China está construyendo una enorme base de datos de ADN mediante la recopilación de información sensible de ciudadanos de diversas regiones del país asiático, lo que desencadena un alarma generalizada.
Un aviso de la policía del 20 de septiembre en el distrito de Guiqing en la ciudad de Guilin, ubicada en la provincia sureña de Guangxi, anunció que las autoridades recolectarán muestras de sangre de los hombres residentes en cada barrio hasta el 31 de diciembre. La medida fue «de conformidad con un acuerdo coordinado de los departamentos [de niveles] superiores», se lee en una captura de pantalla del documento que circula online.
El aviso decía además que las muestras se recolectarían ya sea de forma grupal o yendo de puerta en puerta. Afirmaba que era parte del «trabajo básico de información de seguridad pública» para «mejorar la precisión y la controlabilidad de la gestión de la población».
El aviso no es más que una de las iniciativas más recientes de recolección obligatoria de ADN por parte de las autoridades chinas, que, según los críticos, constituyen una grave violación de la privacidad y sirven para promover el plan del régimen chino de controlar la composición genética de la población.
Campaña Nacional
Un artículo publicado el 29 de julio en el sitio web oficial del distrito de Haishu de la ciudad de Ningbo, provincia de Zhejiang, también anunció que el departamento de policía local comenzaba a recolectar ADN. La policía fue a las aldeas y escuelas rurales para promover la actividad.
El 26 de abril, la policía del condado de Hongta recogió muestras de sangre de estudiantes varones de las escuelas secundarias y primarias locales, según Qinchu, un sitio web de noticias controlado por el gobierno local.
La recolección de muestras de sangre también tuvo lugar en enero en la aldea de Shapu, en la provincia de Anhui, según artículos de los medios de comunicación locales. Documentos obtenidos por Bitter Winter, una revista enfocada en los derechos humanos y religiosos en China, también encontraron durante los últimos meses programas similares en partes de las provincias de Jiangxi, Shaanxi y Fujian.
Los documentos de licitación del gobierno publicados online mostraron que más de una docena de departamentos de policía provinciales y regionales gastaron como 16 millones de yuanes (2.256.000 dólares) en instrumentos de prueba y otros suministros para laboratorios locales de ADN, bases de datos de ADN o «base de datos de Y-STR» en el último semestre. El Y-STR es la abreviatura del cromosoma Y masculino.
En septiembre de 2018, el gobierno del condado de Sui en la provincia de Hubei anunció un plan para establecer una base de datos regional de ADN Y-STR para «mejorar el control de la población». La base de datos incluirá información que abarque al menos cinco generaciones de un hogar en particular. La colección de ADN se completará a finales de 2019, según las autoridades.
Steven Mosher, experto en control de la población y presidente del grupo de expertos del Instituto de Investigación sobre Población, con sede en Estados Unidos, dijo a La Gran Época que el término «control de la población» siempre ha tenido un elemento de «eugenesia». Mosher también es un colaborador de La Gran Época.
El régimen quiere asegurar «nacimientos de calidad», dijo Mosher, y añadió que una manera de lograrlo es rastrear «quién está relacionado con quién», para que las autoridades puedan eliminar a los portadores de genes recesivos que producen defectos de nacimiento.
«Con el advenimiento de las pruebas genéticas, [esta práctica] está a punto de recibir un impulso de alta tecnología y ser mucho más completa», dijo.
Mosher agregó que tiene sentido que algunas autoridades chinas se dirijan a los hombres, ya que los estudios han demostrado que tienen una mayor tendencia a cometer delitos.
Expansión del modelo de Xinjiang
Las autoridades lanzaron por primera vez un programa de recolección masiva de ADN en Xinjiang, una región en el noroeste de China, donde vive la mayor minoría musulmana del país.
En 2016, las autoridades de Xinjiang hicieron pedidos de equipos de análisis de ADN, que costaron 80 millones de yuanes (11,23 millones de dólares).
El gobierno regional estuvo recopilando datos biométricos, como el tipo de sangre, las huellas dactilares, escaneo del iris y la muestra de voz, de todas las personas de entre 12 y 65 años de edad, como parte de la represión y vigilancia de los residentes musulmanes uigures por parte del régimen chino, según un informe de Human Rights Watch de 2017.
El régimen chino sometió a millones de musulmanes uigures de la región a un extenso sistema de vigilancia, que incluye una nutrida red de cámaras mejoradas con tecnología de reconocimiento facial e inteligencia artificial para monitorear a los residentes en busca de cualquier «comportamiento sospechoso». Las autoridades han utilizado el pretexto de combatir el «extremismo» para justificar esta vigilancia.
Los mismos métodos de vigilancia se aplican también a los disidentes y a otras minorías religiosas. El 3 de marzo de 2018, Li Wei, un activista con sede en Beijing, fue trasladado de un hotel en Hangzhou a una comisaría de policía, donde las autoridades tomaron sus huellas dactilares y saliva. Un aviso del departamento de policía provincial de Zhejiang decía que dicha acción era obligatoria para todos los no locales «con antecedentes penales» que visitaban la zona.
Un miembro de una iglesia clandestina de la provincia de Shaanxi también relató una experiencia similar a Bitter Winter, en la que la policía vestida de civil lo inmovilizó a la fuerza para recoger su sangre.
Preocupación sobre derechos humanos
Los funcionarios también han utilizado amenazas y engaños para hacer que los residentes cumplan con la recolección de ADN.
«Si me hubiera negado a hacerme la prueba, mi pensión habría sido revocada. No es una opción para mí», dijo un aldeano de la ciudad de Nanchang, en la provincia de Jiangxi, a Bitter Winter.
Los aldeanos también dijeron a la revista que cuando preguntaron por el motivo de la prueba de saliva, la policía les dijo que era para asegurarse de que no contrajeran ninguna «enfermedad infecciosa».
Un funcionario del gobierno local del distrito Weinan de Shaanxi dijo a la revista que su programa de recolección de datos biométricos fue establecido para ayudar a crear «una base de datos nacional de sangre» para investigaciones criminales.
Pero los críticos están preocupados por las enormes violaciones de la privacidad de tales programas.
Sarah Cook, analista principal de China del grupo estadounidense de defensa de derechos humanos Freedom House, expresó su preocupación por el hecho de que los programas de recolección de ADN sean el último ejemplo del régimen chino que «traza un mapa de la sociedad con el propósito de controlarla», afirmó.
Cook también dijo que los datos sensibles podrían ser potencialmente mal utilizados, ya que el régimen chino carece de un estado de derecho.
Debido a «las diversas formas en que se resuelven los crímenes en China», como son «las confesiones concertadas mediante torturas«, sería «difícil dar crédito real a la idea de que esto es lo que la policía china está tratando de hacer para poder resolver los crímenes», dijo.
Mosher dijo que los programas de recolección de ADN de China son una violación de los derechos de los ciudadanos, ya que los gobiernos no tienen derecho a tomar muestras de ADN, salvo en la investigación activa de sospechosos o convictos.
«Los individuos tienen el derecho natural de ‘poseer’ su propio ADN», dijo.
“El programa de recolección masiva de ADN del PCCh [Partido Comunista Chino] trata a la población china como esclavos, con los que se puede hacer lo que se quiera”.
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