Un pianista de 15 años al que su padre animó a actuar cautivó al público en un aeropuerto de Suiza hace tres años. Ahora estudia para convertirse en compositor.
Christian Blandford, que ahora tiene 19 años, vive en la ciudad de Sevenoaks, en Kent, al sureste de Inglaterra, y estudia composición de música para cine en el Conservatorio de Leeds.
Recuerda que se sentía cansado y nervioso cuando estaba sentado en el aeropuerto de Ginebra, Suiza, a principios de 2019. Sin embargo, su padre, Peter, empezó a darle codazos para que tocara el piano para la multitud.
«Nos enteramos de que había un piano en algún lugar del aeropuerto», dijo Christian a The Epoch Times. «Es un padre tan divertido, que iba de un lado a otro, en plan: ‘¿Hay un piano aquí?’ y yo decía: ‘¡Papá! Pero encontramos este café y sacó su teléfono».
A Christian, que ama la música de compositores como Beethoven, Rachmaninoff, Chopin y Scriabin, le preocupaba al principio que su forma de tocar el piano molestara al público. Pero su padre ya había empezado a grabar.
«Me dijo: ‘Por favor, todo el mundo quiere escuchar’, y yo solo dije ‘De acuerdo'», cuenta Christian. «Empecé a tocar la Sonata Claro de Luna de Beethoven… luego toqué el Preludio en do sostenido menor de Rachmaninoff. Apenas había empezado a aprenderlos el año anterior».
Christian, que estaba muy nervioso al principio, estaba muy concentrado en lo que estaba tocando. Pronto se dio cuenta de que había gente reunida en el fondo, pero no fue consciente de la magnitud hasta que terminó su primera pieza.
«Me di la vuelta y vi a mucha gente con sus teléfonos fuera», recuerda Christian. «Ese fue un momento realmente mágico para mí, porque no creo que tuviera mucha confianza en ese momento. Esa es una de las cosas que me ayudó a intentar quererme más como músico».
Un mesero, que se quedó atónito ante la forma de tocar de Christian, le sirvió un cóctel sin alcohol, por cuenta de la casa. El orgulloso padre de Christian subió su video a TikTok, donde se hizo viral.
Christian se dedica a la programación de videojuegos y ya ha recibido muchas muestras de apoyo en Internet por su trabajo. Pero nada comparado con ser apreciado por su música.
«Se trataba de mí, de mi actuación y de mis emociones. Fue muy poderoso y encantador… Estaba leyendo todos estos mensajes, todos estos comentarios sobre algo que era tan personal para mí», dijo.
Peter ha sido el «apoyo incondicional» de Christian.
«Hacemos muchas cosas juntos… él no es músico, pero eso no me importa en absoluto. Le sigue interesando lo que hago, y siempre quiere oírme tocar», dice Christian.
Los dos comparten un vínculo increíble.
«Creo que cualquier padre cuyo hijo está cerca de no sobrevivir cuando son más jóvenes, siempre van a tener un vínculo especial», dijo Christian. «Siempre van a estar contentos de que estén vivos».
Antes de los 4 años, Christian luchó dos veces contra el cáncer. Recibió tratamiento para un sarcoma de células claras del riñón y se sometió a radioterapia y quimioterapia. Ahora tiene cicatrices, un desequilibrio en la pierna izquierda y un solo riñón.
Su familia fue noticia en 2019 cuando les robaron de su casa una botella de champán Bollinger de 1990 que Peter había estado guardando para celebrar los cinco años de remisión de su hijo. La botella fue recuperada más tarde por la policía. Peter dijo a Metro: «Es un símbolo de cómo la vida puede dar la vuelta desde un período muy oscuro, cuando parece que no hay un buen resultado, y en realidad se convierte en lo mejor».
Christian empezó a tocar el piano en la escuela a los 6 años. Dice que «probablemente no era muy buen estudiante», pero tras varios años de clases particulares, empezó a aprender composiciones por su cuenta y encontró su pasión.
«Mi primera composición fue probablemente cuando tenía 7 u 8 años», dijo a The Epoch Times. «Se trataba de improvisar con el piano, las armonías y los acordes… era algo que siempre tenía en marcha para relajarme y divertirme».
«Una de las primeras actuaciones que hice fue en la escuela. Recuerdo que pensé: ‘Oh, eso fue terrible’, pero luego recuerdo que toda la sala se puso de pie. No se habían puesto en pie en ninguna de las otras actuaciones, y todo el mundo aplaudía. Creo que algo se encendió en mi cabeza».
A los 15 años, Christian publicó algo de su propia música en Internet. Hoy en día, está escribiendo un álbum de música original, que se publicará pronto.
Desde que superó el cáncer, Christian ha emprendido un viaje por la salud. Amante de la comida y aficionado a la cocina, de niño luchó contra su peso.
«No me gustaba mi aspecto», dice. «Era bastante grande y no era bueno, desde el punto de vista médico, especialmente con mi historial de cáncer… Empecé a vigilar lo que comía, a hacer ejercicio… fue realmente difícil, pero seguí adelante y lo logré».
Christian también tiene un consejo para los demás.
«Como humanos, tenemos muchas dudas sobre nosotros mismos», dijo. «Si no tienes ninguna ambición, simplemente inténtalo todo… incluso si eres un pintor terrible, pero luego te pones a pintar por diversión, es algo estupendo. Solo hay que seguir probando cosas».
Christian sigue compartiendo su música en Instagram, y recauda dinero para los niños y sus familias afectadas por el cáncer a través de The Christian Blandford Fund.
Christian terminó sus exámenes de nivel A hace unos años. Obtuvo una plaza en el Royal Welsh College of Music & Drama para estudiar interpretación de piano. Pero por el bien de su carrera, optó por estudiar en el Conservatorio de Leeds, con una beca para clases adicionales de piano.
Dijo: «Si hubiera un programa de Netflix en el que yo fuera el compositor, sería extraordinario. Pero creo que hay que mirar el panorama general y decir: ‘¿Qué me hace diferente de los demás? Eso es lo que tengo que trabajar mucho en los próximos años, mi identidad musical».
(Cortesía de Christian Blandford)
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