El Comité Nacional Republicano (RNC) anunció el 10 de septiembre que planea demandar a la Administración del presidente Joe Biden por haber impuesto la vacunación y las pruebas obligatorias de COVID-19.
La noticia se produce justo un día después de que el presidente emitiera nuevos requisitos federales de vacunación que podrían afectar hasta a 100 millones de estadounidenses y que la administración espera que frenen la creciente variante Delta.
A través de Twitter, la presidenta del RNC, Ronna McDaniel, anunció: «Joe Biden dijo a los estadounidenses, cuando fue elegido, que no impondría la vacunación obligatoria. Mintió. Cuando su decreto entre en vigor, el RNC demandará a la administración para proteger a los estadounidenses y sus libertades».
McDaniel también compartió un comunicado de prensa en el que anunciaba la intención del RNC de demandar a la administración por lo que llamaron una «orden inconstitucional».
«Joe Biden dijo a los estadounidenses, cuando fue elegido, que no impondría la vacunación obligatoria. Mintió. Ahora las pequeñas empresas, los trabajadores y las familias de todo el país pagarán el precio. Como muchos estadounidenses, estoy a favor de las vacunas y en contra de que sean obligatorias».
«Muchas pequeñas empresas y trabajadores no tienen el dinero o los recursos legales para luchar contra las acciones inconstitucionales y los decretos autoritarios de Biden, pero cuando su decreto entre en vigor, el RNC demandará a la administración para proteger a los estadounidenses y sus libertades».
El jueves, Biden firmó una nueva orden ejecutiva que obliga a los trabajadores federales a vacunarse contra la COVID-19 y elimina la opción de que los trabajadores y contratistas decidan no vacunarse.
Los trabajadores federales tendrán aproximadamente 75 días para vacunarse por completo, sin embargo, habrá «excepciones limitadas por razones legalmente reconocidas como la discapacidad o las objeciones religiosas», dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los periodistas en Washington.
Aquellos que no cumplan con la nueva orden podrían enfrentarse a medidas disciplinarias progresivas, sin embargo, las agencias van a trabajar con los empleados para asegurarse de que entienden los beneficios de la vacunación, y cómo las vacunas son gratuitas, fáciles y ampliamente accesibles», dijo Psaki.
También el jueves, Biden anunció que dará instrucciones al Departamento de Trabajo para que elabore una norma que obligue a las empresas con más de 100 empleados a vacunar a sus trabajadores o a someterlos a pruebas una vez a la semana, lo que podría afectar a decenas de millones de empleados del sector privado de EE. UU. y a los trabajadores del sector sanitario.
La norma de la administración exigirá que «todos los empleadores con 100 o más empleados se aseguren de que su plantilla está totalmente vacunada o exijan a los trabajadores que no estén vacunados que presenten un resultado negativo de la prueba al menos una vez a la semana antes de acudir al trabajo», lo que afectará a más de 80 millones de trabajadores del sector privado.
Durante sus declaraciones el 9 de septiembre, Biden no se abstuvo de señalar con el dedo a los 80 millones de personas que aún no se han vacunado, diciendo: «Hemos sido pacientes. Pero nuestra paciencia se está agotando y su negativa nos ha costado a todos».
El presidente continuó afirmando que las personas no vacunadas están «abarrotando nuestros hospitales» y dijo que las vacunas proporcionan protección contra las hospitalizaciones por la COVID-19.
«Estamos en un tramo difícil», añadió. «No se trata de libertad ni de elección personal».
Anteriormente, Biden ordenó la vacunación contra la COVID-19, pero permitió que los trabajadores que no la quisieran siguieran sin vacunarse, siempre y cuando cumplieran con protocolos estrictos como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la realización de pruebas periódicas para detectar el virus.
Las nuevas órdenes forman parte de la «estrategia nacional completa de seis frentes que emplea el mismo enfoque basado en la ciencia que se utilizó para combatir con éxito las variantes anteriores de la COVID-19 hace unos meses», según la Casa Blanca.
«Este plan garantizará que utilicemos todas las herramientas disponibles para combatir la COVID-19 y salvar aún más vidas en los próximos meses, a la vez que mantenemos las escuelas abiertas y seguras, y protegemos nuestra economía de cierres y daños».
Es probable que las últimas órdenes se enfrenten a la oposición de millones de estadounidenses, ya que una reciente encuesta de Gallup reveló que alrededor del 52 por ciento de las personas estaban a favor de las órdenes de vacunación del empleador, pero el 38 por ciento se oponía, y el 29 por ciento decía que se oponía firmemente.
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