Wall Street no consiguió hoy mantener la buena racha positiva que venía acumulando en las últimas cinco sesiones y cedió a las pérdidas arrastrado por una caída del precio del petróleo y un dato peor de lo esperado sobre la economía china.
Las ventas, que no pararon en toda la sesión, ya hacían prever desde el inicio de la jornada el cambio de tendencia por culpa en parte de las noticias desde Asia. Al cierre, el Dow Jones bajó un 0,64 %, mientras que el selectivo S&P 500 reculó un 1,12 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq retrocedió un 1,26 %.
El comercio exterior chino cayó un 15,7 % en febrero, tras desplomarse las exportaciones un 20,6 % y caer sus importaciones un 8 %.
Aunque por la remontada de las últimas jornadas parecieran olvidadas, las preocupaciones por el crecimiento de la segunda economía del mundo siguen muy presentes en los mercados de Nueva York, donde se magnifica todo lo que ocurra en el gigante asiático debido al miedo constante a la recesión contagiosa.
Por otro lado, el barril de Texas, de referencia en Estados Unidos, bajó un 3,69 % y cerró en Nueva York en 36,50 dólares, mientras el crudo Brent, de referencia en Europa y otros mercados, cayó un 3,06 % y terminó en Londres en 39,59 dólares.
El parqué neoyorquino nos tiene acostumbrados a hacer seguidismo del precio del crudo. Hoy no fue una excepción.
Pero Wall Street no estuvo solo en el pesimismo. Al otro lado del Atlántico, las grandes bolsas europeas cerraron con pérdidas: Londres bajó un 0,92 %, Fráncfort un 0,88 %, París un 0,86 %, Madrid un 0,53 % y Milán un 0,23 %.
Todo ello, apenas unos días antes de que el 15 y 16 de marzo la Reserva Federal (Fed) se sitúe en el número uno de los motivos de desazón para los inversores, que temen una nueva subida de tipos de interés como a una mala cosecha. En este caso, una cosecha de dinero cada vez menos fácil.
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