El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, mantiene este lunes una reunión con el líder chino, Xi Jinping, iniciada horas después de concluirse sus conversaciones con el máximo diplomático de Beijing, Wang Yi.
Blinken llegó a China el 17 de junio para iniciar una visita de dos días, un viaje con el que la administración Biden pretende dejar abiertas las líneas de comunicación con el Partido Comunista Chino (PCCh).
El domingo, Blinken se reunió con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang. Sus conversaciones fueron calificadas de «sinceras» y «constructivas» por funcionarios de ambas partes.
El lunes, en horas previas, Blinken y Wang se estrecharon la mano y posaron para las fotos, antes de iniciar su reunión a puerta cerrada.
Blinken «subrayó la importancia de gestionar de forma responsable la competencia entre Estados Unidos y la RPC [República Popular China] a través de canales abiertos de comunicación para garantizar que la competencia no se desvíe hacia el conflicto» dijo el Departamento de Estado en una declaración tras las conversaciones con Wang.
Durante el encuentro Wang acusó a Estados Unidos de tener una «percepción errónea» de China, lo que ha dado lugar a la tensa relación bilateral actual, según una declaración del ministerio de Asuntos Exteriores chino. Wang pidió a la parte estadounidense que » reflexione profundamente» y colabore con Beijing.
Wang también exigió a Estados Unidos que levante sus sanciones contra China y apoye su reivindicación territorial sobre Taiwán, según la declaración china.
El gobierno estadounidense impuso restricciones comerciales contra empresas y entidades chinas en los últimos años. Algunos ejemplos recientes son la inclusión de 28 entidades chinas en una lista negra estadounidense en marzo, por sus presuntos vínculos con el ejército iraní.
Antes del viaje de Blinken, un grupo de legisladores del Partido Republicano escribió al secretario de Estado pidiéndole que añadiera a su itinerario una escala en Taiwán. El régimen comunista amenaza repetidamente con utilizar la fuerza militar para anexionar la isla, que cuenta con su propio gobierno.
El viaje de Blinken, que supone la visita a China del funcionario estadounidense de más alto rango desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo, ha suscitado las críticas de algunos republicanos y expertos, que lo consideran un error. Al respecto, algunos apuntan a las recientes tácticas agresivas de China contra Estados Unidos.
A principios de este año, el ejército estadounidense tuvo que derribar un globo espía chino, después de que sobrevolara el territorio continental de Estados Unidos durante cerca de una semana. Recientemente, el gobierno de Biden reveló que China ha estado operando una base con capacidades de recolección de inteligencia en Cuba.
En un principio, Blinken iba a visitar China en febrero, pero su viaje se pospuso después de que el globo espía chino ocupara los titulares en el país.
Preocupaciones
El domingo, el exasesor de Seguridad Nacional, H.R. McMaster, sugirió que Blinken podría estar dejando a Estados Unidos en una posición de debilidad al visitar China.
«Con la visita del secretario Blinken allí, esto puede retratar un poco de debilidad», dijo McMaster en el programa Face the Nation de CBS.
«Yo pienso que hemos estado tan ansiosos por tener esta discusión con los chinos que los chinos han estado realmente jugando duro para conseguir los términos de la discusión», agregó McMaster. «Creo que lo que esperan con la óptica de esta reunión, y estoy seguro de que el secretario Blinken es muy consciente de ello, es crear la percepción de que vamos allí a rendir homenaje al Partido Comunista Chino».
«Yo pienso que China está enviando un mensaje: ‘Hey, nosotros estamos a cargo ahora. Ustedes están acabados’ para Occidente y para Estados Unidos», prosiguió McMaster. «También creo que esto es indicativo de lo que esperan conseguir (…) que es crear una especie de área de primacía excluyente, en toda la región Indo-Pacífico. Por ejemplo, ellos reclaman el océano del Mar de China Meridional».
Gordon Chang, investigador principal del Gatestone Institute, cuestionó por qué Estados Unidos querría mantener el diálogo con China.
«¿Por qué nosotros deberíamos intentar ‘mantener la comunicación’? #China habla cuando quiere y no habla cuando no quiere. No deberíamos estar mendigando comunicación», escribió Chang en Twitter el 18 de junio. «Suplicar es innecesario y da a #Beijing influencia cuando de otro modo no tiene ninguna».
Para algunos, la cuestión clave es si Blinken ha aprovechado sus reuniones cara a cara con funcionarios del PCCh para plantear su preocupación por el historial de violaciones de derechos humanos de China.
«Espero que en estas conversaciones ‘sinceras’, el secretario Blinken haya sacado a relucir el genocidio contra los uigures, la opresión de Hong Kong y el aplastamiento de la libertad religiosa y los derechos humanos por parte del gobierno chino», escribió el reverendo Patrick Mahoney, de la Christian Defense Coalition, en Twitter el 18 de junio.
En China, el régimen comunista ha perseguido sistemáticamente a cristianos, a practicantes de Falun Gong, tibetanos y uigures. En la región de Xinjiang, en el extremo occidental de China, más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas están recluidos actualmente en campos de reclusión chinos, donde se enfrentan a trabajos forzados, tortura, abusos sexuales, adoctrinamiento político, aborto forzado y esterilización forzada.
Kenneth Roth, exdirector ejecutivo de Human Rights Watch, dijo que Blinken debería sacar a relucir la persecución de los uigures por parte de China, que el gobierno de Estados Unidos ha designado como genocidio.
“Sería una abdicación total de las responsabilidades de Blinken si sus únicos puntos públicos de derechos humanos en China fueran presionar por la liberación de ciudadanos estadounidenses sin mencionar al millón de musulmanes uigures/turcos detenidos por adoctrinamiento forzado”, escribió Roth en Twitter el 18 de junio. .
Con información de The Associated Press
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