Detrás de la mortífera epidemia de opioides que asola a las comunidades de todo Estados Unidos yace una estrategia cuidadosamente planificada por una potencia extranjera hostil que los expertos describen como una “forma de guerra química”.
Implica la producción y el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que causó la muerte de más de 32.000 estadounidenses solo en 2018, y sustancias relacionadas con el fentanilo.
China es la “mayor fuente” de fentanilo ilícito en Estados Unidos, según un informe de noviembre de 2018 de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China. Esa misma comisión dijo que desde su informe de 2017, no encontraron ninguna “reducción sustancial” de los flujos de fentanilo desde China hacia Estados Unidos. También señalaron que “en gran parte, estos flujos persisten debido a las débiles regulaciones que rigen la producción farmacéutica y química en China”.
El presidente Donald Trump continuó aumentando su ofensiva contra el fentanilo, y recientemente ordenó a todas las empresas de correo estadounidenses que “busquen y rechacen” las entregas de correo internacional del analgésico opioide sintético. Trump nombró específicamente a FedEx, Amazon, UPS y el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS).
Jeff Nyquist, escritor e investigador de la estrategia china y rusa, dijo que China está utilizando el fentanilo como una “herramienta muy efectiva”.
“Se podría decir que es una forma de guerra química”, dijo Nyquist a La Gran Época. “Abre una serie de oportunidades para la penetración en el país, tanto en términos de lavado de dinero como de extorsión contra aquellos que participan en el comercio y se vuelven corruptos, como las fuerzas del orden, los servicios de inteligencia y los funcionarios del gobierno”.
China también utiliza el dinero generado por la importación de fentanilo para “influir en los partidos políticos”, según Nyquist.
“Abre las puertas a las operaciones de influencia china, al Ejército Popular de Liberación de China y a los servicios de inteligencia, para que puedan controlar ciertas partes de Estados Unidos”, dijo.
En agosto, Trump apuntó al mandatario chino Xi Jinping, acusándolo de no hacer lo suficiente para detener el flujo de fentanilo, el cual entra a Estados Unidos principalmente por correo internacional.
Liu Yuejin, vicecomisionado de la Comisión Nacional de Control de Nárcoticos de China, cuestionó las críticas de Trump, diciendo el 3 de diciembre a los periodistas que había comenzado a perseguir la producción ilícita de fentanilo, según la prensa estatal. China también niega que la mayor parte del fentanilo ilícito que entra a Estados Unidos proceda de China.
“El presidente Xi dijo que esto se detendría, no fue así”, dijo Trump en Twitter el 23 de agosto.
Las muertes por sobredosis de opioides sintéticos como el fentanilo aumentaron de alrededor de 29.000 en 2017 a más de 32.000 en 2018, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
No todas las muertes relacionadas con los opioides en Estados Unidos pueden atribuirse a las políticas de exportación de fentanilo de China, ya que algunas se deben a sobredosis de medicamentos recetados, según el Dr. Robert J. Bunker, profesor de investigación adjunto del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
Pero Bunker dijo a La Gran Época que China todavía está “contribuyendo en gran medida” a la epidemia de opioides en Estados Unidos. Bunker describió cómo Beijing está utilizando el tráfico de drogas peligrosas para lograr los objetivos mayores del Partido Comunista.
“Contribuir a una importante crisis de salud en Estados Unidos, y al mismo tiempo ganar dinero con ella, en mi opinión, daría planes a largo plazo del PCCh para establecer un sistema global autoritario chino como un desafío a la democracia liberal occidental”, dijo en un email.
“Para el régimen es una situación en la que siempre gana”, continuó. “De hecho, producir y enviar fentanilo a EE. UU., que podría considerarse una política de bajo riesgo en una ‘guerra de drogas’, está muy alineado con los medios y métodos promovidos en la obra ‘Guerra Sin Restricciones’ de 1999”.
El libro mencionado por Bunker fue escrito por dos coroneles de la Fuerza Aérea de China, Qiao Liang y Wang Xiangsui, y publicado por el Ejército Popular de Liberación.
