Construido como un tanque, entrenado para enfrentarse a sospechosos armados y a situaciones de rehenes a vida o muerte, Justin Dodge es el último hombre del que se esperaría que se dedicara a la delicada tarea de cultivar hermosas flores. Este sargento del SWAT del Departamento de Policía de Denver, de 51 años, está aprendiendo a apreciar las cosas buenas de la vida, quizá porque aprendió lo frágil que puede ser la vida.
Estuvo a punto de perder la vida en acto de servicio, pero sobrevivió, sin la pierna izquierda por debajo de la rodilla. Aunque sigue dirigiendo equipos de agentes armados del SWAT en operaciones casi a diario, disfruta sembrando plantas perennes en su jardín durante sus días libres.
No hace ni 10 años, el modelo para los miembros de los SWAT que se enfrentaban a órdenes de registro de alto riesgo —en las que a menudo hay armas de fuego o delincuentes violentos implicados— era el estereotipado escenario de televisión: apilados, con cascos y chalecos antibalas, armados hasta los dientes, frente a una puerta, abriéndola a golpes y apresando al sospechoso. Ahora todo eso cambió.
«Nuestra cultura, todo lo que hacemos, implica salvar vidas. Esa es la clave», declaró Dodge a The Epoch Times.
El nuevo modelo es más cauteloso. Los miembros del SWAT con vehículos blindados trabajan junto a los negociadores de rehenes y los detectives para hacer todo lo posible por sacar a los sospechosos al exterior y garantizar que todos se encuentren a salvo al final del día.
Dodge se entrena cada día para ese momento decisivo en el que la vida de los rehenes está en juego. Se enfrentó alrededor de 10 escenarios de este tipo como miembro del SWAT y afirma que cada operación es única e impredecible. Lleva esas experiencias a la base para formar a otros miembros de los SWAT.
«Tienes un trabajo específico», dice al periódico. «Muchas veces en las películas, las personas están pensando en su vida y en su familia, nada de eso es exacto en realidad». El objetivo es llegar hasta el rehén y separarlo del sospechoso para salvar tantas vidas como sea posible.
Dodge perdió la parte inferior de su pierna izquierda al interponerse entre civiles inocentes y una amenaza potencial.
Más de un millón de personas acudieron al desfile del campeonato de los Denver Nuggets en junio de 2023. Para protegerlos, se desplegaron unidades SWAT de la policía de Denver. Dodge y su equipo fueron asignados a una parte del desfile en el centro de la ciudad, donde una situación de alboroto estuvo a punto de convertirse en un caos.
Los agentes patrullaban en vehículos todoterreno a ambos lados del recorrido del desfile cuando un camión de bomberos que transportaba al jugador de la NBA Jamal Murray en el desfile se quedó parado. El camión de bomberos se quedó rezagado mientras los ansiosos aficionados esperaban ver a la estrella del baloncesto, que estaba firmando gorras y camisetas.
«A medida que el camión avanzaba, probablemente a mitad del desfile, la gente hizo caso omiso de las barricadas y las barreras, y se produjo una afluencia masiva de personas que subían al camión», explicó Dodge. Dirigió un equipo de respuesta para rescatar a los pasajeros del camión de bomberos en medio de una multitud de fans que buscaban recuerdos firmados.
«Había tanta gente rodeando [el camión], que ni siquiera tenían idea de quién estaba lanzando objetos», dijo Dodge. «Ellos arrojarían este objeto devuelta a la masa».
Los aficionados se arremolinaban en torno al camión de bomberos de 80,000 libras, que avanzaba lentamente, mientras los agentes del SWAT trabajaban para mantenerlos a raya. «Había gente luchando por ese objeto en particular, y la multitud se convirtió en una multitud muy frenética y enloquecida», dijo Dodge, que calculó que 25,000 personas habían rodeado el camión.
Un imprevisto en medio del caos sorprendió a Dodge. El camión de bomberos hizo un giro brusco a lo largo de la ruta, y sus ruedas sobresalían de los huecos de las ruedas mucho más de lo que él esperaba. Presionado por la multitud contra el lado del pasajero del camión de bomberos, su pierna quedó atrapada bajo el enorme neumático delantero del camión.
«La multitud era tan grande, había tanto ruido que una vez que me tomó la pierna y empezó a tirar de mí hacia abajo, no hubo manera en que el ingeniero que conducía el camión se diera cuenta que había un oficial de policía de Denver atrapado y siendo succionado por debajo del camión», dijo Dodge.
Su entrenamiento actuó y lo mantuvo consciente mientras sentía «cómo me aplastaban todos los huesos del pie».
El conductor fue alertado en cuestión de segundos. Pero los neumáticos giraron y pulverizaron la pierna de Dodge antes que el camión diera finalmente marcha atrás y lo liberara. Los miembros del SWAT le aplicaron un torniquete que, según Dodge, «realmente me salvó la vida» y le llevaron rápidamente al hospital.
En Denver Health, un médico tomó una sabia decisión que salvó la carrera del agente. Durante las primeras operaciones, evitaron la amputación, aunque era una conclusión inevitable. De este modo, evitaron una amputación por encima de la rodilla y permitieron una por debajo de la rodilla. Eso supuso una gran diferencia, una luz al final del túnel frente a la inminente tristeza.
Una amputación por encima de la rodilla significaría la pérdida de movilidad y muchas otras cosas que podrían destruir a un hombre: podría destrozar su salud mental y física, su independencia y su carrera en SWAT.
«Cuando me desperté después de la primera operación y me habían recompuesto la pierna, la verdad es que me enfadé mucho porque sabía lo malherido que estaba», dijo Dodge. «El genio del Dr. Mauffrey, sabía que, si no intentaba hacer algún tipo de salvación al principio, no habrían suficientes tejidos blandos que tuvieran la oportunidad de curarse».
El fatídico día, Dodge fue valiente. Las palabras «regreso» resonaban en su mente. Aunque «días oscuros» cayeron sobre él mientras yacía postrado en cama, inmediatamente después de su tercera operación, Dodge volvió al gimnasio. En enero de 2024 recibió su pierna ortopédica. El 11 de mayo regresó al equipo, como miembro del SWAT plenamente operativo.
¿La pérdida de su pierna afectó su actuación como miembro de SWAT?
«La verdad es que no», declaró Dodge a The Epoch Times en septiembre. Superó con éxito las «rigurosísimas» pruebas de armas de fuego y de aptitud física del equipo y dice que es mejor agente SWAT que nunca. También es cinturón negro de jujitsu brasileño y sigue rodando por la colchoneta. Dice que está en la mejor forma de su vida. Steve Hess, exentrenador de rendimiento de la NBA, ayudó a Dodge a comprender la clave del máximo rendimiento: «constancia absoluta».
Cuando no está dirigiendo operaciones —salvando rehenes y deteniendo a sospechosos armados—, Dodge asiste a los partidos de lacrosse de sus hijos y cultiva delicadas flores en casa.
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