El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, declaró el lunes el estado de emergencia para ayudar a garantizar un suministro adecuado de combustible tras el ciberataque a Colonial Pipeline y su posterior suspensión.
Cooper emitió una orden ejecutiva (pdf) que suspende temporalmente algunas regulaciones para vehículos de motor para los conductores de camiones que transportan en apoyo de los esfuerzos de ayuda de emergencia relacionados con la escasez de gasolina, diésel, combustible para aviones y otros productos refinados del petróleo.
“La declaración de emergencia de hoy ayudará a Carolina del Norte a prepararse para cualquier posible interrupción del suministro de combustible para vehículos de motor en todo el estado y asegurar que los automovilistas puedan tener acceso al combustible”, dijo Cooper en un comunicado.
La orden ejecutiva señala que el suministro ininterrumpido de productos petroleros refinados —incluyendo el diésel y la gasolina— es esencial para la salud, la seguridad y el bienestar económico de los habitantes de Carolina del Norte, y cualquier interrupción de la entrega “amenaza el bienestar público”.
La acción ejecutiva ordena a los funcionarios que renuncien a ciertas restricciones de tamaño y peso y a las sanciones impuestas a los conductores de camiones que participan en los esfuerzos de ayuda al suministro de combustible.
Se han suspendido todas las horas límite de servicio para los conductores prescritas por el Departamento de Seguridad Pública de Carolina del Norte (DPS, por sus siglas en inglés), así como ciertos requisitos de registro y presentación.
La orden también autoriza al secretario del DPS de Carolina del Norte a solicitar ayuda a las agencias federales para contrarrestar la emergencia y reembolsar los costos relacionados con la respuesta.
Colonial Pipeline, que suministra alrededor del 45% del combustible que se consume en la Costa Este y es uno de los principales oleoductos de Carolina del Norte, interrumpió sus operaciones la semana pasada tras revelar que había sido objeto de ataques por parte de piratas informáticos.
“Colonial Pipeline descubrió que había sido víctima de un ataque de ciberseguridad. Desde entonces hemos determinado que este incidente implica un software de cibersecuestro de datos. En respuesta, hemos desconectado proactivamente ciertos sistemas para contener la amenaza, lo que detuvo temporalmente todas las operaciones del oleoducto, y afectó a algunos de nuestros sistemas informáticos”, dijo la empresa en un comunicado del 8 de mayo.
Los responsables de la empresa han dicho que esperan que los servicios se restablezcan en su mayor parte a finales de esta semana.
El FBI y funcionarios de la administración han culpado a un sindicato criminal llamado DarkSide del ataque.
Anne Neuberger, consejera adjunta de seguridad nacional de la Casa Blanca para tecnología cibernética y emergente, dijo en una reunión informativa que DarkSide ha estado en el radar del FBI durante meses, y añadió que el modelo de negocios del sindicato es exigir el pago de rescates a las víctimas y luego dividir las ganancias con los desarrolladores del ransomware.
Los miembros de DarkSide hablan ruso, y el malware utilizado por el grupo está codificado para no atacar las redes que utilizan teclados en ruso. Rusia ha negado cualquier implicación en el ataque.
El presidente Joe Biden dijo el lunes que “hasta ahora nuestra gente de inteligencia no ha encontrado evidencia de que Rusia esté involucrada, aunque hay evidencia de que el ransomware de los atacantes está en Rusia”.
El sindicato publicó una declaración en su sitio en la dark web describiéndose a sí mismo como apolítico. “Nuestro objetivo es ganar dinero y no crear problemas a la sociedad”, dijo DarkSide.
El ataque ha provocado escasez temporal de gasolina, con estaciones en Florida, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia que se quedaron sin combustible después de que los clientes se apresuraran a llenar los vehículos.
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