El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, criticó a las corporaciones del país, incluyendo a Hollywood y a las grandes empresas tecnológicas, por «doblegarse» ante Beijing en aras de las ganancias, en un discurso en que destacó las amenazas del régimen comunista a la libertad y prosperidad de Estados Unidos.
Hollywood y las empresas tecnológicas estadounidenses se han permitido «convertirse en peones de la influencia china», dijo Barr en un discurso pronunciado en el Museo Presidencial Gerald R. Ford, el 16 de julio.
«En aras de obtener beneficios a corto plazo, las empresas estadounidenses han sucumbido a la influencia [china], incluso a expensas de la libertad y la transparencia en Estados Unidos».
Sus observaciones se producen mientras el gobierno de Donald Trump intensifica drásticamente su retórica y sus acciones contra el régimen chino en una amplia gama de cuestiones, entre ellas los derechos humanos, el espionaje, Hong Kong y su encubrimiento del brote del virus del PCCh.
Tan solo en la última semana, Washington, sancionó a los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) responsables de los abusos de derechos contra las minorías étnicas en la región de Xinjiang; se opuso formalmente a las reivindicaciones territoriales y las acciones agresivas de Beijing en el Mar de China Meridional; puso fin a los privilegios especiales de Hong Kong con Estados Unidos tras la imposición por parte de Beijing de una severa Ley de Seguridad Nacional; y además firmó un proyecto de ley que sanciona a los funcionarios implicados en la supresión de las libertades en Hong Kong y a los bancos que hacen negocios con ellos.
Hollywood y los grandes de la tecnología
El fiscal general señaló la hipocresía que hay detrás de la práctica de autocensura de Hollywood para asegurarse el acceso al mercado cinematográfico más grande del mundo.
«Cada año durante los Premios de la Academia los estadounidenses son sermoneados sobre cómo este país se queda corto en cuanto a los ideales de Hollywood de justicia social», dijo. «Pero Hollywood ahora censura regularmente sus propias películas para apaciguar al Partido Comunista Chino, el violador de derechos humanos más poderoso del mundo».
Por ejemplo, una escena de la película de zombis ‘La Guerra Mundial Z’ fue alterada para eliminar la sugerencia de que el virus que inició el apocalipsis se originó en China, dijo Barr.
Actualmente la industria cinematográfica depende cada vez más de la financiación china y algunas empresas estadounidenses han entrado en joint-ventures con estudios cinematográficos chinos, allanando el camino para que la tecnología y los conocimientos técnicos se transfieran al país, advirtió el fiscal general.
«La República Popular China puede estar menos interesada en cooperar con Hollywood que en cooptar a Hollywood y, en última instancia, sustituirlo por sus propias producciones cinematográficas», dijo Barr.
Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses también han ayudado al régimen a construir tecnología de vigilancia y han censurado sus productos a cambio del acceso al mercado chino, dijo Barr.
La empresa tecnológica estadounidense Cisco, por ejemplo, ayudó a Beijing a construir su vasto aparato de censura y vigilancia en Internet, conocido como el ‘Gran Firewall’, dijo. Otros, «como Google, Microsoft, Yahoo y Apple se han mostrado muy dispuestos a colaborar con el PCCh», añadió Barr.
Barr dijo que Apple ha eliminado varias aplicaciones de su tienda de aplicaciones en China después de la presión del régimen chino, y ha trasladado algunos de sus datos de iCloud a servidores en China, a pesar de las preocupaciones de que expondría los datos a un acceso del PCCh.
Cooptando los negocios de la élite
El fiscal general advirtió que los líderes empresariales estadounidenses se han convertido en los «principales objetivos» de las operaciones de influencia china en Estados Unidos y que el Departamento de Justicia ha visto un número creciente de casos que involucran a funcionarios chinos y sus apoderados que se acercan a los ejecutivos y los buscan para tomar acciones favorables al PCCh.
«Presionar o cortejar en privado a los líderes corporativos estadounidenses para que promuevan políticas o a los políticos de Estados Unidos, representa una amenaza significativa», dijo Barr. «Porque es esconderse detrás de las voces estadounidenses, permite al gobierno chino elevar su influencia y poner una ‘cara amiga’ a las políticas en favor del régimen».
El director del FBI, Christopher Wray, también dijo recientemente que el régimen chino ha trabajado duro para cooptar a las «personas más cercanas» a los funcionarios estadounidenses, a los que apunta para ejercer influencia, como empresarios y donantes políticos. «Algunos de estos intermediarios pueden ni siquiera darse cuenta de que están siendo utilizados como peones, porque ellos también han sido engañados», añadió en su momento.
Barr a su vez declaró que las acciones de la élite empresarial estadounidense que habla en nombre de las empresas chinas o de Beijing, pueden implicar la Ley de Registro de Agentes Extranjeros. La ley requiere que aquellos que trabajan en nombre de un gobierno o entidad extranjera se registren en el Departamento de Justicia.
«Apelar a la RPC [República Popular China] puede traer recompensas a corto plazo. Pero al final, el objetivo de la RPC es reemplazarte», dijo el fiscal general en el mensaje dirigido a las empresas líderes de Estados Unidos.
«El carácter fundamental del régimen nunca ha cambiado, como demuestra una vez más su despiadada represión de Hong Kong. China no está hoy más cerca de la democracia de lo que lo estaba en 1989, cuando los tanques se enfrentaron a los manifestantes prodemocracia en la plaza Tiananmen», dijo Barr, refiriéndose a la brutal represión de Beijing contra activistas estudiantiles prodemocracia.
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