Lucy Ashen, madre de tres hijos, había vivido toda su vida en el barrio londinense de Fulham y durante más de dos décadas tuvo como vecina en su edificio a una anciana solitaria.
La anciana vivía al lado en un apartamento de una habitación y en general era reservada. Tenía problemas de salud mental y aunque Lucy sabía que probablemente era difícil para ella vivir así, no fue sino hasta agosto de 2016 cuando pudo ver cuán espantosas eran las condiciones de vida de su vecina, informó The Sun.
Lucy intentó acercarse y conectarse con ella muchas veces, pero le decía que no necesitaba ayuda una y otra vez, hasta que un día la mujer abrió su puerta y Lucy vio cómo estaba su casa.
Vivía en absoluta miseria y suciedad.
«¡Fue horrible!», recordó Lucy». ¡NADIE debería vivir así! Entonces, sin detenerme a pensar, destruí su casa! Quiero decir que todo lo eché por el inodoro».
La anciana siguió diciéndole que no necesitaba ayuda, pero Lucy insistió y después de mucho trabajo logró entrar en la casa de la anciana con su permiso.
«Lo que encontré fue horrible y estoy muy contenta de haber insistido», escribió en una publicación de su blog. Tomó fotos para documentar el estado en el que encontró la casa de su anciana vecina («Estoy usando las imágenes menos ofensivas ya que mi intención no es ofender o molestar a nadie»), para poder hacer un informe al respecto y después ayudar a su vecina.
Todo el departamento estaba cubierto de suciedad y moho, claramente era inadecuado para vivir. La ventana de la habitación estaba rota y como vivía en la planta baja, significaba que su apartamento estaba abierto y cualquiera podía entrar. No servía la plomería y la calefacción central estaba descompuesta.
Como la vecina anciana estaba física y mentalmente enferma, no podía limpiarse ni a sí misma ni al departamento. Lucy se enteró de que dormía en el suelo y que solo se lavaba la cara y los dientes en el fregadero de la cocina durante más de una década.
Durante 13 años su vecina anciana vivió en «total soledad y desesperación», escribió Lucy.
Lucy comenzó de inmediato a limpiar la casa, transformándola completamente para que fuera un lugar cómodo y seguro para vivir.
Pero después de arduas horas de trabajo, se dio cuenta que tampoco podía hacerlo completamente sola y recurrió a Facebook para pedir ayuda a su comunidad.
Lucy compartió el estado de indigencia en el que vivía su vecina y miles aparecieron para responder a su llamado.
Lucy presentó una lista en línea. No pasaron 24 horas cuando empezaron a llegar donaciones con las que obtuvo casi todo lo que necesitaría para arreglar la casa de su vecina.
«Las ofertas de ayuda, las donaciones de bienes y los bellos mensajes continúan y me asombran», escribió Lucy. «Honestamente, no podría haber imaginado la reacción que recibí, ¡fue impactante para mí! Era tan abrumador e incluso al escribir esto ahora estoy empezando a llorar… Decir Gracias, simplemente no parece suficiente».
A Lucy le tomó muchos días lograr poner el apartamento en forma, pero no se limitó a arreglarlo solo físicamente. También consiguió que su vecina tuviera tres comidas al día y lo más importante, compañía.
«¡Lo más hermoso que se puede sacar de esto es la efusión de amor y amabilidad de tanta gente de casa y de todo el mundo! La gente ha sido maravillosa y la bondad humana es algo asombroso», escribió Lucy.
«¡Mira lo que hiciste!», Escribió Lucy, al compartir las fotos del departamento renovado. «¡Hiciste de una casa un hogar!»
Aunque fue difícil para Lucy decidir compartir este viaje en línea, alguien tan apasionadamente involucrada como ella quiso utilizar esta historia para crear conciencia. «Si al hacerlo ayudaría a una persona, valdría la pena».
Su hija adolescente, Ruby, renunció a sus vacaciones de verano para acompañar a su vecina anciana mientras Lucy limpiaba y arreglaba el apartamento.
«Ruby estaba tan determinada como yo para cambiar las cosas para ella, mostrando tanta fuerza y compasión siendo tan joven», escribió Lucy. La adolescente y la ancianita rápidamente se hicieron amigas y la vecina preguntaba por Ruby todos los días una vez que la joven regresó a la escuela.
«Sé que ella te ama mucho», escribió Lucy. «Cuando vienes a verla por la noche, su rostro se ilumina, ¡ella te ama!».
«Realmente ha sido salvada de una vida solitaria y degradante, se le ha devuelto su dignidad y tengo la intención de que viva el resto de su vida con comodidad y rodeada de amor», escribió Lucy.
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