Aproximadamente cada dos minutos, un italiano muere del virus del PCCh, una enfermedad pandémica como el SARS que el Partido Comunista Chino (PCCh) permitió que se diseminara por todo el mundo al encubrirla.
Italia ha sido el país peor golpeado luego de China, con casi 70.000 infecciones confirmadas y más de 6800 muertes al 24 de marzo. Aún no queda claro exactamente cómo comenzó el brote italiano. No obstante, la provincia del epicentro, tiene lazos comerciales especialmente intensos con China y el país en general ha sido criticado por acercarse demasiado al «Dragón Rojo».
Semilla de la epidemia
Los primeros dos casos del virus en Italia fueron una pareja de Wuhan, China—el epicentro de la infección. Ellos llegaron a Milán el 24 de enero y en la semana siguiente viajaron al sur, a Roma, donde desarrollaron los síntomas.
Otro caso fue un hombre italiano que dio positivo luego de regresar de China a fines de enero.
Ninguno de esos, al parecer, condujo a un brote mayor.
Durante casi dos semanas, el número de casos confirmados se mantuvo en tres.
Luego un paciente misterioso apareció.
El 18 de febrero, un hombre de 38 años se presentó en el Hospital Codogno en un pequeño pueblo unas 30 millas al sudeste de Milán. Dos días antes, se le había prescrito medicina para la gripe en el hospital, pero su fiebre no bajó, informó el diario italiano La Repubblica.
El hombre no reveló ninguna conexión con China y no se activaron protocolos de cuarentena.
Al día siguiente, comenzó a tener problemas respiratorios y su esposa recordó que se encontró con un amigo que había regresado de China varias semanas atrás.
Esto activó la alarma.
Se le administró una prueba y dio positivo. La búsqueda para reconstruir las actividades del hombre en las anteriores semana comenzó.
Fue una pesadilla.
«Se reunió con más gente en esos días, entre el trabajo y el deporte, que yo en seis meses», comentó Giorgio Scanzi, el jefe médico del hospital.
Su esposa embarazada se enfermó, su doctor personal se enfermó y algunos del personal del hospital se enfermaron.
El número de casos en el área comenzó a crecer. Primero en docenas, luego centenares, luego millares. Al 24 de marzo, casi la mitad de todos los casos confirmados en Italia están concentrados en la Región de Lombardía alrededor de Milán. La provincia de Lodi, la cual cubre Codogno y los pueblos vecinos, tienen casi ocho infectados cada 1000 residentes; unas ocho veces el promedio nacional.
Pero algo no termina de convencer.
El hombre enfermo trabajaba como investigador y administrador de desarrollo para Unilever, la gran multinacional de alimentos e higiene. La compañía tiene una extensa presencia en China, incluyendo un centro de investigación y desarrollo en Shanghai, pero no queda claro si el hombre podría haber entrado en contacto con el virus incluso indirectamente a través de las operaciones de Unilever. La compañía no respondió a un pedido de comentario.
Su amigo, el que regresó de China, más tarde dio negativo.
¿Entonces dónde contrajo el hombre el virus?
No hay respuesta clara. Las autoridades italianas se enfocan ahora en la epidemia misma, en vez de cazar al paciente cero del país.
Una cosa queda clara; si hubo un lugar con lazos cercanos a China, fue Lodi.
Lazos con China
A pesar de tener solo unos 230.000 residentes, Lodi hizo más de USD 2600 millones en negocios con China en 2018, informó una Cámara de Comercio local (pdf). Eso es más de USD 11 millones per capita, una tasa casi cuatro veces mayor a la cercana Milán.
Otras áreas que fueron golpeadas duro en Lombardía, también tienen lazos significativos con China. De todas las provincias italianas, Milán tiene la mayoría de los negocios con China en números absolutos, unos USD 9400 millones en 2018. La provincia tiene más de 5700 casos de virus.
Bergamo, la provincia con la mayor cantidad de casos confirmados (más de 6700), ha tenido por largo tiempo una relación melliza con la Prefectura Yanbian, una región autónoma china en la frontera norcoreana. La prefectura incluso abrió su propia oficina en la provincia italiana. Su comercio con China alcanzó casi USD 1600 millones en 2018.
Brescia, hogar de la icónica fábrica de armas Beretta, está haciendo más de USD 1000 millón en negocios con China por año. Ahora tiene casi 6300 casos del virus del PCCh.
A nivel nacional, las regiones que hacen la mayoría de los negocios con China son también las más duramente golpeadas por el virus. Lombardía, mas de USD 20.000 millones y más de 30.000 casos; Emilia Romagna, más de USD 6200 millones y más de 9000 casos; Veneto, más de USD 6400 millones y casi 6000 casos; y Piemonte, más de USD 4600 millones y más de 5500 casos.
Pero la correlación no es absoluta. Campania, la región más densamente poblada en el país, solo tiene unos 1100 casos. Aún hace bastante negocios con China, unos USD 2000 millones por año.
Se espera que el virus funcione mejor en climas más fríos. Esto podría ser una parte de por qué las regiones del sur, incluidas Campania han tenido menos casos.
Al mismo tiempo, la mera presencia de inmigrantes chinos no necesariamente se alinea con los puntos críticos de los brotes.
La provincia central de Prato ha sido conocida por su gran comunidad china. Miles de chinos en fábricas textiles, a menudo empleados como inmigrantes ilegales, han brotado hace una o dos décadas, compitiendo con los negocios establecidos hace mucho tiempo importando telas baratas chinas, rompiendo las estrictas regulaciones laborales de Italia, y a veces evadiendo impuestos.
Pero la provincia solo ha tenido 150 casos de virus.
La Franja y La Ruta
El gobierno italiano le ha dado un empujón en años recientes a sus lazos con China. Demasiado para el gusto de Estados Unidos y la Unión Europea, la cual le urgió en vano a Italia que no se una a la Iniciativa de La Franja y la Ruta (IFR)—el proyecto de infraestructura de Beijing para conectarse con Europa, el sur y sureste de Asia, el Medio Oriente, Oceanía, América Latina y África a través de una red de puertos, rutas y vías de ferrocarril.
El proyecto ha sido criticado por hundir a países en desarrollo en trampas de deudas y por expandir la esfera de influencia militar y política del PCCh.
Italia vio en China una fuente de inversión para su economía en lucha, como también un mercado para sus productos. Pero esos prospectos han sido lentos en materializarse. En 2018, menos de un cuarto de por ciento de toda la inversión directa extranjera en Italia vino de China.
Aunque el PCCh ha disfrutado del efecto de las relaciones públicas de que uno de los países del G-7 se una a la IFR, Italia no ha tenido muchos beneficios. El Monitor Franja y Ruta RWR, que registra las inversiones chinas bajo la iniciativa, solo encontró un contrato hasta ahora: Jetion Solar (China) Co. y Eni SpA van a invertir unos USD 2200 millones en nuevos proyectos solares.
Mientras tanto, Italia continúa teniendo déficits comerciales tremendos con China. Más de USD 200.000 millones solo en 2018.
Según Delle Vedove, miembro del comité de asuntos extranjeros del partido conservador Fratelli d’Italia, el virus ahora agrega otra perspectiva a la arriesgada ecuación de los enredos con China.
«Por supuesto el coronavirus abre un escenario perturbador», le dijo a The Epoch Times en una entrevista previa. «Nos dice que la interdependencia de China puede ser un problema no solo desde el punto de vista económico o industrial, etc., sino también por seguridad nacional, profilaxis de salud nacional.
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