nave por los anillos, calculando así la masa total de los anillos con una precisión inaudita.
Las estaciones terrestres de la ESA en Argentina y Australia ayudarán a recibir los datos científicos de radio de Cassini, ofreciendo una serie de 22 pases de seguimiento durante su Gran Final.
Las órbitas del gran final también permitirán examinar el campo magnético de Saturno a muy poca distancia. Observaciones anteriores han mostrado que el campo magnético es menor de lo esperado, con el eje magnético sorprendentemente bien alineado con la rotación del planeta.
Los nuevos datos recopilados por el magnetómetro de Cassini arrojarán luz sobre los motivos de esto y sobre la ubicación de las fuentes del campo magnético, o bien si algo en la atmósfera saturniana ha impedido hasta ahora detectar correctamente su verdadero campo magnético.
Mientras atraviesa el plano de los anillos, el analizador de polvo cósmico de Cassini estudiará la composición de las partículas de polvo de distintas partes del sistema de anillos, mientras que el espectrómetro de masas para iones y partículas neutras sondeará las capas de la atmósfera superior de Saturno para analizar las moléculas que escapan de la atmósfera y las moléculas de agua procedentes de los anillos.
“Por fin hemos llegado a la última y más atrevida fase de esta misión sin precedentes, en la que la nave volverá a adentrarse en territorio desconocido”, señala Nicolas Altobelli, científico del proyecto Cassini de la ESA, que concluye: “Estamos deseando recibir el caudal de nuevos y fascinantes datos que Cassini nos transmitirá en los próximos meses”.
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