Australia y Estados Unidos están trabajando en un plan de «contingencias» en caso que estalle el conflicto en torno a Taiwán, según un alto diplomático estadounidense.
Michael Goldman, encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Canberra, dijo la semana pasada que Australia y Estados Unidos están colaborando estrechamente en cuestiones de seguridad, según el Podcast de Seguridad Nacional de la Universidad Nacional de Australia (ANU).
«Creo que nos comprometimos como aliados a trabajar juntos, no solo para que nuestros ejércitos sean interoperables y funcionen bien juntos, sino también en la planificación estratégica», dijo Goldman.
«También cuando uno mira la planificación estratégica, ésta cubre la gama de contingencias que uno ha mencionado, de las cuales Taiwán es obviamente un componente importante», añadió.
La retórica hostil de Beijing hacia Taiwán aumentó en el último año, desde la reelección de la presidenta Tsai Ing-wen.
En los últimos meses, los aviones militares chinos también hacen incursiones casi diarias en el espacio aéreo taiwanés. La mayor de todas fue a fines de marzo, cuando 20 aviones militares chinos entraron en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Taiwán.
Goldman afirmó que la colaboración con los aliados sería la clave para mantener el poder en la región del Indo-Pacífico.
«Una cosa que estamos decididos a hacer es que no vamos a salir al frente de nuestros aliados», dijo.
«De hecho, vamos a movernos con ellos porque esa es realmente la salsa secreta de nuestro poder en el Indo-Pacífico», añadió.
En diciembre del año pasado, el ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu, pidió a Australia que defienda la democracia y la isla frente a posibles amenazas.
«Australia ha sido un elemento o actor muy poderoso en el Indo-Pacífico», declaró Wu a la Australian Broadcasting Corporation.
«Yo veo que países afines como Japón y Australia e India y Estados Unidos también pueden trabajar juntos para evitar que China siga con su expansionismo», añadió.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, calificó el año pasado la región del Indo-Pacífico como el «epicentro de la creciente competencia estratégica», al tiempo que anunciaba un paquete de financiación de 270,000 millones de dólares a lo largo de 10 años para modernizar las Fuerzas de Defensa australianas.
Uno de los principales objetivos será dotar a los militares de más poder de ataque de largo alcance para influir en el «cálculo de costes» de un adversario, si éste decidiera atacar a Australia.
Por su parte el gobierno de Joe Biden trató el mes pasado de asegurar a Taiwán que Estados Unidos apoyaría a su aliado mediante la creación de un Grupo de Trabajo de Guardacostas. Estados Unidos ha sido tradicionalmente el mayor proveedor de armas de Taiwán.
Los analistas de conflictos bélicos creen que un ataque a la isla por parte de Beijing podría estar a la vuelta de la esquina y un experto cree que las incursiones regulares en el espacio aéreo taiwanés son en realidad simulaciones de una supuesta invasión.
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