Coby Persin no es un YouTuber promedio de 25 años de edad. Se describe a sí mismo como un «experimentador/bromista social», creció en Nueva York y trabajó como modelo para Abercrombie & Fitch durante un año antes de crear su canal en YouTube.
Decir que lo hace bien sería subestimarlo; Coby tiene 5.6 millones de suscriptores.
Su primer video viral importante fue una broma en la que Coby contrató a un equipo de cámaras, un séquito y una novia falsa antes de irrumpir en Times Square y fingir ser una celebridad. Capturó las reacciones del público que asumió que era famoso sin tener ni idea de quién era. Fue visto más de 700.000 veces.
Al youtuber le encanta crear contenido de cámara oculta y recrea diferentes escenarios para captar las reacciones de la gente. Pero más allá de las bromas, últimamente, la joven estrella de Internet causa sensación con una controvertida serie de experimentos que ponen de relieve los peligros de las redes sociales.
Un video en particular destaca la vulnerabilidad de los niños y adolescentes que usan Facebook. Según el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados ( The National Center for Missing & Exploited Children), en 2016, se registraron 859.500 delincuentes sexuales solo en los Estados Unidos. Muchos usaron (y todavía utilizan) Facebook para conectarse con niños vulnerables.
En el video, Coby se hizo pasar por una chica de 15 años llamada «Amanda» utilizó una cuenta falsa en Facebook, y luego se hizo amigo de tres adolescentes diferentes (por supuesto, primero con autorización de sus padres). Charló con los chicos, programó una reunión e incluso contrató a una actriz para que interpretara a «la mamá de Amanda». Luego, esperó su llegada.
Los chicos fueron probados con un número de banderas rojas para ver si perseveraban en tratar de conocer a la ficticia «Amanda». Los tres no pudieron ver las banderas, así que para que aprendan una lección, se produjo un encuentro amenazador. A un niño se le pidió que esperara solo en «la casa de Amanda», a otro chico lo detuvieron en un camión manejado por un hombre que decía ser «el papá de Amanda», y al tercero se le acercaron dos hombres extraños (actores) que lo sujetaron en el sofá.
Pero entonces llegó la mayor broma de todas; los padres de los niños entraron a la habitación.
Las angustiadas mamás y un padre le revelaron a su sorprendido hijo que «Amanda» no existía en realidad. Luego vinieron las reacciones emotivas; uno estaba furioso, otro incrédulo y el tercero inconsolablemente molesto. Tendrás que ver el vídeo para saber quién es quién, pero la enseñanza es la misma para todos: se trata de una perspectiva esencial.
El video tiene más de 36 millones de visitas, y es imperativo que este número siga en aumento, porque el mensaje tiene que llegar.
Algunas personas criticaron al YouTuber por enmarcar a los niños (aunque sus identidades siempre están borrosas en los videos), pero Coby se defendió al decir que un evento de la vida real sería mucho peor. «Si eso fuera la vida real, podrían estar muertos», le dijo Coby a la WABC. «Esto es mejor de lo que podría haber pasado, y van a aprender una lección».
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Es una forma dura de aprender una lección, pero un pequeño precio a pagar por la seguridad. Y no parece que Coby vaya a evitar los temas controvertidos en un futuro cercano. «¡Siempre hay algo en las noticias!», dijo.
Una historia de tragedia, fe y resistencia frente al totalitarismo brutal
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