Una forma infravalorada y sorprendentemente sencilla de añadir riqueza y significado a tu vida es convertirte en un conocedor de la belleza cotidiana. Mucha gente gasta dinero e invierte tiempo en mejorar su vida. Sin embargo, son relativamente pocos los que abordan el regalo de la belleza con la intencionalidad que se merece.
¿Por qué? Una de las razones es que hoy en día la belleza tiene mucho con lo que competir. A diferencia de los placeres de las redes sociales, la comida sabrosa y la riqueza, los gozos de la belleza se revelan gradualmente a quienes cultivan el gusto por ellos. Por ejemplo, una obra de arte, una música compleja o una buena arquitectura. Son un placer para los principiantes, sin duda, pero ofrecen capas de belleza aún más significativas para quienes invierten tiempo en comprender los matices de lo que están experimentando.
Cultivar la apreciación de la belleza cotidiana no está reservado a los más inteligentes o cultos. No es como convertirse en un experto en vinos o quesos de lujo—no tiene por qué ser una actividad pretenciosa ni costar mucho dinero. Yo diría que la belleza más asombrosa de este mundo está disponible gratuitamente.
3 habilidades necesarias para desarrollar el estudio de la belleza
La belleza está en todas partes, pero a veces no vemos lo que tenemos delante. Para reconocer la belleza que nos rodea, se requieren ciertas habilidades.
1. La capacidad de estar plenamente presente
A menudo nos perdemos la belleza —porque vamos demasiado deprisa o nuestra mente está preocupada por acontecimientos del pasado o del futuro. Ve más despacio y dedica un rato al día a estar presente y atento a lo que tienes delante.
2. La capacidad de darse cuenta
Puede que pienses que un conocedor de la belleza necesita reconocer verdades profundas, —pero no es necesario. Mi consejo es que simplemente te fijes en lo que te llama la atención, lo que es interesante, inusual o encantador.
3. La capacidad de saborear
Por último, el momento de saborear llega después de crear el espacio mental necesario para percibir la belleza. De nuevo, te animo a que no lo compliques más de lo necesario. Saborear algo significa disfrutarlo plenamente. Piensa con nostalgia o romanticismo en la belleza que tienes ante ti. Háblate a sí mismo de una historia sobre cómo la belleza es mágica y necesaria para el florecimiento humano. Cuanto más vívida sea nuestra experiencia, más plenamente disfrutaremos de ella.
Eso es todo lo que hace falta para convertirse en un estudiante de belleza. No hay una forma correcta de hacerlo —sólo son consejos útiles. Empieza a practicar estas habilidades un poco cada día.
8 bellezas corrientes
He aquí una lista de algunos de mis ejemplos favoritos de belleza ordinaria que están al alcance de la mayoría de la gente. Deja de darlos por sentados y aprecia sus dones.
1. La maravilla de un niño jugando
Observa su energía desbordante, su curiosidad infinita y sus gestos infantiles.
2. Los colores de un amanecer o una puesta de sol
Nunca hay dos iguales. Sorpréndete con los muchos matices de colores y cómo se mezclan entre sí.
3. El sabor y el olor de los alimentos
Fíjate en las emociones y los recuerdos que evocan. Cataloga mentalmente la anticipación y la sensación de felicidad de los primeros bocados.
4. La calidez del contacto físico
Permite que el calor del cuerpo de otra persona te reconforte y presta atención a las sutiles diferencias entre cada abrazo y apretón de manos.
5. La serenidad del agua en movimiento
Pocas cosas calman mejor la mente que una suave corriente de agua en un entorno natural. Dentro de la serenidad hay una explosión de vida que hay que percibir.
6. El sonido de una música agradable
Piensa en las formas en que los sonidos encadenados pueden crear experiencias tan poderosas. El sonido puede darnos energía e inspirarnos, y lo que es aún más sorprendente, —puede conmovernos hasta las lágrimas.
7. La intriga de una buena historia
Ya sea un libro, un programa de televisión o una película, el poder de una buena historia es indiscutible. No te conformes con un compromiso pasivo —presta atención a lo que te hace disfrutar de la historia y a cómo te engancha.
8. El esplendor de la naturaleza
Casi todas las plantas, animales, insectos y setas pueden despertar un sentimiento de belleza si te tomas un momento y las observas detenidamente.
Ser experto en belleza no es otro elemento que añadir a tu lista de tareas pendientes y no tienes que preocuparte por «hacerlo bien». «La manera más provechosa de verlo es como otro sendero que puedes elegir en el camino de la vida. Aunque el camino de experimentar la belleza pueda ser un poco más lento, las vistas son aún más gratificantes».
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