CARACAS — Lo que para los economistas es un cálculo para la mayoría de los venezolanos parece ser una certeza: Venezuela cerrará 2017 con una hiperinflación nunca antes vista: 1400%.
El cálculo es del economista Asdrúbal Oliveros y coincide con el de otras consultoras privadas. Cifras del gobierno no existen. El Banco Central de Venezuela no publica las variables macroeconómicas desde 2015.
“Aunque la gente tiene la percepción de que estamos en el peor momento, podemos atravesar un nivel de crisis más aguda que posiblemente va a acelerar cambios sociales y políticos», advierte Oliveros, director la firma Ecoanalítica.
«Vamos a estar cerrando el año con un récord de 1400%, estamos en un escenario hiperinflacionario con todo lo que significa para el sector empresarial, la gente y los políticos», resalta el economista.
La crisis ya golpeó de frente a Ivana Rodríguez, una mujer que destina 80% de lo poco que gana para comprar alimentos.
“Lo que ganas semanalmente no te alcanza para un kilo de arroz”, dice Rodríguez a la Voz de América mientras hace cola en un supermercado de Caracas y carga en brazos a su hija de dos años.
La señora también cuenta las penurias que pasa por alimentar a su otro hijo de 12 años. “Mi hijo que va al liceo se me ha desmayado por eso, por la escasez de la comida. Si hay para el desayuno no hay para el almuerzo, no hay para otras horas, porque aparte de que no se consigue, cuando lo consigues es demasiado caro», afirma.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, atañe este aumento estrepitoso del costo de la vida al desplome de los precios del petróleo, y a lo que califica como una «guerra económica» por parte de los productores privados para asfixiar su gobierno y forzar su caída.
“He traído ocho leyes vitales para afrontar y resolver los precios de la inflación inducida, para afrontar la guerra», afirma el mandatario.
Pero hasta ahora su principal propuesta es solo una: endurecer los controles de precios, acción que evidentemente no ha funcionado.
Artículo parcialmente modificado
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