El liderazgo del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos pidió una revisión del nivel de seguridad requerido en el Capitolio en Washington argumentando que la situación actual de seguridad «no se justifica en este momento».
El presidente y el miembro de mayor rango del comité, el representante Adam Smith (D-Wash.) y el representante Mike Rogers (R-Ala.), emitieron una declaración conjunta pidiendo una revisión de la seguridad después que el Pentágono anunciara que un número reducido de tropas de la Guardia Nacional permanecerá en el Capitolio durante 60 días más, hasta el 23 de mayo.
«Estamos profundamente preocupados por el actual nivel de seguridad en torno al Capitolio de Estados Unidos. Más de dos meses después del ataque del 6 de enero, la sede de la democracia de nuestra nación sigue estando fuertemente protegida por guardias y rodeada por una valla perimetral», dijeron los legisladores a través de una declaración.
«A medida que la Policía del Capitolio de Estados Unidos sigue aumentando su capacidad de personal, no hay duda de que algún nivel de apoyo de la Guardia Nacional debería permanecer en la Región de la Capital Nacional para responder a amenazas creíbles contra el Capitolio», añadieron los dos miembros de la Cámara. «Sin embargo, la actual postura de seguridad no está justificada en este momento».
Ellos quieren una «reducción progresiva» del despliegue de la Guardia.
«Además, no podemos ignorar los costes financieros asociados a este despliegue prolongado, ni podemos hacer caso omiso a los efectos que pronto tendrá en la disponibilidad general de la Guardia Nacional. Apreciamos que nuestros guardias respondan a la llamada para proteger el Capitolio, pero es hora de que revisemos qué nivel de seguridad se requiere, para que puedan volver a casa con sus familias y sus comunidades».
El número de efectivos será aproximadamente la mitad de los 5100 a 5200 que patrullan actualmente el recinto, según había anunciado el Pentágono. Antes de la prórroga, estaba previsto que se retiraran el fin de semana.
Los miembros de la Guardia Nacional se desplegaron tras la intrusión del Capitolio el 6 de enero. Más de 20.000 guardias estuvieron presentes durante la toma de posesión del presidente Joe Biden el 20 de enero. Las autoridades también instalaron una valla no escalable rematada con alambre de púa alrededor de las instalaciones del Capitolio.
El 6 de enero, ocurrió una irrupción del edificio del Capitolio mientras se llevaban a cabo los procedimientos del Congreso para certificar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. La violencia se produjo en medio de protestas, por lo demás pacíficas, que tenían lugar en los alrededores, en las que se pedía la integridad de las elecciones.
Smith acusó al entonces presidente Donald Trump de incitar y alentar la irrupción.
En la semana posterior al 6 de enero, Trump hizo repetidos llamados a la paz y condenó reiteradamente la violencia que tuvo lugar ese día.
«La irrupción en el Capitolio de Estados Unidos golpeó el corazón mismo de nuestra república. Enfureció y horrorizó a millones de estadounidenses de todo el espectro político», dijo Trump el 13 de enero. «Quiero ser muy claro, condeno inequívocamente la violencia que vimos la semana pasada. La violencia y el vandalismo no tienen absolutamente ningún lugar en nuestro país ni en nuestro movimiento».
Durante los disturbios en el recinto del Capitolio un policía del Capitolio dio muerte con un disparo a una mujer que formaba parte de los grupos de personas que entraron y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Otros tres manifestantes fallecieron por causas médicas. A su vez, el departamento de policía confirmó la muerte el 7 de enero de uno de los oficiales de la Policía del Capitolio que protegió a los legisladores durante los disturbios. El FBI «no puede revelar la causa de su muerte», dijo el 2 de marzo el director de la agencia, Christopher Wray.
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