El asbesto o también conocido como amianto es un material cancerígeno según lo ha clasificado la Organización Mundial de la Salud. Se ocupa en las tuberías y su utilización podría traer riesgos en la salud de la población.
Por ejemplo, en Ciudad de México la red de tuberías de agua potable tiene unos 60 años de antigüedad y como referencia, en el sector poniente de la capital hay 289.244 metros de tubería de asbesto cemento y sólo 7.151 de polietileno.
Según un artículo de El País, el director del Sistema de Aguas de Ciudad de México, Ramón Aguirre, reconoció que la mayor parte de la red de abastecimiento de agua potable es de asbesto. Algo que va en contra de la petición que ha hecho la OMS de suspender su uso, pues la construcción se realizó antes de conocer los efectos nocivos.
El problema es la falta de recursos para lograr cambiar toda la red, sin embargo sí se han reemplazado estas tuberías por otras de polietileno aunque ha sido sólo por arreglos de fugas o fallas que lo ameriten.
Dichas fugas también son un factor de riesgo porque al romperse la tubería el asbesto se libera en partículas que no se desintegran y por ende se depositan en el agua. Los que se ven afectados directamente son los obreros que se exponen al material.
Estas partículas no se evaporan en el aire ni se disuelven en el agua, por lo que la inhalación o ingestión produce daños a nivel celular cuando se alojan en los pulmones o en el tubo digestivo.
Debido al peligro que representa el asbesto, más de 50 países han prohibido su utilización. Algo que México está lejos y más aún si es el principal importador de asbesto en Latinoamérica.
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.