Falun Gong, Amnistía Internacional y Tibet Libre se manifestaron en el Mall mientras la Reina recibía a Xi Jinping, en la primera visita de un mandatario chino a Inglaterra en los últimos 10 años.
Un grupo de tibetanos gritaba “No más PCCh” y “¡China, China, China, fuera, fuera fuera!”, mientras un cordón policial rodeaba a los manifestantes pro-PCCh (Partido Comunista Chino).
La mayoría de quienes protestaban eran tibetanos, pero también se distinguía una bandera azul solitaria que sostenía una mujer. Se trataba de una uigur, una etnia musulmana severamente perseguida en la región de Xinjiang, al norte de China.
En la línea hacia el Desfile de los Guardias a Caballo, por donde pasó Xi Jinping en el carruaje de la Reina, unos 15 practicantes de Falun Gong sostenían en silencio sus pancartas. En ellas pedían que el ex cabecilla del Partido, Jiang Zemin, sea llevado a juicio por comenzar en 1999 la persecución de Falun Gong, una disciplina espiritual. Los practicantes de Falun Gong son el grupo más perseguido desde hace 16 años en China, con crímenes que van desde torturas y violaciones grupales de mujeres, hasta la sustracción de órganos en vida de los practicantes detenidos en campos de trabajo forzado.
La Gran Época habló con los tres grupos, quienes contaron por qué estaban protestando durante la visita de Xi Jinping.
Paul Golding, Tibet Society
Tenemos dos mensajes. Uno es para Xi Jinping, pidiendo libertad y derechos humanos para el Tibet, pero por supuesto para toda China también. Y el segundo mensaje es para Cameron. Queremos que Cameron plantee estos temas con Xi Jinping y haga una declaración pública fuerte y robusta.
Si eso realmente pasará, no se sabe. Dicen que hablan de eso a puertas cerradas, pero queremos ver cierta transparencia, ¿de qué hablan realmente a puertas cerradas? Pero lo más importante es que lo hagan públicamente, porque la gente en el Tibet y en China, los que luchan por sus derechos humanos, quieren saber que tienen el apoyo internacional. Y a menos que estos gobiernos salgan y apoyen públicamente, ellos no lo saben y sienten que han sido olvidados.
Rahina Mahmut, uigur
Estoy aquí protestando por las violaciones de derechos humanos que comete China en mi país. Hay miles de prisioneros políticos en las cárceles chinas.
La gente esperaba que cuando Xi Jinping asumiera el poder las cosas cambiaran, pero sólo cambiaron para peor.
También estoy protestando porque el gobierno británico, en vez de ponerse del lado de los oprimidos como los tibetanos, los uigures y los defensores de derechos humanos, está recibiendo al régimen chino con una alfombra roja. Esto envía un mensaje muy malo porque el pueblo chino está mirando por TV cómo Xi es recibido en Gran Bretaña.
La justicia, los valores humanos y la dignidad humana son importantes. ¿Por qué Gran Bretaña tiene una doble moral? ¿Piensan que los británicos merecen tener derechos humanos pero los chinos no? Todo el mundo debería tener los mismos principios.
Minghui Yu, Falun Gong
Mi padre está en la cárcel en China por creer en Falun Gong. Nuestra familia ha sufrido muchísimo por la persecución. Mi padre está muy mal de salud, ha perdido su libertad, ha perdido todo, sólo por su creencia pacífica.
La persecución ha destruido mi vida y la de mis familiares, a quienes amo. Éramos una familia feliz con una creencia en Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y de repente perdimos todo.
Cuando la persecución comenzó en 1999, yo tenía 12 años de edad. Todos los días me preocupaba que mis padres pudieran ser arrestados y yo quedara sola. Mi madre fue enviada a prisión cuando yo tenía 16 años.
Por suerte tengo mi creencia en Falun Gong, que me permite ser fuerte ante toda esta adversidad.
Queremos que Xi nos vea y sepa que estamos esperando que haga un cambio. Realmente espero que pueda escucharnos.
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