Viéndolos en el agua, cualquiera diría que son un poco torpes a la hora de nadar. Pero estos animales no son capaces de realizar la natación, propiamente dicha. Aunque eso no les ha impedido en ningún caso adaptarse a la perfección a un mundo rodeado de agua.
Pero antes de continuar, ¿qué es nadar? Esta cuestión es mucho más compleja de lo que parece. Podría resultar, incluso, un tanto arbitraria. Pero en el reino animal parece que a nadie le ha importado demasiado resolverla.
¿Qué es nadar?
Si nos atenemos a la definición de diccionario, nadar consiste en «trasladarse en el agua, ayudándose de los movimientos necesarios, y sin tocar el suelo ni otro apoyo». Aunque un poco vaga, esta definición expresa dos características muy claras: movimiento propio y sin apoyo.
En ese sentido, de pronto, descubrimos que nadar no es todo lo que consista en desplazarse por el agua. Por ejemplo, dejarse llevar por la corriente, o flotar, no es nadar.
Pero tampoco nadan los barcos, y cumplen estas dos premisas. Así que añadamos una nota más: nadan los seres vivos. El resto de objetos, los sacamos de la definición. Una vez con esto más o menos claro, vayamos a ver a algunos animales.
Animales que no saben nadar
Por definición, los biólogos entienden que prácticamente todos los mamíferos saben nadar. Los primates, como nosotros, hemos de aprender la técnica para hacerlo de manera más eficiente. Pero prácticamente todos los «animales con pelo» pueden nadar.
Sin embargo, existen algunos animales que, a pesar de llevar toda su historia evolutiva en el agua, nunca nadan. También le ocurre esto a algunos de los colonizadores tardíos que han vuelto al mar tras millones de años de evolución.
¿Peces que andan?
La familia de peces Antennariidae son extraños entre el resto de peces verdaderos. Con sus vistosas formas, estos peces se hacen pasar por rocas y restos del fondo. Atraen a sus víctimas con una pequeña antena, de la que proviene el nombre de la familia.
Los ranisapos se confundieron tiempo atrás con auténticos sapos. Estos animales, a pesar de vivir bajo el agua, no suelen nadar nunca. De hecho, técnicamente no saben nadar. Porque para desplazarse van dando saltos sobre el fondo. Emplean sus aletas pectorales para impulsarse mientras usan la cola para desplazarse hacia adelante.
Normalmente estos peces usan estas aletas para «andar» sobre el fondo, como si de un tetrápodo se tratase. Además, algunas especies tienen un sistema de desplazamiento a chorro, cuando son jóvenes.
Otros peces conocidos también como «peces sapo», del género Brachionichthys, son conocidos por andar sobre el suelo como los ranisapos. Pero a estos animales sí que se les ha observado nadando (distancias cortas) con su aleta caudal y anal. Pero prefieren «caminar» a desplazarse nadando.
Los hipopótamos no nadan
Los hipopótamos son animales terriblemente peligrosos. En África, el hipopótamo provoca muchas más muertes que ningún otro mamífero. Es bastante más letal que los tiburones o los leones, por ejemplo. Y vista la velocidad que puede alcanzar bajo el agua, jamás diríamos que no son capaces de nadar.
Pero lo cierto es que no nadan. Al contrario de las apariencias, los hipopótamos se desplazan por el fondo de los ríos dando saltos. Es la maravilla de la ley de Arquímedes, que les permite desplazar su impresionante cuerpo de más de 4.000 Kg.
Aunque también se lo deben agradecer a su increíble musculatura. Sus cortas patas les permiten alcanzar nada menos que cuarenta y cinco kilómetros por hora a la carrera. Todo un récord impresionante para semejantes mastodontes.
Pero a pesar de poder aguantar mucho tiempo bajo el agua, y vivir en ella durante casi toda su vida, los hipopótamos no son capaces de nadar.
Crustáceos caminantes
Tal vez nunca te has parado a pensarlo. Pero existen pocos crustáceos, un grupo de artrópodos que todos conocemos, capaces de nadar. Al menos en su fase madura. De hecho, técnicamente no suelen ser capaces de hacerlo.
La gran mayoría prefiere desplazarse caminando por el fondo, aunque también hay algunos crustáceos que se desplazan mediante impulsos a chorro, como hemos visto en ocasiones. En el caso de los más pequeños, o las larvas, sí que emplean los cilios y otros apéndices para nadar.
Pero no veremos nunca a un cangrejo violinista bregando contra la marea. A pesar de ser animales totalmente acuáticos.
Animales que sí nadan aunque no lo parezca
Pero, al igual que existen animales que deberían «poder» nadar, los hay que resultan sorprendentes por poseer esta habilidad. Entre ellos los más destacados son las almejas, capaces de desplazarse agitando las valvas y mediante un chorro de agua que las impulsa.
También son capaces de nadar los elefantes, jirafas y vacas (siguiendo la tónica de que casi todos los mamíferos son capaces de nadar).
También es increíble el caso de algunos pepinos de mar, capaces de nadar como si de medusas se tratasen.
Los murciélagos, aunque parezca que es imposible por sus extraños apéndices, también son buenos nadadores. Incluso las serpientes pueden nadar (habiendo varios ofidios habituados a ello).
Como vemos, en general casi todos los animales tienen reminiscencias de su origen acuático. Casi todos saben instintivamente cómo nadar. Y los que no, parece que se las arreglan bastante bien.
Un grupo de hombres rescata un tiburón blanco frente a la playa de Navarra, en España
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