Conozca a una de las abuelas más fuertes del mundo, una campeona internacional de levantamiento de pesas que asegura verse y sentirse mejor que hace 40 años.
Mary Duffy, de 71 años y oriunda de Trumbull, Connecticut, empezó a entrenar en el gimnasio a los 59 años de edad para perder peso, y al poco tiempo se aficionó a levantar pesas.
Ahora, no solo pasa unas 20 horas a la semana levantando pesas y haciendo ejercicio, sino que también tiene más de 30 récords estatales y mundiales con su nombre.
Aunque Mary, abuela de un niño, puede levantar más peso que muchos hombres de una cuarta parte de su edad, a menudo le dicen que es «demasiado vieja» para ir al gimnasio.
Sin embargo, Mary ha demostrado que los escépticos se equivocan. Ella tiene el récord mundial de levantar 250 libras (aprox. 113 kg) en peso muerto —más que un elefante bebé—, al igual que de levantar 125 libras (aprox. 56 kg) en banco y 175 libras (aprox. 79 kg) en cuclillas.
María dijo: «Empecé a ir en serio al gimnasio hace diez años, cuando noté que me había engordado mucho. Recuerdo que me di cuenta cuando me miré en el espejo y pensé ‘esa no soy yo'».
«Rápidamente perdí peso y me di cuenta que mientras más entrenaba, más lo disfrutaba, y así ha sido desde entonces».
Añadió: «Tengo 71 años, pero estoy más en forma que nunca; me veo y me siento mejor ahora que cuando tenía 40 años».
La gente me dice que soy demasiado vieja para esto, pero mi lema es: «No se puede dar marcha atrás al reloj, pero sí se le puede dar cuerda».
A veces me pregunto por qué estoy haciendo esto, pero los comentarios negativos se superan rápidamente con la gente que me dice que los inspiro, y eso es lo que me hace seguir adelante».
«No soy la típica persona de 70 años, y no tengo intención de rendirme ahora».
La jubilada Mary dio sus primeros pasos en el gimnasio en su juventud, pero no empezó a tomarlo en serio hasta que cumplió 59 años; fue la época en la que murió su madre.
Después de la muerte de su madre, en 2007, Mary se quedó «sentada y triste» durante dos años, y engordó hasta alcanzar los 80 kg, lo que, según ella, le resultaba incómodo para su baja estatura.
Dijo: «Me miré en el espejo y vi que había aumentado mucho, ese fue un momento de luz para mí».
«Recuerdo que me dije a mí misma: ‘Me niego a que esa sea yo’ y me inscribí en el gimnasio».
En un año, había perdido casi 25 kilos y su entrenador personal, Bobby Calabrese, le sugirió que empezara a levantar pesas.
Gracias a dos sesiones de halterofilia a la semana, además de entrenamiento cardiovascular y de fuerza general todos los días, Mary se animó a participar en su primera competencia de powerlifting en 2014, a la edad de 64 años.
Le encantó y empezó a participar en competencias internacionales organizadas por la Asociación Internacional de Powerlifting dos veces al año.
Mary ha acumulado más de 30 récords estatales y mundiales con la Asociación Internacional de Powerlifting, en su categoría de edad y peso.
Ella dijo: «Mientras más entrenaba, más lo disfrutaba».
Puede ser difícil ganar músculo cuando se es mayor, pero me encantaba ver cómo mis músculos se definían a medida que me iba fortaleciendo».
«Incluso ahora, después de varios años, sigo viendo cómo mejoro, y eso me hace seguir adelante».
La súper abuela, que está en plena forma, entrena más de 20 horas a la semana en el gimnasio, realiza tres campamentos de entrenamiento y dos sesiones de entrenamiento personal.
También realiza sesiones diarias de cardio en la máquina de remo y en la bicicleta elíptica, además de sesiones adicionales de levantamiento de pesas con amigos. A pesar de entrenar hasta seis horas al día, dice que la gente suele juzgarla por su edad.
Ahora Mary comparte sus progresos en su forma física en Instagram, @mduff2404.
Dice: «Hay mucha gente que intenta decirme que no debería levantar pesas a mi edad, pero yo me río y les digo que mire mis récords».
«Hay momentos en los que me pregunto por qué me esfuerzo tanto, pero son los comentarios positivos de la gente los que me hacen seguir adelante».
«No quiero parecer la típica abuela de 70 años, porque definitivamente no me siento como tal».
«No creo que vaya a dejar nunca el powerlifting, a menos que sea absolutamente necesario».
«Incluso si dejo de competir, seguiré entrenando y manteniéndome en forma».
Con información del personal de Epoch Times.
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