Los casos recientes de sobredosis y muertes relacionadas con el fentanilo están relacionados con el “fentanilo producido ilegalmente”, según los CDC. El fentanilo fue aprobado para tratar el dolor intenso en condiciones como el cáncer terminal. El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Los médicos lo prescriben en forma de parches transdérmicos o píldoras.
El portavoz de USPS dijo a La Gran Época que están “trabajando de manera agresiva” para añadir las disposiciones a la Ley STOP. La ley de Prevención de Sobredosis y Tráfico de Sintéticos (STOP), firmada en 2018 por Trump, tiene como objetivo frenar el flujo de opioides enviados por correo, al tiempo que aumenta la coordinación entre USPS y el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP según sus siglas en inglés).
USPS notificó a las operaciones postales de China que si alguno de sus envíos no contiene Datos Electrónicos Avanzados (AED), “pueden ser devueltos en cualquier momento”, dijo el portavoz por correo electrónico. El CBP también está notificando a los transportistas aéreos y marítimos para que confirmen que el 100 por ciento de sus contenedores de envío postal tienen AED antes de cargarlos en su medio de transporte.
Incautaciones recientes
En agosto, las fuerzas de seguridad incautaron 30 kilogramos de fentanilo, entre otros estupefacientes, como parte de una importante operación de arrestos en el transcurso de tres días. Como resultado, los oficiales arrestaron a 35 sospechosos por “asociación ilícita para distribuir y tenencia con la intención de distribuir grandes cantidades de heroína, fentanilo, cocaína y base de cocaína”.
G. Zachary Terwilliger, fiscal federal del Distrito Este de Virginia, dijo en un comunicado que la cantidad de fentanilo incautado fue suficiente para “matar a más de 14 millones de personas”. Uno de los sospechosos en Virginia había ordenado el fentanilo a un vendedor en Shanghai y lo estaba recibiendo en su residencia a través de USPS, según la acusación.
“Lo último que queremos es que el Servicio Postal de Estados Unidos se convierta en el mayor traficante de drogas del país, y hay gente que está muy por encima de mí trabajando en eso, pero absolutamente, se trata de presionar a los chinos”, dijo Terwilliger.
Las estadísticas del CBP revelan que las incautaciones de fentanilo ilícito por año fiscal aumentaron desde alrededor de un kilogramo en 2013 a casi mil kilogramos en 2018. El número de incautaciones de fentanilo de las fuerzas de seguridad en Estados Unidos también pasó de unas 1000 en 2013 a más de 59.000 en 2017.
Además, en agosto, la Armada mexicana encontró más de 23.500 kilogramos de polvo de fentanilo en un contenedor de un barco danés que provenía de Shanghai. La Armada interceptó el contenedor de más de 12 metros (40 pies) el 24 de agosto, en el Puerto de Cárdenas.
“Existe clara evidencia de que el fentanilo o los precursores del fentanilo, químicos usados para hacer fentanilo, provienen de China”, dijo a La Gran Época el Dr. Andrew Kolodny, codirector de Investigación sobre Políticas de Opioides de la Escuela Heller para la Gestión y Política Social.
Dos precursores del fentanilo de uso común son los productos químicos llamados NPP y 4-ANPP. A principios de 2017, el periodista Ben Westhoff comenzó a investigar los productos químicos, y encontró muchos anuncios de diferentes compañías en Internet. Más tarde determinó que la mayoría de esas compañías estaban bajo una compañía química china llamada Yuancheng, según su próximo libro “Fentanilo, Inc: Cómo químicos sin escrúpulos están creando la ola más mortífera de epidemia de opioides”, un fragmento del cual fue publicado en The Atlantic.
Análogos del fentanilo
Una de las preocupaciones relacionadas con la producción de opioides ilícitos es la creación de análogos del fentanilo, productos que son similares al fentanilo y también fáciles de producir.
“Se puede manipular muy fácilmente la molécula y crear un nuevo producto similar al fentanilo que no haya sido prohibido, que no sea técnicamente ilegal”, dijo Kolodny a La Gran Época. “Algunos de los fabricantes, la gente que crea los medicamentos, son conscientes de ello”.
