Un joven al que literalmente le cayó un helicóptero encima mientras trabajaba en un huerto de cerezos, pudo liberarse y además salvar al piloto cuyo cuerpo quedó entre las llamas.
Logan Schneider, de 19 años, puede guardar entre sus anécdotas el día que un helicóptero le cayó encima y vivió para contarlo.
El miércoles de la semana pasada, mientras trabajaba en un huerto de cerezos sobre un tractor en Weaver Road cerca de Orondo, en Washington, el joven escuchó un fuerte sonido a pesar de traer auriculares con cancelación de ruido.
«Lo vi en el último segundo», dijo Schneider en entrevista a The New York Times. «Vi que los árboles empezaban a temblar como si las hojas se volvieran locas».
Después, «Miré hacia arriba y ahí fue cuando lo vi […] Tan pronto como lo vi caer sobre mí, dije: ‘Oh, no, esto definitivamente me va a golpear'», agregó.
Insólitamente el joven solo quedó «aplastado» contra el volante pero logró salir a pesar del fuerte dolor de espalda que le produjo el impacto. Fue en ese momento que escuchó al piloto gritando por ayuda.
Cori Johnson, el piloto de 39 años que manejaba un Hiller UH-12, quedó boca abajo, sin la posibilidad de quitarse el cinturón de seguridad. Además, el fuego que comenzó a rodear al tractor y el helicóptero también lo estaba alcanzando.
«Tuve que atravesar el fuego, pasar los brazos y liberarlo», dijo Schneider, quien en solo dos días celebraría su cumpleaños 19.
Al llegar, los bomberos se encontraron con «los restos de un helicóptero en un huerto junto a un tractor en llamas», según publicó la Asociación de Bomberos de Orondo en Facebook.
Una investigación inicial arrojó que el helicóptero chocó con las líneas eléctricas de alto voltaje antes de caer al huerto en el que tranquilamente trabajaba Schneider esa mañana de mitad de semana.
Para su buena fortuna, tanto Schneider como Johnson escaparon del extraordinario incidente con heridas que no pusieron su vida en peligro, de acuerdo al medio NCWLIFE, que entrevistó al joven.
El joven, un estudiante graduado de Eastmont High School sufrió una quemadura en el brazo y abrasiones en la espalda, mientras que el piloto también sufrió quemaduras y fractura en un brazo.
«Me llevaron en la ambulancia con el hombre y fuimos al hospital», dijo Schneider. «Tengo suerte de estar vivo».
El adolescente dijo a NYT que antes del accidente tenía planes de inscribirse en el programa de aviación de la escuela Big Bend Community College en Moses Lake, Washington, para aprender a volar en aerolíneas comerciales.
Después del evento «todavía quiero ser piloto», agregó convencido.
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