Un anciano de 90 años visita a su mujer con Alzheimer todos los días a través de una ventana en España, pues debido a las restricciones por la pandemia la residencia donde vive no puede recibir visitas. El amoroso esposo solo necesita de un taburete para sentarse del otro lado, acompañar a su mujer y hacer que “no se olvide de él”.
Xavier Antó de 90 años y Carmen Panzano de 92 años, están casados desde hace 65 años. Sin embargo, la pareja que reside en Barcelona, España solo puede verse a través de un cristal en una ventana, informó AP.
Carmen vive en una residencia debido a que hace 14 años le diagnosticaron Alzheimer y con el tiempo ha ido degenerando. Por su lado, Xavier, a quien la pandemia y la distancia lo han hecho sentir aún más solo, encontró una manera de estar cerca y poder ver a su amada diariamente.
Xavier visita a su esposa a través de una ventana, pone un taburete del otro lado y se sienta a verla, hablarle, mostrarle fotografías e intentar hacerla reír.
«Vengo todas las mañanas a ver a mi mujer, para que me vea y que me vaya reconociendo, que no se olvide de mí”, dijo Xavier en una entrevista realizada por NIUS.
A pesar de que para el anciano es triste la situación, hace todo lo posible para alegrar el día de su esposa, quien probablemente no entiende realmente lo que está sucediendo.
«Le hago muchos guiños, le hago tonterías, hago como que me caigo, a veces se ríe, rezamos juntos aunque nunca acabamos la oración… luego no se acuerda», explica Xavier.
Aunque el anciano reconoce que la ventana en ocasiones lo hace sentir “como si la hubiera encerrado en una cárcel”, por otro lado piensa que es muy importante para él.
«La ventana es muy importante para mí, suerte que la tengo porque, si no estuviera, la tendría que ver por la tablet», señaló.
En cuanto a su matrimonio, explica que “se han querido mucho y respetado mucho”. «Yo venía de trabajar, ella estaba en casa y le explicaba cómo me había ido el día. Íbamos de paseo, salíamos en coche de excursión, hemos estado por el norte y el sur de España, en Suiza, en Finlandia…», agregó.
Ahora a Xavier le ha tocado cuidar a su mujer, y aunque intentó cuidarla en casa, el deterioro de su enfermedad requirió que Carmen recibiera cuidados especiales.
«Cuando me acuesto, veo la cama vacía y me da pena. Tengo una fotografía de ella en la habitación, pero no es lo mismo», agregó.
Debido a la pandemia, en un año, solo han salido a pasear en tres ocasiones.
Pero a pesar de todos los aparentes obstáculos que han tenido en el camino, su amor los ha mantenido de pie y unidos.
«Nos queremos mucho. Ahora ella, por el Alzheimer, le sale instintivamente decir que no con la cabeza, y yo le pregunto ‘¿Me quieres mucho?’ y ella hace que no, así que le pregunto ‘¿Lo haces para hacerme rabiar, no?’ y ella se ríe”.
El compromiso de Xavier por cuidar y proteger a su amada es admirable, pues a pesar de lo difícil que es para él, solo piensa en el bienestar de su mujer.
«Vendré mientras pueda para que no se olvide y le seguiré enseñando fotografías, aunque ya no se acuerda. No sé qué le debe quedar en la cabeza y qué pensará, pero si tiene un poco de conocimiento, esta situación es muy desagradable. Para mí lo es y mucho. Yo le pido a Dios que no se dé cuenta de esta situación para que sea más feliz», explicó.
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