Una cariñosa abuela reanimó a su nieta recién nacida dos veces durante el parto prematuro de su hija en casa.
Katie Dolan, de 24 años, hija de Joanne Dolan, de 53 años, empezó trabajo de parto a las 24 semanas y cinco días de embarazo, haciendo que tuviera que dar a luz a su bebé Niamh por sí misma.
La pequeña, que nació de nalgas y con un peso de tan solo una libra y media, ha sido considerada desde entonces por los médicos como un milagro. Y la abuela Joanne le ayudó a sobrevivir, ya que le practicó la respiración boca a boca en dos ocasiones para salvarle la vida.
«No tuve tiempo de pensar, estaba aterrorizada, pero actué tan rápido como pude», dijo Joanne. «Estaba ansiosa e insegura de si lo había hecho bien, pero llamé por teléfono al 999 y me explicaron cómo hacer la RCP».
Katie, asesora de contratación de Heckmondwike, en West Yorkshire, Inglaterra, se dio cuenta de su embarazo a las 19 semanas. Desde la semana 22 de gestación, entraba y salía del hospital por una fuerte hemorragia.
«Las hemorragias empezaban y se detenían, y me trasladaban de un hospital a otro», explicó Katie. «Daba bastante miedo y no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo».
El 24 de noviembre de 2021, Katie finalmente pudo regresar a casa del hospital, y Joanne se quedó con ella.
Katie dijo: «Me desperté a medianoche (…) Empecé a tener contracciones muy fuertes, y recuerdo que grité y llamé a mi mamá».
«Ella llamó inmediatamente a la ambulancia y permanecieron al teléfono con nosotros mientras mi mamá tenía que ayudarme a dar a luz a mi bebé, Niamh. En 15 minutos, Niamh ya había salido, y nació de nalgas. Mi mamá tuvo que reanimar a Niamh dos veces».
«Sinceramente, ni siquiera recuerdo mucho, estaba muy impresionada».
Joanne, cuya rápida respuesta terminó salvando la vida de Niamh, dijo: «Todo fue muy aterrador, pero sabía que tenía que hacer algo».
Después del nacimiento de Niamh, llegaron dos ambulancias que llevaron a la familia al hospital Pinderfields. Allí, el personal de neonatología tuvo que bajar a la ambulancia y «hacer de todo para intentar que Niamh respirara», dijo Katie.
«Mi mamá y yo tuvimos que esperar cinco horas en la sala de espera para ver si Niamh estaba bien o no», añadió. «El personal logró estabilizarla. Fue completamente aterrador».
«Luego dijeron que Niamh tendría que ser trasladada a un hospital especializado en Sheffield [en South Yorkshire], pero que estaba muy mal y no sabían si iba a aguantar el viaje. Ni siquiera me permitieron ir a Sheffield con ella porque no se puede viajar 24 horas después de dar a luz; estaba muy adolorida y angustiada».
Entonces, Katie regresó a casa con su mamá y esperó una llamada telefónica, que le confirmó que Niamh logró llegar al hospital y que había llegado sana y salva.
El bebé tiene ahora 10 semanas, está en terapia de oxígeno de alto flujo y aún le falta un tiempo para regresar a casa.
Katie dijo: «Ha estado conectada a un respirador artificial y se alimenta a través de un tubo (…) Ahora pesa 3.7 libras y tiene que engordar más antes de poder ir a casa con nosotros».
«Es una locura: el personal médico la llamó la ‘bebé milagro médico’, ya que nunca habían visto un bebé que naciera tan prematuramente en casa y sobreviviera».
Con información del personal de Epoch Times.
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