Una joven brasileña, quien perdió a su madre a causa de COVID-19 después que dio a luz a unos mellizos, se convirtió en la responsable de sus hermanos recién nacidos.
María do Socorro Brito de Araújo, de 36 años, y residente de Rio de Janeiro, siempre quiso tener gemelos, y ese sueño se realizó el año pasado. Sin embargo, la joven madre nunca pudo estar cerca de sus pequeños una vez que nacieron, ya que tan solo unos días antes de dar a luz fue diagnosticada con el virus de PCCh, el patógeno que ocasiona COVID-19.
Douglas Nicodemos da Silva, el esposo de Brito, explicó en un video que el embarazo iba muy bien y la salud de su esposa nunca fue un problema.
Poco antes de acercarse la fecha para dar a luz, el día 3 de mayo del año pasado, Brito tuvo fiebre y se sintió muy mal. Dos días después fue llevada a un hospital de maternidad donde le diagnosticaron el virus.
«Después de eso, no pude verla más. Allí dio positivo y fue ingresada. Incluso hablé con ella por mensaje de texto y me dijo que estaba bien y que le habían hecho pruebas», recordó da Silva, en entrevista al medio Revista Crescer.
Luego fue llevada al hospital Servidores del Estado donde le realizaron una cesárea de emergencia, mientras la familia esperó sin poder acercarse a la mamá o a los bebés.
Los bebés nacieron sanos y «esa alegría llegó», expresó da Silva, y aunque una enfermera «estaba segura de que volvería a casa, y yo también», repentinamente Brito regresó a la UCI y la desesperación comenzó de nuevo.
«Fue muy angustioso. Mejoraba y empeoraba; rezamos mucho, pero de repente la intubaron. El sufrimiento aumentó, pero siempre tuvimos esperanza», compartió. «Estaba muy triste porque no pudo tener a los bebés en su regazo. Solo pudo verlos de lejos».
Tan solo 13 días después del nacimiento de los mellizos, Rhenzo y Enzo, la madre perdió la batalla después de un paro cardiorrespiratorio.
«Nuestros hijos son preciosos y solo tengo que darle las gracias, porque era una mujer guerrera que no huía del trabajo y que amaba a sus hijos y a su familia», compartió da Silva.
«Era una persona fuerte, valiente, gentil y dulce», dijo Ranielly Freitas, hija de Brito e hijastra de da Silva.
«Cuando llegó la noticia de que debía acudir al hospital, ya lo sabía. Fue el día más triste que he tenido. Ni siquiera me gusta recordarlo», expresó Freitas a Revista Crescer.
Antes de fallecer, Brito pidió a su hija de 17 años que cuidara a sus mellizos, «y voy a hacerlo», afirmó.
A pesar del dolor de perder a su madre, la joven dijo estar dispuesta a darles todo el amor que necesitan.
«Ahora seré su madre», expresó.
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