Una ciudad del este se ha convertido en la primera de China en ofrecer importantes recompensas económicas a las personas que denuncien reuniones públicas. Las autoridades de todo el país se esfuerzan por contener los nuevos brotes del virus del Partido Comunista Chino (PCCh), también conocido como COVID-19, especialmente con la aparición de más casos de infecciones posvacunas.
Los funcionarios de la ciudad de Tai’an, en la provincia costera de Shandong, en China, le pagaron a un residente 15,000 dólares el 3 de agosto. El individuo informó sobre una capacitación grupal de una empresa en un hotel el 30 de julio, según los medios estatales locales.
Las autoridades dijeron que los organizadores no le informaron al gobierno local sobre la capacitación de 12 días y que los asistentes provenían de varias ciudades de China. Después de que las pruebas de los asistentes dieron negativo, se les ordenó que regresaran a sus hogares.
La ciudad de Tai’an es la última de varias regiones que está ofreciendo incentivos monetarios en campañas de represión para combatir el nuevo brote. Las autoridades de las ciudades, condados, distritos e incluso del nivel más bajo de gobierno (comités de vecinos) de, al menos, ocho provincias anunciaron recompensas financieras al público por brindar información sobre el virus del PCCh. El último brote comenzó en la ciudad de Nanjing, donde el 20 de julio se reportaron nueve limpiadores de aeropuertos infectados.
Un comité vecinal de la ciudad de Yangzhou anunció que los residentes podrían recibir una recompensa de 310 dólares si denunciaban a otras personas que habían viajado desde áreas infectadas o habían tenido contacto cercano con casos confirmados. Una oficina de distrito en la ciudad ofreció pagar a las personas USD 775 por proporcionar información, y duplicaría la recompensa si se confirmaban los casos reportados, según el medio estatal de noticias ThePaper.cn.
Yangzhou, aproximadamente a una hora y media en automóvil de Nanjing, se ha convertido en el último punto caliente, reportando 32 casos el miércoles. Aunque es probable que esta cifra no refleje el total real, dado que el régimen chino oculta las cifras reales de contagiados, lo que informan representa casi la mitad de los 73 confirmados en todo el país el miércoles.
Las autoridades atribuyeron el brote en Yangzhou a una ciudadana de 64 años que no informó a las autoridades locales sobre su viaje de regreso desde Nanjing el 21 de julio. Antes de buscar tratamiento para la tos y la fiebre el 27 de julio, visitó con frecuencia lugares concurridos, como centros de entretenimiento utilizados para jugar a las cartas y mah-jong, restaurantes y tiendas, según el medio de comunicación estatal, Xinhua.
La policía local detuvo a la mujer, según el informe.
Las autoridades de Yangzhou también han establecido una línea directa especial para que el público informe sobre posibles casos del virus del PCCh.
El comentarista chino, Li Muyang, dijo que los incentivos en efectivo indican que las autoridades están temerosas de que el régimen las amoneste por los casos del brote del virus del PCCh que se presentan en sus áreas. Li sugirió que los funcionarios se preocupan más por sus posiciones que por la seguridad de los ciudadanos locales.
El alcalde de la ciudad de Yangzhou renunció el 2 de agosto. El gobernador provincial criticó al alcalde el 1 de agosto porque los pacientes positivos para COVID-19 fueron identificados demasiado tarde, lo que provocó que la situación de la ciudad se volviera «complicada y grave».
El principal organismo anticorrupción del PCCh castigó a 18 funcionarios en la ciudad de Zhangjiajie el miércoles. Muchos de los casos más recientes que surgen a nivel nacional están relacionados con una actuación celebrada en este popular destino turístico el 22 de julio. Las autoridades ahora están tratando de localizar a más de 2000 personas que asistieron al evento.
Casos de infecciones posvacunación
Los funcionarios de salud de Shanghai informaron el 3 de agosto que un trabajador del aeropuerto, ya vacunado, había dado positivo en la prueba del virus del PCCh. El jefe del panel de Shanghai que supervisa las actividades contra el COVID-19, Zhang Wenhong, confirmó que el trabajador infectado había sido vacunado.
«El personal había recibido las vacunas, por supuesto, porque el grupo de alto riesgo debe ser vacunado de acuerdo con las normas de vacunación», dijo Zhang en una conferencia de prensa el martes. Añadió que el 85 por ciento de la población adulta de Shanghai, la mayor ciudad de China, había sido vacunada, y que todos los trabajadores del aeropuerto habían sido inoculados.
Los resultados de la secuenciación genética muestran una alta coincidencia con la variante Delta, pero no está relacionada con los nuevos casos en Nanjing, dijeron las autoridades el miércoles.
Shanghai había examinado a más de 68,000 personas relacionadas con el caso el 4 de agosto, dijeron funcionarios de salud de Shanghai.
Los recientes contagios en China derivados del aeropuerto internacional de Nanjing Lukou han afectado a 17 de las 31 provincias. Las autoridades sanitarias de Nanjing admitieron el 22 de julio que casi todos los trabajadores infectados habían recibido vacunas, excepto una persona menor de 18 años.
En otra ciudad costera, Xiamen, junto al estrecho de Taiwán, se confirmó que un trabajador del aeropuerto y tres familiares suyos estaban infectados con el virus del PCCh el 30 de julio. Las autoridades locales no mencionaron si habían recibido vacunas chinas, pero en el aeropuerto los trabajadores figuran como un grupo de alto riesgo en la lista de prioridades de vacunación de China.
La ciudad de Xiamen completó el 93 por ciento de la segunda ronda de pruebas masivas, recolectando más de 420,000 muestras hasta el 3 de agosto, informó el medio estatal ChinaDaily.
Relanzamiento de las pruebas masivas
En respuesta al creciente número de casos de infecciones posvacunas, el régimen chino ha duplicado su enfoque de contención con pruebas masivas y cierres estrictos.
Zhuhai, una ciudad vecina de Macao, anunció la primera ronda de pruebas masivas de 2 millones de personas en la noche del 4 de agosto.
La ciudad de Wuhan de la provincia de Hubei, donde se identificó por primera vez el COVID-19 a fines de 2019, comenzó a evaluar a sus 13,5 millones de habitantes el martes. Se declaró el “estado de emergencia” en Hubei, lo que provocó que las autoridades provinciales pusieran en marcha medidas estrictas para combatir el aumento en los casos del virus del PCCh, una situación tras la cual los supermercados fueron asaltados por personas que iban en busca de alimentos.
Zhengzhou, recientemente afectada por las inundaciones, planeaba completar la segunda ronda de pruebas masivas de sus 12,6 millones de habitantes el 6 de agosto, dijo la agencia estatal de noticias Xinhua.
En la capital, Beijing, el PCCh cerró los complejos residenciales el miércoles, donde viven tres nuevos contagiados. Un residente de apellido Li le confirmó a The Epoch Times el miércoles que no se les permite salir y que estaban esperando recibir la prueba de ácido nucleico.
Mientras tanto, las autoridades de las 31 provincias han instado a las personas a evitar viajes y reuniones, mientras que muchos vuelos nacionales, barcos y trenes han sido cancelados. Los medios estatales informaron que el régimen chino endureció los controles fronterizos, suspendiendo la emisión de documentos de entrada y salida para viajes no esenciales ni de emergencia.
Hong Ning contribuyó a este artículo.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.