El máximo oficial militar de Estados Unidos dijo el jueves que cometió un error cuando acompañó al presidente Donald Trump en una caminata desde la Casa Blanca a una iglesia cercana que fue dañada por los disturbios de la noche anterior.
«No debí haber estado allí», dijo el general del ejército Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, mientras hablaba con los graduados de la Universidad de Defensa Nacional en Washington.
«Como líderes principales, todo lo que hagan será observado de cerca. Y yo no soy inmune», dijo.
Milley, vestido con un uniforme completo, caminó con Trump, el secretario de defensa Mark Esper y otros oficiales a la iglesia de St. John’s a través del parque Lafayette el 1 de junio. Una fotografía suya con Trump «desató un debate nacional», continuó el presidente.
Milley dijo que el hecho de que formara parte del grupo «creó una percepción de los militares involucrados en la política nacional».
«Como oficial uniformado comisionado, fue un error del que he aprendido y espero sinceramente que todos podamos aprender de él», añadió.
La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. La declaración de Milley se produjo horas después de que Joe Biden, el candidato presidencial demócrata, dijera en una aparición televisiva que estaba «muy orgulloso» de que los exoficiales militares hicieran públicas sus críticas a Trump.
«Les prometo, estoy absolutamente convencido de que lo escoltarán desde la Casa Blanca… con gran diligencia», dijo cuando se le preguntó qué pasaría si ganaba y Trump se negaba a dejar el cargo.
Los eventos que rodearon la caminata a St. John’s atrajeron la atención de los medios. Los reporteros afirmaron que Trump ordenó a las autoridades que despejaran el parque de los manifestantes para poder caminar hacia la iglesia y que los oficiales usaron gas lacrimógeno.
El fiscal general William Barr, que estaba con Trump y Milley en la caminata, dijo que la policía del parque decidió inicialmente ampliar el perímetro de seguridad en una cuadra a finales del día anterior, una medida que fue aprobada por Barr y otros funcionarios antes del 1 de junio.
Barr dijo que presenció personalmente cómo los manifestantes lanzaban proyectiles como piedras contra él mismo y contra los policías antes de que se ampliara el perímetro. Las autoridades, incluyendo a Esper, han negado el uso de gas lacrimógeno.
«Estábamos reaccionando a tres días de manifestaciones extremadamente violentas justo frente a la Casa Blanca. Muchas lesiones a oficiales de policía, incendios provocados», dijo Barr esta semana. Esper rechazó, lo que describió como un informe inexacto sobre el asunto, diciendo que era consciente de que él y otros se unían a Trump en una caminata a la iglesia.
Varias horas después de que los oficiales hicieran retroceder a los manifestantes, Trump y el grupo se movieron por el parque ahora vacío. Observaron los daños infligidos por los alborotadores en la iglesia, donde los presidentes han asistido tradicionalmente y hablaron con los periodistas mientras se tomaban fotografías. En un momento dado, el presidente tenía una Biblia en la mano.
Los críticos del presidente describieron lo que pasó como una «oportunidad de fotografía».
Barr le dijo a Fox News que era apropiado que un presidente caminara a la iglesia.
«El presidente de Estados Unidos debería poder caminar una cuadra desde la Casa Blanca hasta la iglesia de los presidentes. Debería poder hacerlo», dijo Barr. «El argumento de que este ejercicio se hizo para hacerlo posible era totalmente falso. No veo nada malo en que el presidente camine hacia la iglesia».
Esper, mientras tanto, dijo a los periodistas recientemente cuando le preguntaron si se arrepentía de haber caminado con Trump: «Hago todo lo que puedo para mantenerme apolítico y alejado de situaciones que puedan parecer políticas. A veces tengo éxito en hacer eso y a veces no tengo tanto éxito». La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo que los funcionarios «no se arrepienten» de lo ocurrido.
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