“Lo vimos con otras drogas sintéticas de las que se abusa en Estados Unidos, cuando se declara ilegal la droga o cuando se prohíbe la molécula”, dijo. “En algunos casos, los análogos del fentanilo son aún más fuertes que el fentanilo. Hay un análogo llamado carfentanilo, que es aún más potente que el fentanilo”.
El carfentanilo tiene una potencia cuantitativa “aproximadamente 10.000 veces mayor que la de la morfina y 100 veces mayor que la del fentanilo”, según el National Center for Biotechnology Information.
Solo se necesita un microgramo para que el carfentanilo afecte a un humano. La droga es “uno de los opioides más potentes que se conocen” y se comercializa bajo el nombre comercial de Wildnil “como agente anestésico general para grandes animales”.
“A veces es difícil para las fuerzas del orden mantenerse al día con la química”, agregó Kolodny.
Un proyecto de ley denominado Ley SOFA o “Ley para detener las sobredosis de análogos del fentanilo”, aún no fue aprobada por el Congreso de EE. UU. La ley fue introducida en mayo por senadores republicanos y brindaría a las fuerzas de seguridad “mejores herramientas para combatir la epidemia de opioides y cerrar un vacío legal en la ley actual que hace difícil procesar los delitos que involucran algunos opioides sintéticos”.
Kolodny dijo que las industrias farmacéuticas han estado presionando para que se detenga cualquier legislación que pretenda restringir los análogos del fentanilo “porque estos son productos que están tratando de llevar al mercado”.
En agosto, un juez de Oklahoma ordenó a Johnson & Johnson que pagara 572,1 millones dólares al Estado por la comercialización engañosa de opioides adictivos. La suma fue menor de lo que esperaban los inversionistas, según Reuters, lo que resultó en un aumento del valor de las acciones de la corporación multinacional.
“Deberíamos hacer todo lo posible para mantener al fentanilo fuera del país”, dijo Kolodny. “Deberíamos hacer todo lo posible para prohibir los análogos del fentanilo”.
Subvenciones de miles de millones de dólares
Como parte de los últimos esfuerzos de la administración Trump para combatir la crisis de los opioides, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) anunció el 4 de septiembre cerca de 2000 millones de dólares en fondos para los estados.
El financiamiento ampliaría el acceso al tratamiento y también brindaría datos casi en tiempo real sobre la crisis por sobredosis de drogas, según un comunicado.
Al anunciar la medida, la asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway dijo a los periodistas en una conferencia telefónica que su administración está tratando de interponer la palabra “fentanilo” en el “léxico cotidiano” como parte de sus esfuerzos para concientizar.
Los datos sugieren que de los aproximadamente 2 millones de estadounidenses que sufren de trastorno por uso de opioides, aproximadamente 1,27 millones están recibiendo tratamiento asistido por medicamentos, según el HHS.
“Fundamental para nuestras iniciativas para detener la avalancha de fentanilo y otras drogas ilícitas es nuestro apoyo sin precedentes a [las fuerzas del] orden público y sus esfuerzos de interdicción”, dijo.
Conway mencionó las incautaciones de fentanilo del Departamento de Seguridad Nacional en 2018, que sumaron un total de 1200 millones de dosis letales.
“Damas y caballeros, eso es suficiente para matar cuatro veces a todos los estadounidenses”, dijo a los periodistas.
Hace apenas unas semanas, la Casa Blanca publicó una serie de advertencias al sector privado destinadas a ayudar a las empresas a protegerse a sí mismas y a sus cadenas de suministro del tráfico involuntario de fentanilo y opioides sintéticos.
Las cuatro advertencias tienen por objeto detener la producción y la venta ilícitas de fentanilo, análogos del fentanilo y otros opioides sintéticos. Las advertencias se centran en la producción, comercialización, circulación y aspectos monetarios del fentanilo ilícito.
En marzo de 2018, el Departamento del Interior creó un grupo de trabajo para combatir específicamente la crisis en tierras tribales. Desde entonces, el departamento arrestó a más de 422 personas y decomisó en la calle más de 1800 kg de drogas ilegales por un valor de 12 millones de dólares, incluyendo más de 35.000 píldoras de fentanilo.
En la conferencia telefónica, Conway describió la epidemia de analgésicos como una “crisis de opioides y fentanilo”.
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