Investigadores del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla (EE.UU.) han descubierto una nueva pista sobre el origen de las metástasis en el cáncer tras observar que algunos tumores comienzan a enviar células tumorales a través del torrente sanguíneo antes de lo que se pensaba.
Concretamente, y según muestra este nuevo estudio publicado en la revista «Cell Reports», las células cancerígenas que llegan a la sangre entran en los vasos sanguíneos desde el núcleo del tumor y serían las responsables de provocar segundos tumores que luego tardan años en dar la cara.
Como explica Elena Deryugina, directora de la investigación, «el proceso actual de diseminación de las células tumorales a través de las vías hematógenas es un proceso relativamente poco estudiado, pero finalmente tenemos una respuesta sobre dónde se lleva a cabo».
Antes de lo previsto
El crecimiento de un tumor pasa por diferentes etapas. En las primeras, el tumor es más o menos sólido hasta que en una segunda fase comienza a invadir tejidos próximos para, posteriormente, expandir células tumorales por otros órganos. La última fase es la que se conoce como metástasis, y se caracteriza por la formación de segundos tumores lejos del núcleo tumoral.
En este trabajo, los investigadores querían indagar en estas fases de propagación tumoral y, para ello, recurrieron a una línea de células tumorales generadas a partir del fibrosarcoma humano y de otros carcinomas. Los resultados mostraron que los tumores primarios son capaces de enviar células cancerígenas muy pronto a otras zonas, con independencia de la invasión del cáncer en el tejido adyacente, lo que podría explicar que, en ocasiones, se suelen detectar segundos tumores antes de lo previsto.
Como refiere Elena Deryugina, «este hallazgo también puede arrojar luz sobre por qué los pacientes con tumores en una fase temprana también tienen riesgo de desarrollar enfermedad metastásica, ya que puede haberse desarrollado cuando el tumor primario era demasiado pequeño como para ser visto».
Colonizadores a distancia
En modelos animales desarrollados para este experimento se llevó a cabo un análisis microscópico en tres dimensiones para observar la diseminación de células tumorales, lo que permitió ver cómo estas células escapan del núcleo del tumor mediante un proceso conocido como ‘intravasación’.
En concreto, lograron etiquetar las células tumorales con una proteína fluorescente para distinguirlas del resto de células y luego mapearon todos los vasos sanguíneos desde el núcleo hasta de sus ‘vástagos’ invasores para seguir el camino de las células tumorales.
La sorpresa fue que la gran mayoría de las células tumorales entraron en los vasos sanguíneos procedentes del núcleo tumoral y no de sus posteriores ramificaciones.
Los investigadores también encontraron que los niveles de la proteína EGFR podría ser un buen indicador de si las células tumorales preceden a esta invasión, ya que parece regular la capacidad de un tumor para inducir a los vasos sanguíneos a apoyar la fuga de sus células tumorales.
El siguiente paso será investigar los roles funcionales de los diferentes tipos de células dentro de un tumor primario, como los leucocitos inflamatorios, que también pueden jugar un papel crítico a la hora de apoyar la intravasación de células de cáncer intratumoral.
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