La familia de un granjero de Alabama descubrió un conmovedor secreto en su lecho de muerte: el anciano de 80 años donó 100 dólares a una farmacia local cada mes durante diez años, en secreto, para ayudar a la gente a acceder a los medicamentos que necesitaban pero no podían permitirse.
Nacido y criado en la pequeña localidad de Geraldine, Alabama, Buford «Hody» Childress sirvió en las Fuerzas Aéreas estadounidenses durante ocho años, fue agricultor durante 50 años y trabajó en el Centro Espacial de Lockheed Martin en Alabama hasta que se jubiló. Siguió dedicándose a la agricultura hasta dos años antes de su muerte.
Su hija, Tania Nix, peluquera de 58 años, vive en la cercana localidad de Ider, Alabama. Cuando Hody padecía la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otros problemas de salud, le costaba moverse y estaba prácticamente postrado en cama. Para entonces ya sabía que su final se acercaba y no podía seguir guardando el secreto.
«Un día iba a la farmacia y me dijo: ‘Llevo un tiempo haciendo algo y me gustaría seguir haciéndolo mientras viva'», contó Nix a The Epoch Times. «Le dije: ‘Vale, ¿qué es eso, papá?’, y me contestó: ‘Llevo un billete de 100 dólares a la farmacia los primeros de mes, se lo doy a Brooke, y ella tiene la libertad de hacer lo que quiera para ayudar a alguien. Le he dicho que les diga que es anónimo y que es una bendición del Señor».
Nix le dijo a su padre que estaría encantada de aceptar el dinero en su nombre. Entregó el billete en la farmacia Geraldine Drugs, pero no tuvo ni idea de cuánto tiempo había durado la tradición de su padre hasta que él falleció, en paz en su casa, el día de Año Nuevo de 2023.
«Antes del funeral, nos reunimos para recordar a papá», dijo Nix. «Una de mis primas era amiga personal de Brooke Walker [la farmacéutica de Geraldine Drugs]… enseguida se sentó y empezó a contar la historia… así fue como me enteré de la profundidad y la magnitud de lo que había hecho».
Walker había «jurado guardar el secreto», pero sintió que la familia merecía conocer la sentida misión de Hody.
Hody hizo su primera donación mensual en 2012. Aparte de la madrastra de Nix, Martha Jo, y Walker, nadie lo sabía. Pero a medida que el fondo de Hody fue acumulando miles, se corrió la voz en la comunidad de que si alguien estaba muy necesitado, había donativos en la farmacia que podían ayudar. Walker utilizaba el dinero a su discreción.
«Era un hombre muy amable y gentil», dijo Nix de su padre. «Era un hombre muy piadoso; el Señor era lo primero en su vida… mucha gente que le conocía sabía cómo era su corazón y lo amable y generoso que era. Creo que a la gente le sorprendía que estuviera comprometido con una misión que siguió durante tanto tiempo, que se asegurara de que se llevara a cabo todos los meses».
Tras el fallecimiento de Hody, surgieron historias de algunas de las personas a las que había ayudado. Nix contó la historia de un chico de 15 años que tuvo una reacción alérgica a una picadura de abeja. Sus padres no podían permitirse un EpiPen de 600 dólares, pero gracias a las donaciones de Hody, el chico consiguió la medicación que necesitaba.
Más tarde se supo que el niño había trabajado para el hermano pequeño de Nix, Doug Childress, y su sobrino en la granja de la familia Childress. La familia del niño se sintió muy conmovida al saber que había sido Hody quien le había proporcionado el EpiPen.
Hody era un hombre generoso a pesar de haber afrontado tragedias en su pasado. En 1973, un tornado azotó la casa de los padres de Hody, matando a su padre y a su hijo. Poco después, Peggy, la esposa de Hody y madre de Tania, fue diagnosticada de esclerosis múltiple. Hody siguió trabajando a tiempo completo y se convirtió en el cuidador de Peggy hasta que ella murió en 1999.
«Nunca fue de los que se deprimen ni se desaniman, sin importar las circunstancias», dijo Nix. «Me siento muy bendecida por haber sido criada por un hombre tan gentil y amable, y me siento muy agradecida de que fuera capaz de devolver algo a la comunidad».
Nix cree que su padre inició un movimiento bueno y positivo que podría ayudar al mundo entero.
Algunas de las personas a las que Hody ayudó regresaron el dinero a Geraldine Drugs para pagarlo. Mientras tanto, otros escribieron cartas a Walker expresando su gratitud. Personas de 11 estados diferentes se han visto afectadas por la generosidad de Hody o han creado un Fondo Hody Childress en su propia farmacia local, y Geraldine Drugs es una de ellas. La historia de Hody también se ha compartido en distintas partes del mundo.
«Siento que esta historia ha dado esperanza a mucha gente que se siente desesperanzada. Me gustaría que la gente se diera cuenta de que hay personas que te quieren y se preocupan por ti, no importa lo bajo o mal que se pongan las cosas», dijo Nix.
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