Embajada china trató de silenciarme, revela Benedict Rogers, activista de DD.HH. del Reino Unido

Por ALEXANDER ZHANG Y JAN JEKIELEK
15 de enero de 2021 4:01 PM Actualizado: 15 de enero de 2021 4:01 PM

La embajada china en Gran Bretaña hizo repetidos intentos de presionar a un prominente defensor de derechos humanos para que deje de criticar al régimen comunista.

Benedict Rogers, cofundador y vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Partido Conservador, dijo al programa American Thought Leaders de The Epoch Times sobre su propia «muy pequeña experiencia» de la infiltración del régimen chino en las democracias occidentales.

«He tenido al menos cuatro diferentes miembros del Parlamento Británico, en cuatro ocasiones diferentes, diciéndome que fueron presionados directamente por la embajada china para pedirme, o para decirme que deje de hacer lo que estoy haciendo, para decirme que deje de hablar», dijo Rogers.

«A su favor, los cuatro miembros del Parlamento me dejaron claro que no me decían que dejara de hacer lo que estoy haciendo. Solo me estaban alertando del hecho de que habían sido presionados».

Rogers cree que esto podría servir como una indicación del alcance de la infiltración del régimen en el Reino Unido. «Si eso está pasando conmigo, me pregunto cuál es el alcance total de la misma», dijo.

Se profundiza la oscuridad

Rogers es el principal autor de un nuevo e importante informe publicado el miércoles, que dice que la intensificación del ataque a los derechos humanos en China ilustra «la falsedad, brutalidad, inhumanidad, inseguridad y criminalidad del régimen del Partido Comunista Chino (PCCh)».

El informe (pdf), titulado «The Darkness Deepens: The Crackdown on Human Rights in China 2016-2020» (La Oscuridad se Profundiza: Represión de los DD.HH. en China 2016-2020), mostró que la situación de los derechos humanos en China se deterioró dramáticamente aún más en los últimos cuatro años, no solo en los casos bien conocidos de Hong Kong y los uigures, sino en general con los cristianos, practicantes de Falun Dafa, tibetanos, defensores de DD.HH. y abogados, que también sufren abusos cada vez más graves.

En particular, Rogers dijo que había cada vez más pruebas de que el régimen había estado matando a los prisioneros de conciencia para extraer sus órganos y venderlos. El Tribunal independiente de China, presidido por Sir Geoffrey Nice QC, dijo en su veredicto de 2019 que la sustracción forzada de órganos seguía ocurriendo, lo que era un crimen contra la humanidad.

El veredicto «cambió el debate», dijo Rogers, porque «ha hecho mucho más difícil para los escépticos desestimar las demandas».

Las libertades occidentales amenazadas

El PCCh no es solo una amenaza para el pueblo chino. Los occidentales también deberían reconocer que sus libertades están amenazadas por este régimen, dijo Rogers.

El uso extensivo del trabajo forzado en China contaminó las cadenas de suministro occidentales con el trabajo esclavo «que tiene un papel muy significativo en las cadenas de suministro de al menos 83 o más marcas internacionales, empresas con las que los consumidores estarán familiarizados en todo el mundo occidental», indicó.

Aunque las empresas tecnológicas chinas como Huawei e Hikvision, son ahora muy conocidas a nivel mundial, Rogers dijo que «no debemos olvidar que estas empresas están directamente en el corazón» del estado de vigilancia del PCCh, suministrando los datos a los servicios de seguridad del régimen con tecnología de reconocimiento facial, aviones no tripulados y otra inteligencia artificial.

El uso de la tecnología china «supone una amenaza directa» para las sociedades libres de Occidente, dijo, pero muchos países «no han despertado a eso».

«Nosotros necesitamos más presión sobre las corporaciones occidentales para asegurarnos de que dejen de hacer negocios con este régimen o, como mínimo, para asegurarnos de que sus cadenas de suministro, en la medida de lo posible, no se construyan con mano de obra esclava, y que no estamos utilizando la tecnología de estas empresas tecnológicas chinas que están en el corazón del sistema de vigilancia orwelliano».

