La Casa Blanca anunció que el presidente Donald Trump tiene previsto asistir a la cumbre de jefes de estado de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, a realizarse el 25 de mayo en Bruselas, Bélgica, en lo que sería su primer viaje al extranjero como presidente.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que “el presidente espera reunirse con sus contraparte de la OTAN para reafirmar nuestro fuerte compromiso” con la alianza.
Durante su campaña presidencial, Trump acusó a la OTAN de ser «obsoleta» y criticó a Bruselas, equiparándola «a vivir en un infierno”.
El sábado, tras recibir el día anterior a la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente arremetió contra Alemania en su cuenta de Twitter afirmando que ese país debe “vastas sumas de dinero” al colectivo militar, que le ha dado seguridad al viejo continente desde fines de la Guerra Fría.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, fue criticado el martes por decir no asistir a una reunión de ministros de la OTAN programada para el 5 y 6 de abril también Bruselas, y preferir en cambio quedarse a la reunión que Trump sostendrá con el presidente chino, Xi Jinping, en su club de Mar-a-Lago, en Florida el 6 y el 7 de abril.
Según el comunicado de la Casa Blanca, además de pedir mayor cooperación para el combate contra el terrorismo, el presidente Trump tiene la intención de tocar en la reunión el espinoso tema de la “responsabilidad de compartir” los costos de la Alianza entre todos los países miembros y reducir el aporte de Estados Unidos.
Estados Unidos aportó casi $650 millones de dólares a los gastos de defensa de la OTAN en 2015 comparado a los $270 millones que aporta toda Europa junta.
Los países miembro de la OTAN se han comprometido a aumentar sus gastos militares en un dos por ciento del PBI, pero sólo cinco países han cumplido con ese objetivo: Reino Unido, Estonia, Grecia y Polonia, además de Estados Unidos.
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