Estados Unidos está en proceso de perder el control de Latinoamérica frente a China de manera irreversible, dicen los expertos invitados este lunes a una nueva sesión de seminarios del think tank de origen español, Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).
«EE. UU. está en el proceso de perder el control sobre el hemisferio de manera irreversible», dijo Román Ortiz, analista del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, agregando que esto es parte de los cambios estratégicos que está viviendo América Latina desde comienzos del S. XX.
Ortiz agregó que ese proceso no es algo que podría pasar, sino que es algo que está ocurriendo y en «algunos casos (…) de manera irreversible», donde la influencia de EE. UU. «está desapareciendo y esta siendo siendo sustituido por la República Popular China (RPC)», donde países como Brasil, Chile y Perú envían cerca o más del 30 % de sus exportaciones a la RPC.
El control que Beijing tiene sobre el comercio exterior de estos países, es indiscutible, dijo Ortiz.
«Lo que está haciendo Beijing es básicamente transferir un acumulado muy grande de influencia en el ámbito económico, al terreno político, y progresivamente al terreno de la seguridad».
Ortiz explica que Beijing inició a partir de la década de los 2000 con una «penetración económica masiva» y ahora lo que estamos viendo «es una transferencia progresiva de esa influencia económica que se mantiene al ámbito de la política».
«Como se ha demostrado históricamente tantas veces: lo económico, lo político y el componente de seguridad no son alternativas, uno va acompañado al otro», dijo Ortiz.
En el rubro económico, China ha penetrado su influencia en la región de América Latina a través de acuerdos de cooperación que en gran parte de las ocasiones son un preámbulo para convertirse en la firma de un acuerdo mayor con Beijing, tal como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), el caso más reciente es la adhesión de Argentina a tal iniciativa, siendo el vigésimo país en Latinoamérica en adherirse, considerado por expertos como un proyecto de trampa de deuda.
Donde los expertos mencionan que los beneficios para los países que se adhieren a tal iniciativa en el tema financiero siempre son menores en comparación a los que obtiene el Partido Comunista Chino (PCCh), señalando que en el caso de que Argentina caiga en incumplimiento de pago por parte en un crédito, China consideraría automáticamente en incumplimiento todos los créditos, exigiendo el pago total de los créditos.
Ortiz agregó que tal transferencia de influencia «esta siendo muy exitosa», indicando dos razones: China esta «desplegando una campaña muy sofisticada de influencia muy sofisticada». Y por parte de América Latina «el crecimiento de la influencia China encuentra el camino despejado por una serie de factores que hacen mucho más fácil la penetración», añadiendo que se está produciendo de una manera muy acelerada en la región.
El éxito de la campaña China «es utilizar todas las herramientas del poder nacional para ganar influencia y condicionar el comportamiento de sus socios» latinoamericanos a través de desplegar campañas en términos económicos, políticos, medios de comunicación, culturales, educativos, etc., señala el experto.
Y añade que estamos viendo lo que podría ser una zona de influencia de la RPC en América Latina, donde convergerían las dos grandes potencias distintas, Estados Unidos y China.
Ortiz señala que la campaña de China en América Latina también enfrenta dificultades. «Los esfuerzos que hizo el Partido Comunista Chino (PCCh) para establecer vínculos y mecanismos de trabajo con el Partido Socialista Unido de Venezuela no funcionó muy bien, ahora están tratando de construir canales con MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional)», es el partido mexicano implementado por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador.
Señaló que los esfuerzos de establecer mecanismos de cooperación o canales de partidos gobernantes y figuras claves—quienes defienden los intereses de Beijing en los países respectivos—es una constante de China en la región.
«En el caso de El Salvador, es el hermano del presidente Bukele el que de alguna manera se ha convertido en el enlace entre el gobierno salvadoreño y la RPC. En Nicaragua, la dinastía de Ortega y su esposa, es uno de los hijos es el que esta cumpliendo esas funciones», dijo Ortiz, que tales vínculos le permiten a Beijing tener influencia en la cúpula del estado.
Ortiz señaló que es muy fácil para China entrar en América Latina ya que hay un giro favorable político en las repúblicas latinoamericanas para abrirse a RPC, «porque son gobiernos de orientación izquierdista, cuestionan el modelo liberal y tienen un fuerte sentimiento anti-norteamericano. Entonces ven en China un modelo alternativo para equilibrar la influencia norteamericana».
Y además señaló, que otro motivo son las grandes necesidades económicas en la región: «hay un endeudamiento y necesidad grande de generar crecimiento económico después de la pandemia», los gobiernos de izquierda tienen agendas sociales que no pueden cubrir con recursos propios por el endeudamiento anterior o el causado por la pandemia, y necesidades de expandir la infraestructura en el ámbito tecnológico.
«Y China ofrece soluciones que aparentemente son más baratas y fáciles de aplicar para estos gobiernos», dijo Ortiz, señalando que en la región existe una corrupción significativa, y además los países de la región tienen faltas de mecanismos institucionales que puedan frenar inversiones que puedan representar peligros para la seguridad nacional.
Ortiz señaló además, que existe muy poca credibilidad en los medios de comunicación latinoamericanos por lo que el público latinoamericano se aboca a las redes sociales y China aprovecha para entrar en el sector de la comunicación de la región y utilizar las redes sociales como influencia en las opiniones públicas de la región.
Por su parte, Euclides Tapia Campos, profesor titular, Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, dijo que América Central es la subregión de las «más pobres de toda la región».
«Con serios problemas económicos, sociales, migratorios, particularmente en el triángulo norte, Guatemala, Honduras y El Salvador. Es un terreno fértil para China penetrar eso sin ningún impedimento, a pesar de los esfuerzos que EE. UU. quiera hacer particularmente en el caso de Honduras a raíz de la ascensión de la presidenta», dijo, agregando que EE. UU. ya perdió a Nicaragua, respecto a El Salvador se encuentra en un enfrentamiento abierto y la situación se les complica cada vez más.
Por su parte, Shiany Pérez-Cheng, investigadora Asociada de Resilient Futures en Londres, especializada en el poder de influencia chino, estuvo de acuerdo con Ortiz del aprovechamiento de la región por parte de China debido al vacío que deja EE. UU. «en su patio trasero».
«No es solo que China este desplazando a EE. UU. en Latinoamérica, sino que el área de influencia natural para Latinoamérica que ha sido España, es que España lo está perdiendo también», señalando la pausa que mencionó el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, respecto a las relaciones con España, ante el acercamiento del 50° aniversario de las relaciones México y China.
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