Rogers subrayó que Occidente debería «defender nuestros valores en nuestras instituciones académicas» y no permitir que se vean comprometidas por la financiación del PCCh o por la interferencia de instituciones como los Institutos Confucio, que forman parte del aparato de propaganda del régimen.

«Conozco a uno o dos individuos que, en otras cuestiones en otras partes del mundo, han adoptado una línea muy buena y fuerte en materia de derechos humanos, pero que casualmente han recibido una cátedra honoraria en la Universidad de Beijing», dijo. «En el momento en que se les da eso, su ego es halagado, y pierden todo sentido de la defensa de sus valores».

«Así que tenemos que ser mucho más fuertes para resistir ese tipo de tentaciones y defender nuestros valores», dijo.

«Cabezas bajo la arena»

En opinión de Rogers, Occidente ha sido «ingenuo» y hemos «tenido nuestras cabezas bajo la arena durante demasiado tiempo».

El acuerdo del Vaticano con el régimen chino, alcanzado en 2018 y renovado el año pasado, es un ejemplo de ello. «Ese acuerdo fue presumiblemente diseñado con la intención de mejorar la situación» con respecto al derecho de los católicos chinos a practicar su religión, pero dijo que, «la situación empeoró absolutamente».

Asimismo, Rogers consideró «extraordinaria» la decisión de la Unión Europea de llegar a un acuerdo de inversión con el régimen chino, ya que se produjo pocos días después que el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que se pidió sanciones específicas a los funcionarios chinos responsables de las atrocidades contra los uigures.

«Fue una decisión tomada cuando Estados UnidoS está en transición y se hubiera pensado que la Unión Europea (UE) como aliada de Estados Unidos, no socavaría ni la relación con el gobierno existente en sus últimos días ni socavaría al nuevo gobierno antes de que haya tenido la oportunidad de dejar clara su posición».

El acuerdo entre la UE y China no solo fue criticado por el gobierno de Trump, sino que también fue condenado por Chris Patten, el último gobernador de Hong Kong, que es un excomisario de la UE y partidario de la UE.

Rogers dijo que el mundo libre «necesita despertar» a la amenaza que representa el PCCh, porque la represión «no solo está afectando al pueblo de China, sino que también afecta a la población más allá de las fronteras de China».

«Nos interesa levantarnos», porque «vemos lo que sucede cuando no respondemos a tiempo —ya saben, los Sudetes, Checoslovaquia, Polonia y luego nos encontramos en una guerra mundial», dijo. «Tenemos que actuar rápido, antes de que sea demasiado tarde».

«Gran crédito» para Trump

Rogers elogió al gobierno de Trump por su papel en la remodelación de la política de Estados Unidos sobre China.

«Independientemente de las demás observaciones o críticas que puedan tener al presidente saliente y las personas del gobierno, creo que la única área de política por la que realmente le daría gran crédito a él y a la administración es por tener el coraje de ver el peligro del régimen chino, la capacidad de represión de ese régimen, y no solo el coraje de ver eso y decirlo, sino de cambiar la política como resultado», dijo.

«Aplaudo realmente muchas de las cosas que el gobierno hizo para alejarse de esta idea ingenua de que solo se puede participar ante un régimen tan represivo a puerta cerrada, con la palabra», dijo. «En realidad, lo que se necesita para transmitir el mensaje son las medidas punitivas, el tipo de sanciones que Estados Unidos introdujo».

Rogers dijo que espera que el nuevo gobierno de EE.UU. continúe con ese enfoque, ya que «tal vez una de las pocas áreas de consenso bipartidista es la cuestión de China».

Él dijo que piensa que «es algo bueno» que el gobierno de Biden pueda tratar de adoptar un enfoque más multilateral sobre China.

«Yo creo que el mundo libre necesita permanecer unido y formar un frente unido para confrontar el frente unido de China, siempre y cuando ese no sea un enfoque de mínimo común denominador, siempre y cuando sea un enfoque robusto».

Pero «el multilateralismo no debe ser a expensas de la acción unilateral cuando es necesario y es justificado», añadió.

«Esto no debería ser el mínimo común denominador. Deberíamos tratar de trabajar con aliados de países libres en la medida de lo posible, pero eso no debería excusar a los países de tomar sus propias medidas cuando es necesario».

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