Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. han añadido la vacuna contra el COVID-19 a su calendario de vacunación sistemática para niños y adultos, lo que ha suscitado críticas por esta decisión.
Según el calendario de vacunación para niños y adolescentes de 2023 de los CDC, se recomiendan dos o tres dosis de vacunas contra el COVID-19 a partir de los lactantes de apenas seis meses. A los niños de 6 meses a 4 años y de 5 a 11 años se les recomiendan las vacunas contra el COVID-19 de Moderna o Pfizer. Entre los niños de 12 a 18 años, además de las vacunas de Pfizer y Moderna, también se recomiendan las de Novavax.
En la lista para adultos, se recomiendan dos o tres dosis de vacunas contra COVID-19 a partir de los 19 años. La recomendación de la vacuna contra el COVID-19 para niños y adultos en 2023 se incluye entre otras vacunas típicamente recomendadas para el sarampión, la gripe, la rubéola, etc.
Los asesores de los CDC recomendaron en 2022 añadir las vacunas al calendario.
Aunque los CDC han añadido las vacunas contra el COVID-19 a la lista de vacunas recomendadas, no las han impuesto. La agencia no tiene autorización para hacerlo, pero las jurisdicciones locales y estatales sí pueden, y muchas hacen obligatorias la mayoría de las vacunas del calendario. Sin embargo, no hay casi ningún estado que obligue a vacunarse contra la gripe en los colegios públicos.
Los abogados han dicho que demandarán a cualquier estado que exija la vacuna contra el COVID-19 para asistir a la escuela y muchos funcionarios se han comprometido a no aplicar tal requisito.
La medida de los CDC de añadir la vacuna contra el COVID-19 a los calendarios de vacunación ha suscitado críticas en Internet.
«Aunque creía imposible que @CDCgov perdiera más credibilidad, deciden hacer esto a pesar de los crecientes estudios que muestran una eficacia decreciente, ningún beneficio neto para la mayoría de las personas inmunocompetentes», dijo la anestesióloga Megan Martin en un tuit del 10 de febrero.
Indemnización por lesiones causadas por la vacuna contra el COVID-19
El calendario de vacunación infantil señala que las vacunas contra el COVID-19 no están cubiertas por el Programa Nacional de Compensación por Lesiones Causadas por Vacunas (VICP, por sus siglas en inglés), una alternativa sin culpa al sistema legal tradicional para resolver las peticiones por lesiones causadas por vacunas.
En cambio, las vacunas contra el COVID-19 autorizadas o aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) están cubiertas por el Programa de Compensación de Lesiones por Contramedidas (CICP, por sus siglas en inglés).
Creado en 2010, el CICP es un programa de compensación dirigido a vacunas y medicamentos que se desarrollan como respuesta a cualquier emergencia de salud pública.
Los reclamantes deben presentar una solicitud de indemnización en el plazo de un año desde que se les inyectó la vacuna. Se sabe que este programa, destinado sobre todo a las vacunas infantiles, es más arduo y menos generoso que el VICP.
Sin el desarrollo de una tabla de lesiones por vacunas por parte de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, por sus siglas en inglés), la carga de la prueba recae en el solicitante y no en el gobierno para demostrar la causalidad con el fin de establecer la elegibilidad.
Un análisis de Bloomberg muestra que, mientras que la indemnización media pagada en virtud del VICP ronda los 533,000 dólares, la del CICP apenas supera los 200,000 dólares. El VICP garantiza representación legal y audiencia a los solicitantes. Las personas que presentan una solicitud en el marco del CICP no obtienen estas prestaciones. Mientras que las decisiones de los funcionarios del VICP se hacen públicas, las del CICP nunca se conocen.
«Los funcionarios de la agencia deciden las reclamaciones en secreto, sin que las personas lesionadas o sus familias tengan la oportunidad de hablar o interactuar con los responsables de la toma de decisiones», declaró al medio Nora Freeman Engstrom, profesora de la Facultad de Derecho de Stanford que investiga los programas de compensación por lesiones causadas por vacunas.
Dado que las decisiones del CICP no se publican, «el público y los investigadores no pueden saber qué efectos adversos se detectaron con las vacunas y cuáles no… Esto puede obstaculizar nuestra comprensión de la seguridad y eficacia de estas vacunas», declaró.
Lesiones por la vacuna contra el COVID-19
Según un estudio reciente de los CDC, más de 1600 niños de entre 5 y 11 años experimentaron una reacción sistémica como diarrea o fiebre tras recibir una dosis de vacunas contra el COVID-19.
Casi la mitad de los niños del estudio que recibieron las vacunas actualizadas de Pfizer y Moderna experimentaron una reacción sistémica, que se define como reacciones «generalmente leves» que duran varios días. Las reacciones sistémicas se clasifican por encima de las reacciones locales en la escala de gravedad, justo por debajo de las reacciones graves.
En un artículo publicado el 1 de febrero, los CDC informaron que se habían identificado 73 casos de síndrome de Guillain-Barré en adultos en los 42 días siguientes a la administración de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson.
Este síndrome provoca que el sistema inmunitario del organismo ataque determinadas partes del sistema nervioso. Basándose en la tasa anual habitual del síndrome, solo se esperaban 31 casos.
Con información de Meiling Lee.
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