Una abuelita mexicana se graduó con honores de la licenciatura en Administración de Empresas a sus 93 años de edad. Doña Crucita, quien es amante de la lectura y el estudio, demostró que con determinación y voluntad no existen límites; pues ni la pandemia ni la tecnología le impidieron lograr su objetivo.
Maria Josefina Cruz Blancas, o mejor conocida como Doña Crucita, nació en la ciudad de Hidalgo en México. El 19 de octubre de 2021, a sus 93 años de edad, la abuelita se graduó de la licenciatura en Administración de Empresas en el Centro de Estudios Universitarios de Querétaro, compartió una de sus nietas en una publicación de Twitter.
Sin embargo, su camino para llegar a este logro tiene que ver con todo su recorrido de casi un centenar de vida.
En su juventud, Doña Crucita trabajó como secretaria, también dio clases de taquimecanografía y siempre fue una fiel amante de la lectura. Sin embargo, en 1992 cuando se mudó a Querétaro se enteró que había una prepa abierta, por lo que decidió hacer el bachillerato.
“Bueno mire yo soy de Tulancingo, Hidalgo, allá nací, allá estudié para secretaria en español y auxiliar de contador, entonces trabajé por mucho tiempo en la administración pero cuando después me vine a radicar aquí a Querétaro en 1992 y ya entonces allá en Tulancingo no había todavía prepa abierta”, explicó en una entrevista con Televisa.
La abuelita mexicana descrita por su hija Citatli Silvia como “la más entusiasta y feliz que puedan imaginar”, con una “actitud positiva y siempre sonriente”, decidió retomar sus estudios cuando una de sus nietas le comentó que en su nueva ciudad había prepa abierta.
“Mi nieta me platicó que había prepa abierta. Le digo Cynthia, vamos a apuntarnos, si te apuntas tú, yo también”, relató en una entrevista con ADN40.
Así terminó el bachillerato, pero sin ser suficiente, Doña Jose decidió continuar con la carrera universitaria. Tras anotarse en el Centro de Estudios Universitarios de Querétaro, inicialmente con la intención de estudiar pedagogía, le recomendaron que podría irle mejor estudiar Administración, por lo que optó por esta carrera.
“El licenciado decía que yo era para administración, que me presentara el día 6 de marzo, que tenía beca para la carrera”, recordó Doña Crucita.
Así, la madre de 7 hijos, abuela de 14 nietos y 15 bisnietos, y también tatarabuela, recibió una beca completa, cursando 9 cuatrimestres, donde estudió año y medio de manera presencial y casi dos años en línea.
Siempre siendo una estudiante ejemplar, con su característica disciplina y determinación, asistía puntualmente a sus clases e incluso aprendió a utilizar las nuevas tecnologías para adaptarse a la modernidad de hoy. Además, con una calificaciones de excelencia que le dieron un reconocimiento con honores.
“Iba a ser en línea y pues yo acepte, yo me arriesgo. Desconozco mucho de eso, no conozco casi nada”, relató. Sin embargo, ahora es capaz de conectarse a las videoconferencias y manejar varias cosas de la computadora.
“Me había propuesto ya a aprender yo, a manejar todos los aparatos y todo, pero también me falta mucho. A lo mejor me apliqué más en esto”, agregó.
En cuanto a su tenacidad y determinación, una de sus nietas, Maricruz, dice que su abuela “siempre ha sido muy luchadora”, pues siempre les platicaba que su papá le decía que “mientras tuviera vida ella tenía que seguir aprendiendo o estudiando”. Y al parecer nunca olvidó las palabras de su padre, añadiendo que su abuela “es así en todo” lo que hace.
Junto con su amor por la lectura, ahora la abuelita puede compartir con su nieta Guadalupe temas de la carrera, pues ambas siguieron la misma profesión.
“Cualquier tema, cualquier libro se la pasa leyendo y todo, entonces pues así es como mi abuelita tiene la misma carrera que yo, si estamos en el nivel”, dijo Guadalupe Berenice Silva Blancas, otras de las nietas de doña Crucita.
Por su lado la tatarabuela mexicana explica que para ella lo más importante para poder continuar estudiando es simplemente tener la voluntad de hacerlo.
“Cada uno tiene que tener esa voluntad, ¿no?, de que quieran estudiar. También más ahora los más jóvenes, que muchos no siguen”, explicó.
Y aunque culminó una etapa, piensa continuar estudiando y aprendiendo. Incluso ya se inscribió en un diplomado de pedagogía.
“Seguiré documentándome, en libros y en cursos”, dijo la determinada abuelita.
Una abuelita que realmente inspira por su fuerza de voluntad, recordándonos que todo es posible, simplemente si nos determinamos a hacerlo.
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