En medio de la aguda escasez de productos básicos el trueque en Venezuela se ha convertido en una de las formas en que los ciudadanos intentan abastecerse y alimentar a sus familias, tal como lo afirmaron a la Voz de América, diversos ciudadanos en las calles de Caracas.
Pablo Rodríguez, otro de los consultados, explica, a manera de ejemplo, que la gente cambia una harina de maíz por una harina de trigo, o una pasta de diente por una harina pan.
«Yo veo esto como peor, no veo que nada cambia, no veo nada bueno todavía», dice Rodríguez.
Del mismo modo, comerciantes consultados aseguran que el trueque los ha llevado a una economía rural y algunos pequeños comerciantes se ven obligados a realizar estos intercambios para poder tener mercancía que exhibir en sus anaqueles.
«La mantequilla, la levadura, la harina —tratamos de prestarnos unos a otros para solucionar, para seguir teniendo la producción para que las personas tengan su producto allá afuera» , dice la comerciante Yormen Rojas
Alfredo Cabral, otro comerciante, dice también recurrir al trueque, pero se siente humillado al tener que hacerlo.
«Si consigo, por ponerte un ejemplo, una pasta dental, si la consigo y no me está haciendo falta en mi casa, la compro y después la traigo acá y la cambio con algún otro cliente. Mira, lamentablemente esto lo que está generando es, primero, una baja calidad de vida, yo verdaderamente pienso que es una humillación para el pueblo».
En este mecanismo no importa el signo político de los participantes, la idea no es ganar dinero si no estar abastecidos.
La escasez de alimentos en Venezuela ronda el 80% según la encuestadora Datanálisis, y la inflación en 2015 fue de 180 %, y para este año el fondo monetario internacional la estima en 700%.
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