Un apicultor encontró la colmena de su abuelo, abandonada y floreciente en una cantera y la convirtió en una colonia de millones de abejas.
Ross Main, de 36 años, creció con su abuelo William Main, apicultor y guardabosques, que le llevaba a menudo a ver cómo estaban sus abejas. En 2007 cuando William falleció a los 77 años por cáncer, Ross supuso que las colmenas fueron vendidas. Sin embargo, tras el nacimiento de su propio hijo en 2015, Ross se animó a intentar encontrar las colmenas de su abuelo.
Viajó desde su casa en Fife, Escocia, hasta la cantera de East Lothian donde su abuelo las había guardado. Ross se quedó atónito al descubrir una colmena original todavía habitada por una colonia activa que se había cuidado a sí misma durante años.
La colmena estaba a cientos de metros de distancia por un viejo camino cubierto de aulagas.
Inspirado, Ross se embarcó en un viaje autodidacta hacia la apicultura, empezando con las abejas de la colmena original de su abuelo. Equipado con un traje de apicultor y una nueva colmena, trasladó cuidadosamente la colonia a su nuevo hogar.
A continuación, las convirtió en una población de cinco millones de abejas divididas en unas 100 colonias —todas ellas descendientes de las abejas del abuelo William.
Main’s Apiaries, el negocio de Ross, ahora cosecha tres veces al año y vende miel a numerosas tiendas agrícolas.
«Cuando era pequeño, mi abuelo criaba abejas. Yo tenía entre 8 y 10 años y era mágico», dice Ross.
«Estar cerca de las abejas podía asustarme bastante porque había grandes enjambres, y yo era muy pequeño, pero me cautivaba la imaginación».
«Cuando falleció, no tenía ni idea de lo que le había pasado a la colmena. Siete años después, por nostalgia, fui a la cantera y allí todavía había una colmena».
«En ese momento supe que quería cuidar de la colmena y realojar a las abejas y a partir de ahí empecé a aprender».
«Antes de ésto, no tenía ninguna experiencia en apicultura. Estuve rodeado de abejas y mi abuelo me enseñó a tratarlas y a manipularlas. También abría las colmenas y me enseñaba la miel, pero no me explicaba ningún proceso porque yo era demasiado joven para entenderlo».
«Después de su muerte, perdí todos esos conocimientos y me metí en esto como un completo novato. Era invierno, así que tuve que esperar a la primavera para ver si seguían activas».
«La colmena estaba muy podrida, la madera era muy vieja y se caía a pedazos. Tuve que investigar cómo transferir una colmena a una nueva colonia.
Internet fue una bendición. Me pasé semanas viendo vídeos en YouTube y averiguando cómo hacerlo todo.
Empecé con una colmena y cada año se multiplican de forma natural. Con los años, se fueron acumulando y las dividimos en nuevas colmenas».
A medida que aprendía el oficio, Ross empezó a ampliar sus colonias, regalando la miel a amigos y familiares y compartiendo con entusiasmo su experiencia con cualquiera que estuviera interesado.
En 2021, dio el siguiente paso y puso en marcha su negocio, Main’s Apiaries.
Además de vender miel, Ross ofrece experiencias prácticas de apicultura para los interesados en aprender el oficio. También vende colonias de abejas a empresas interesadas en albergar colmenas en sus terrenos, manteniendo él mismo las colmenas semanalmente para asegurarse de que las colonias prosperan.
«Cuando empezamos, yo quería producir miel local y ése sigue siendo nuestro principal objetivo, pero para que fuera un negocio económicamente viable, tuvimos que diversificarnos», explica.
«Empezamos a ofrecer experiencias apícolas a la gente. Les explico a todos cómo funcionan las colmenas, les hago una demostración de cómo manejar cómodamente a las abejas y luego les dejo que tomen el control».
«Muchas personas interesadas en la apicultura vienen a vernos para ver si pueden manejar las abejas antes de invertir y comprar su propio equipo».
«También ofrecemos a las empresas la oportunidad de tener colmenas en sus terrenos. Ellos son los propietarios de las colmenas y las abejas y nosotros nos encargamos del mantenimiento durante todo el año.
«De este modo se favorece la biodiversidad de la zona y se fomenta un ecosistema sano».
«Yo hago las demostraciones de apicultura, así que me interesa mucho que los empleados salgan a la hora de comer y se involucren también con las colmenas».
«La idea de enseñar a otras personas… surgió la primera vez que mi abuelo me llevó a ver las abejas. Abrió las colmenas y fue algo mágico estar rodeado de enjambres de abejas. Fue una experiencia que nunca olvidé y quise ofrecérsela a otras personas».
«Mucha gente se asusta al principio, pero luego es capaz de ver que las abejas no dan nada de miedo —se pueden manejar con toda tranquilidad».
Nueve años después de rescatar la colmena de su abuelo, Ross dice que no se arrepiente de haber aprendido el oficio y cree que su abuelo estaría orgulloso de su hazaña.
«Al principio no tenía ninguna experiencia, pero ahora, nueve años después, tengo bastante», dice Ross.
«Lo he aprendido todo solo y me va bastante bien. He cometido muchos errores y estoy bastante abierto a que la gente que quiera empezar se equivoque sobre la marcha, porque es la única manera de aprender».
«Me siento muy bien y muy orgulloso de continuar el legado de mi abuelo. Me entristece que él no pueda ver todo esto».
«Se lo llevaron demasiado pronto, es duro. Dos meses antes de morir, todavía estaba por ahí, era un tipo increíble».
«Estoy increíblemente satisfecho de lo que hemos conseguido con esta sola colmena».
Con información de The Epoch Times.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.