El auge del teclado y la tecnología inteligente ha hecho que la tradición de la escritura a mano se quede atrás en la mayoría de las aulas modernas.
Sin embargo, una mujer de Scottsdale , Arizona, sigue manteniendo vivo el arte de la escritura cursiva, más de 20 años después de haberse retirado oficialmente de la enseñanza.
Marilyn Harrer, de 91 años, empezó a enseñar la escritura cursiva en 1951; después de enseñar durante algunos años, se retiró oficialmente en 1997.
«Cuando me retiré de la enseñanza a tiempo completo, mis amigos profesores dijeron que siempre les había gustado cómo escribían los niños de mi clase y por eso querían saber si no volvería a trabajar en sus aulas», dijo Harrer, reportó azfamily.com
Después de jubilarse, empezó a ofrecer sus servicios de enseñanza de la escritura cursiva en la escuela primaria Anasazi, en el norte de Scottsdale.
Al igual que el uso del computador, la escritura a mano es un ejercicio de todo el cuerpo.
«Hablamos de cómo sentarse, cómo sujetar el papel, cómo escribir inclinado, cómo sujetar el lápiz», explicó Harrer.
Después de tantos años perfeccionando su técnica de escritura y transmitiéndola a sus alumnos, se ganó de ellos el título de «Reina de la Cursiva».
Harrer ha alcanzado una serie de logros gracias a su enseñanza de la letra cursiva, enviando a 35 estudiantes a llevar a casa el título estatal de escritura a mano en Arizona, y otros dos se han convertido en campeones nacionales de letra cursiva.
«Simplemente espero lo mejor de todos los niños, y ellos responden», dijo.
No obstante, cuando se prohibió la entrada de voluntarios a las instituciones para frenar la propagación del virus del PCCh, eso no le impidió a Harrer impartir su enseñanza habitual.
«No dejamos que el COVID nos detuviera», dijo. «Iba a casa de mi hija a cenar y mi nieto Grant me grababa dando las clases».
Aunque la enseñanza de la letra cursiva hace tiempo que se excluyó del plan de estudios de muchas escuelas, a Harrer le apasiona mantener viva la tradición.
Para apoyar su misión, inició un proyecto de amigos por correspondencia que conecta a personas mayores con estudiantes, con cierto éxito.
«Este es nuestro tercer año, y ahora tenemos un excedente de personas que quieren ser amigos por correspondencia», dijo. «Y les da mucha ilusión hacerlo».
Harrer piensa seguir enseñando la letra cursiva mientras pueda hacerlo, añadiendo que las investigaciones han demostrado una relación entre la escritura cursiva y la actividad cerebral.
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